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“El que ha redactado el borrador no tiene mucha idea de setas”

Setas

Carmen Bachiller

El otoño de este año 2016 no será el mejor para la recogida de setas. La falta de lluvias hasta la fecha condicionará la campaña que en los últimos años se viene caracterizando por la creciente preocupación ante la recolección masiva e incontrolada de hongos. “Está de moda”, reconocen los micólogos en Castilla-La Mancha a lo que se suma que muchos busquen hacer su particular ‘agosto’ aprovechando la falta de regulación y de vigilancia.

La Junta de Castilla-La Mancha prepara una orden para regular la recolección de setas silvestres en los montes de Castilla-La Mancha. En su exposición de motivos, reconoce la necesidad de atajar esa “problemática” que se repite en varios puntos de la región. Cerrado ya el periodo de alegaciones, a las asociaciones micológicas de Castilla-La Mancha les queda un regusto agridulce con la iniciativa.

Para este colectivo, del borrador se desprenden varias carencias. La queja más común tiene que ver con el listado de especies recolectables que recoge la orden, con un total de 33. José Luis García Juan, presidente de la Asociación Micológica Conquense, apunta que lo “lógico” hubiera sido hacer un listado de especies escasas o en peligro de extinción que se sometan a restricción. “Que sean solo para uso científico y que pudiera recogerse uno o dos ejemplares. Pero el resto de especies que se pudieran recolectar con el permiso ordinario”.

En este sentido, apunta que “en Aragón son mucho más racionales” porque se consideran como recolectables todas las especies, excepto las escasas o en peligro de extinción. Añade que “el 99% de la gente solo va a coger las comestibles y las más conocidas. No vemos la razón de esa lista cerrada” que, además, “se queda bastante corta”.

José Fajardo, presidente de la Sociedad Micológica de Albacete cree que el listado de setas “está incompleto” y que la Junta permitiría, de aprobarse el texto tal y como está ahora, que pudiesen recolectarse especies no comestibles como es el caso de la ‘russula sanguinaria’ y en cambio queden fuera otras aptas para el consumo o de recolección tradicional en la región.

Para la Asociación Micológica Alcarreña “La Senderuela”, a cuyas alegaciones ha tenido acceso el diarioclm.es, es “habitual” recoger setas comestibles y otras no comestibles con características similares para poder identificarlas. “En estos casos siempre se cogen dos o tres ejemplares, que en ningún caso ocasionan un daño al monte”. Además, alertan, los no expertos, “por error pueden coger otras setas por ser similares, que no están en el anexo y serían objeto de sanción administrativa por una conducta sin intención de incumplir la norma y que no ocasiona ningún daño al monte”. Las asociaciones micológicas proponen a la Consejería la publicación de un catálogo de setas no recolectables.

Distinguir entre tipos de recolectores

Los expertos en micología apuntan que los daños por una inadecuada recogida de setas son puntuales. Hay quien dice que sería oportuno poner en foco en aquellos lugares donde se detecta esta problemática -por ejemplo, la recolección masiva con fines comerciales- sin necesidad de ‘castigar’ al resto de zonas de tradición setera. “Está demostrado científicamente que la recolección de setas no afecta a la conservación de las especies”, dice Fajardo.

Tampoco creen que se deba tratar por igual a todos los recolectores porque hay quien se lo plantea como una cuestión científica, mientras que para otros es una “moda”, un hobby de fin de semana y el tercer grupo sería el que quienes cogen setas para lucrarse. Las sociedades micológicas consultadas creen que el borrador que prepara la orden no establece diferencias en este sentido y que, apuntan, son necesarias

El papel de los expertos

A eso se suma la preocupación sobre el papel de las sociedades micológicas que llevan años divulgando el mundo vinculado a los hongos. En este sentido, la idea del Gobierno regional es promover actividades relacionadas con la micología y no descarta suscribir convenios de colaboración con aquellas asociaciones y entidades cuyo fin sea el conocimiento y preservación de la riqueza micológica de Castilla-La Mancha.

Sin embargo, el colectivo lo considera insuficiente. Sobre todo en lo que tiene que ver con la recogida de setas con fines, científicos, divulgativos o educativos para la que será necesaria la autorización administrativa y siempre que no haya ánimo de lucro. Para José Fajardo este planteamiento es “complicado” en la práctica y muy “difícil de aplicar”. “Si alguien sale al campo y encuentra una seta que no conoce y quiere estudiarla… ¿Cómo vas a esperar a tener una autorización?”, se pregunta.

García Juan asegura que la posibilidad de convenios con las sociedades micológicas debería desarrollarse más. “En Aragón, la norma dedica artículos completos a los permisos especiales para recolectores con ánimo de divulgación científica. Castilla-La Mancha solo da una pincelada”. De hecho, considera la norma “muy restrictiva” para quienes buscan fines científicos o educativos.

La Asociación Micológica Alcarreña ‘La Senderuela’, que preside Santiago Muñoz, propone a la Consejería crear la figura de Asociaciones Micológicas Colaboradoras. Un ‘título’ que se otorgaría a aquellas entidades asociativas que cuenten entre sus fines con el estudio de los hongos silvestres y la transferencia de conocimientos en torno a su biología y utilización y que se comprometan a colaborar en la divulgación de tales conocimientos y de la normativa reguladora, además de acreditar más de cinco años de realización de actividades análogas en Castilla La Mancha.

Controlar la recolección a través de los compradores

Entre el colectivo de expertos micológicos, también se escuchan voces que echan de menos “la originalidad” en la propuesta para regular la recogida de setas silvestre. Algunos creen no deben considerarse solo como un producto con valor económico sino mirar esta práctica como una de las tradiciones más enraizadas en la región a la que no se deben poner más trabas administrativas. Hay quien apuesta por poner el foco en controlar la cantidad y las especies que se compran para, a partir de ese momento, iniciar la trazabilidad del alimento e incluso su control sanitario.

Luego está el ‘conflicto’ con la práctica de la caza. La norma también quiere evitar que ambas actividades ‘choquen’ y se estorben entre sí, pero lo cierto es que se priorizará la caza o las actividades de recogida de madera sobre la actividad setera. El borrador de la orden dice que “no se podrá llevan a cabo durante la celebración de jornadas de caza ni tampoco en aquellos lugares donde se estén llevando a cabo aprovechamientos de madera”.

José Fajardo, presidente de la Sociedad Micológica de Albacete cree que hay que “afinar” el texto en este sentido y que no se puede equiparar a la caza con la recogida de setas. ¿Por qué contemplar la recogida de setas como un aprovechamiento similar a la caza o a la madera? El colectivo pide diferenciación con este tipo de actividades ligadas a montes y bosques.

La recolección abusiva, “el peor problema de los montes”

También recuerdan que se obligará a los municipios a establecer ordenanzas que regulen la actividad comercial, aunque los micólogos comentan que algunos ayuntamientos ya las tienen y a pesar de todo, para Jose Luis García Juan, “salvo algunas intervenciones de la Guardia Civil por recolecciones masivas es un tema mal regulado”.

“La recolección abusiva se está convirtiendo en el peor problema que tienen los montes”, asegura, porque “se hacen verdaderas barbaridades” y no hay suficiente vigilancia para evitarlo. “Es una infracción administrativa que se impone pero luego nadie responde a las multas. ¡A ver quién los caza! La norma debería ser más concreta y a eso sumar más vigilancia”.

Cotos de setas

La norma también incluirá, en un futuro decreto-ley que dará continuidad a la orden que ahora se redacta, la obligación de establecer cotos de setas. Y además, en los montes de titularidad pública podría requerirse la obligación de tener un ‘carné de recolector’, de carácter anual, como ocurre con la caza o la pesca. “No lo vemos mal”, asegura José Luis quien opina que los cotos de recolección de setas permiten controlar la recogida y, de paso, que los ayuntamientos tengan pequeños ingresos.

Desde Guadalajara proponen una señalización específica para los terrenos acotados o reservados y, en este caso, que se establezca un periodo de un año para adaptar la señalización establecida en la orden.

“Veremos si la norma queda tal cual y si nos hacen caso” porque “el que ha redactado este borrador, me atrevo a asegurar que no tiene mucha idea de setas”, lamenta el presidente conquense. Fajardo coincide en esa apreciación y, añade, “es cierto que se nos ha consultado pero nos tendrían que haber convocado a una reunión formal y presencial”.

En la región no existe una Federación regional que agrupe a la docena de asociaciones micológicas castellano-manchegas existentes, aunque ya ha habido algunos contactos en este sentido y no descartan que termine poniéndose en marcha.

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