El consejero de Hacienda de Cospedal justifica y culpa a otros del desvío del déficit
El antiguo Consejero de Hacienda de Castilla-La Mancha, Arturo Romaní, aseguraba en octubre del año pasado que su pronóstico era que la comunidad autónoma cumpliría el déficit del 1,3% del PIB, en contra de lo que preveía la fundación de Estudios de Economía Aplicada, que aseguraba que la tasa superaría a finales del año pasado el 2%. “El pronóstico nuestro de que tenemos intención de cumplir y creemos que sí vamos a cumplir es el acertado”, señalaba el ‘popular’. El Ejecutivo de María Dolores de Cospedal justificó sus medidas de austeridad siempre en pos de llegar al objetivo de déficit marcado por el Ministerio de Hacienda.
Meses después, Romaní se vio obligado a recular en sus valoraciones, pero la culpa la tenían otros factores. En marzo de 2015, el déficit reconocido de la Comunidad Autónoma era del 1,7 “sólo siete décimas más respecto al objetivo”, según aseguraba la Junta de Comunidades, y la explicación era muy sencilla. La culpa la tenía el Sistema de Financiación Autonómica, que otorgó 185 millones menos a la Comunidad, un ingreso “fundamental” para la región. “Ante esta situación, y a pesar de que el déficit se desviaba ligeramente respecto al objetivo, el Gobierno de Castilla-La Mancha optó por no realizar ajustes adicionales en el gasto más allá de los previstos, ya que estas décimas de déficit suponen un repunte temporal”, afirmó el Ejecutivo anterior.
En esto se apoya Arturo Romaní, nuevamente. El Ministro de Hacienda señaló esta semana que la Comunidad Autónoma se ha desviado en un 76% del objetivo del déficit, y el nuevo consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz, señaló su sorpresa ante esto. Romaní ha mostrado su sorpresa también, porque asegura que él se lo comunicó al nuevo consejero, además de que el dato ha sido público y que él trató en una reunión antes del encuentro con el Ministerio de Hacienda. Y aunque Romaní asegura que sabe el estado de todas las cuentas, se ha limitado a señalar que datos como cuanto está comprometido en la Comunidad Autónoma se encuentran en la documentación que ha presentado hoy ante notario. Eso sí, sí ha dicho cuánta liquidez le queda para este ejercicio a la región: 94 millones de euros, entre la cuenta corriente y las pólizas.
Romaní se ha mostrado muy afectado al asegurar que el nuevo consejero no ha querido recibir la documentación preparada y que, por eso, lo ha presentado ante notario para luego registrarla en la ventanilla de la consejería. “Después de una legislatura tan difícil, tengo que entregar la cartera en la taquilla. En fin”, señaló Romaní que puntualizó sin embargo que el traspaso sería con “luz y taquígrafos”, al asegurar que todo lo que rodea las cuentas públicas es “especialmente público y transparente”. En relación a la auditoría anunciada por el nuevo Gobierno, el ‘popular’ ha asegurado que le parece “fenomenal”, pero siempre asegurando que la situación ahora “no es la que había en 2011”.
Como es ya habitual, el antiguo consejero de Hacienda no ha perdido la ocasión de culpar a los anteriores Gobiernos socialistas. “La herencia es del PSOE de Barreda, el agujero de los 9.475 millones de euros que tuvo el PSOE en sólo cuatro presupuestos es la deuda alta”, afirmó Romaní, quien también calificó su gestión económica como “impecable” y que la parte que corresponde al último ejecutivo es una “herencia magnífica”.
Por su parte, el nuevo consejero de Hacienda y Administraciones Públicas Juan Alfonso Ruiz Molina, ha afirmado que puede acceder a los balances de situación “simplemente tecleando en el sistema contable de la Administración”, además de los funcionarios de la intervención que pueden ayudarlo a “ponerlo al día de las cuentas”. “Yo también voy a sacar el balance cuando verdaderamente me siente con los responsables de la contabilidad de la Administración”, ha apuntado Ruiz Molina, según recoge Europa Press.
Por otro lado, el cabeza de Hacienda ha señalado que él no tiene ningún problema en reunirse con Romaní, algo que de hecho ha pasado, y ha criticado también que María Dolores de Cospedal no quiso reunirse con el nuevo presidente de la Junta de Comunidades para formar equipo de trabajo.