El PP de un municipio de Guadalajara considera que homenajear a las víctimas del nazismo “incita al odio”
El PP de Alovera, municipio de 12.000 habitantes situado en el cinturón industrial de Guadalajara, ha rechazado hacer un homenaje a las víctimas españolas en los campos de concentración nazis. El portavoz municipal de esta formación, Juan Carlos Martín, aseguró durante el Pleno de este municipio, a raíz de una propuesta para levantar un monolito en recuerdo a un vecino de Alovera asesinado en el campo nazi de Gusen, que homenajear a las víctimas del nazismo “incita al odio y al rencor con su ya desgastada memoria histórica”.
Martín, ex alto cargo de María Dolores de Cospedal –fue director general de Deportes de la Junta durante la etapa del PP-, afirmó que el Grupo Popular del Ayuntamiento de Alovera “reconoce y apoya cualquier homenaje que se pueda hacer a las víctimas del nazismo, pero nos gustaría que se hiciera con todos de manera conjunta”.
Ahora Alovera fue el grupo encargado de elevar la moción para erigir un memorial a los españoles deportados a campos de concentración en la Alemania nazi, con un recuerdo especial para Victoriano Sánchez, vecino de este municipio que fue asesinado en Gusen. La iniciativa salió adelante con el apoyo de esta formación, además del PSOE y Ciudadanos, y la abstención de Alternativa Alovera, el grupo independiente que integra la alcaldesa Purificación Tortuero y que gobierna este municipio en minoría.
El portavoz del PP aseguró estar de acuerdo con homenajear a los deportados pero “en ningún caso con el monolito o estatua que solicita se coloque en Alovera por Ahora Alovera de forma partidista”. Su negativa a honrar a las víctimas del nazismo y las contradicciones en su intervención han levantado en las últimas horas un revuelo en las redes sociales y han suscitado el rechazo de varias organizaciones vinculadas a la memoria histórica.
Julián Martínez, portavoz de Ahora Alovera, asegura a eldiarioclm.es que “no esperábamos ni entendemos el rechazo frontal del PP a una moción que tan solo pretendía reconocer a los republicanos de Guadalajara que sufrieron la barbarie nazi y murieron por defender las libertades de todos. Fue un desprecio a las víctimas”. Asimismo, califica de “desafortunado y fuera de lugar” que durante la sesión del Pleno, la bancada popular “comparase a los represaliados del exterminio nazi con las víctimas de la Guerra Civil” y considera que “demostrar un mínimo de espíritu democrático apoyando estas iniciativas es lo mínimo que se le puede pedir a un partido político hoy en día”.
Para Xulio García Bilbao, del Foro por la Memoria de Guadalajara, la reacción del Partido Popular es “lamentable, indigna, insultante y una gran torpeza que demuestra que esta formación se sitúa en la derecha más extrema y negacionista del Holocausto”. Además, insta a la dirección del PP a que “llame al orden a sus concejales y fije una posición común”, porque, según puntualiza, “no es compresible que se opongan ahora al mismo texto que se aprobó por unanimidad en el Ayuntamiento de Guadalajara y la Diputación”, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto en enero.
Durante esa efeméride se recordó a los 129 represaliados republicanos, procedentes de diferentes localidades de la provincia de Guadalajara, que padecieron la deportación a campos de concentración nazis entre 1940 y 1944, y 90 de los cuales fueron exterminados. A todos ellos se les consideró como ‘apátridas’, después de que el Gobierno franquista no les reconociera como españoles cuando fueron capturados por la Gestapo en la Francia ocupada por el nazismo.
Ni exhumaciones ni cambio de calles
El PP de Guadalajara siempre se ha posicionado en contra de las políticas públicas en materia de memoria histórica. Nunca ha apoyado los homenajes a los represaliados por el franquismo y tampoco las exhumaciones de fosas en el cementerio de Guadalajara, lugar en el que el Foro por la Memoria tiene documentado el fusilamiento de 822 personas en cumplimiento de sentencia a raíz de procesos sumarísimos, a lo que se suman las 157 personas muertas en la prisión de la capital alcarreña.
Ni siquiera a raíz de las labores para buscar y exhumar en el cementerio de Guadalajara los restos de Timoteo Mendieta, un ex dirigente de la UGT de la localidad alcarreña de Sacedón cuyo caso se ha convertido en un icono de la lucha de quienes buscan a sus familiares en las cunetas, hizo suavizar su posición al Consistorio de Guadalajara capital.
El alcalde, Antonio Román (PP), justificó que los familiares de los fusilados durante el franquismo abonen tasas municipales por llevar a cabo las tareas de exhumación. En concreto, tal como informó este medio, el Ayuntamiento de Guadalajara quiso cobrar una tasa de 2.000 euros al colectivo responsable de la exhumación de Timoteo Mendieta, cuyos restos fueron hallados finalmente el pasado año. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se negó a pagar esta cantidad y recurrió a los tribunales alegando que se trataba de la materialización de un proceso judicial.
Finalmente, el 30 de diciembre de 2016, el Pleno de Guadalajara aprobó por mayoría una propuesta de Ahora Guadalajara, respaldada por los votos del PSOE y Ciudadanos, y que tenía por objeto la eliminación de la tasa para casos de exhumaciones e inhumaciones relacionadas con los represaliados de la dictadura franquista.
Por otro lado, Antonio Román también se ha resistido a cumplir la iniciativa aprobada en el Pleno de la capital alcarreña para la eliminación del callejero franquista de la ciudad. La moción aprobada en septiembre de 2016 recogía modificar el nombre de las siguientes travesías: Calle de Boixareu Rivera, Calle de Fernando Palanca, Calle de Gutiérrez Orejón, Calle de Hermanos Ros, Calle de Moscardón Guzmán y en la Plaza de los Caídos.
Sin embargo, el alcalde de Guadalajara decidió no cumplir el mandato plenario aduciendo una encuesta encargada por el propio Ayuntamiento sobre el presunto rechazo que el cambio de nombres generaba entre los vecinos de las vías afectadas. Además, envió una carta a los vecinos pidiendo “perdón” por las “molestias” que iba ocasionar el cambio del callejero.
Hasta ahora, Román sólo ha cumplido un tercio de la moción de las calles franquistas. En marzo del pasado año decidió mediante un decreto de Alcaldía que la calle Gutiérrez Orejón pase a denominarse calle de Buen Vecino y la plaza de los Caídos fue renombrada como Plaza de España.