Cientos de vecinos piden en Seseña soluciones tras el incendio de neumáticos

Cientos de vecinos de Seseña, unos 400 según datos de la Guardia Civil, han protestado ataviados con camisetas negras y mascarillas, para exigir más medios para sofocar el incendio del cementerio de neumáticos, que se inició el 13 de mayo y que sigue activo. Los vecinos, que inicialmente se han concentrado a las puertas del colegio de El Quiñón, han caminado hasta el puente sobre la R4 que da acceso al puesto de mando avanzado del incendio, aunque no han podido llegar hasta allí, ya que las fuerzas de seguridad les han impedido el paso por motivos de seguridad, y han continuado su marcha hasta las puertas del Ayuntamiento de Seseña.

Esta concentración se organizó en un primer momento para su llegada a Toledo, pero posteriormente el movimiento vecinal que quería protestar ante la sede del Gobierno castellano-manchego dio marcha atrás y decidió que la movilización “espontánea” se realizara en la urbanización 'El Quiñón', para lo que se ha convocado por whatsapp y Facebook. Los motivos de no convocar una protesta oficial han sido el cambio en la dirección del viento y las posibles lluvias, un hecho que aumenta el riesgo para los vecinos.

Con camisetas negras, los manifestantes han mostrado pancartas con lemas como “SOS. El Quiñón se asfixia” o “En El Quiñón queremos solución. Zona catastrófica” y han criticado la gestión que se está realizando del fuego. Es el caso de una de las manifestantes, Elena López, que ha denunciado que los vecinos no saben “qué hacer”, porque “un día te levantas como si fuera un día normal, pero te encuentras que no hay colegio”. Ha explicado que tiene un hijo de 10 años y una hija de 20 meses, se ha preguntado “cómo va a haber clase, si hay un humo que hace el aire irrespirable, con picos de contaminación brutales, muy por encima de lo normal”.

“Nos dicen que el aire es normal, pero las alarmas antiincendio de los garajes saltan del humo que hay”, ha añadido López, que ha querido saber por qué evacuaron a los vecinos de El Quiñón el primer día pero no ahora, “cuando es mucho más peligroso, porque el primer día la columna de humo iba para arriba, pero ahora el humo está dentro de las casas”. Tras tachar de “vergüenza” la gestión que se está realizando del incendio, ha lamentado que los responsables del Gobierno regional se hayan reunido esta mañana en el puesto de mando avanzado del incendio pero no se hayan acercado a la manifestación para hablar con los vecinos afectados. “Que vengan aquí y que den la cara. No tenemos acceso a los políticos y no va a venir nadie a escucharnos”, ha lamentado López, que ha añadido “si este incendio estuviera a 400 metros de la casa de Page, ya estaría apagado”.

También Jesús Gómez, otro de los vecinos que se han manifestado hoy, ha exigido más medios para sofocar el fuego, porque “un incendio así tarda meses e incluso años en sofocarse si no se toman las medidas oportunas”. “Los políticos son unos mentirosos. Debería estar aquí la UME (Unidad Militar de Emergencias) para apagar el incendio y esto ya estaría extinguido, pero no ha venido nadie a verlo”, se ha quejado Gómez, que ha comentado que, de noche, se ve cómo todavía salen llamas.

Por su parte, tanto el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de la Junta, Juan Alfonso Ruiz Molina, como el alcalde de Seseña, Carlos Velázquez, que han estado en el puesto de mando avanzado pero no se han acercado a la manifestación, han afirmado que comparten la preocupación de los vecinos y que se están poniendo todos los medios posibles para sofocar el incendio cuanto antes.

Por la tarde, muchos de estos vecinos van a dirigirse a las puertas del Ministerio de Agricultura en una protesta pacífica. Uno de los integrantes de este colectivo, Antonio Ayllón, ha indicado que aquellos que apoyen esta protesta se desplazarán con sus propios vehículos y que será una reivindicación que no busca altercados ni causar desperfectos, sino trasladar su malestar a una instancia gubernamental superior. También ha indicado que buscarán la declaración de zona catastrófica, ya que, a su parecer, el fuego ha provocado unas consecuencias que no permiten una vida normal. “No se va a poder llevar una vida normal hasta dentro de cinco o diez años”, ha asegurado.