Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org
¿Por qué hemos elegido el crowdfunding para nuestro proyecto periodístico sobre el aceite de palma?
Sobre este blog
Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org
Por Nazaret Castro, co-fundadora de Carro de Combate y periodista freelance, afincada en América LatinaNazaret CastroCarro de Combate
Es ya un lugar común que el periodismo pasa por momentos difíciles. Que ya ha sido decretada la muerte del papel, pero todavía no se han logrado articular formas de ganar dinero en la Red, donde, al menos en España, prima la filosofía del todo gratis. En realidad, la tarta publicitaria no es menor, pero la captan Google, Facebook y otras plataformas que comparten el contenido, pero no lo crean y, por lo tanto, no lo costean. Y sin embargo, el periodismo de verdad, el buen periodismo, el único digno de ese nombre, cuesta dinero.
Como alguna vez me hizo notar Alfonso Armada, muy mal andamos si cabe la expresión “periodismo comprometido”: todo periodismo es comprometido, y a alguien incomoda; si no, es simple propaganda. Así lo resume el argentino Martín Caparrós: “Periodismo es averiguar, pensar y contar”. Así de simple. Pero, en la práctica, es casi una utopía. Averiguar requiere disponer de los recursos para visitar el lugar de los hechos y hablar con los protagonistas de esa realidad que se quiere contar; pensar requiere tiempo. Contar, también. Escribir un buen texto, honesto, legible pero no simplificador, requiere no sólo oficio, sino también un cierto sosiego y condiciones materiales que exceden la buena voluntad del reportero. “El buen periodismo necesita tiempo”, como le gusta repetir a Armada.
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