Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org
Dinero ciudadano para contar lo que Goliat esconde
La revista digital 'fronterad' está en campaña para financiar una investigación periodística sobre las grandes empresas españolas en América Latina: hablamos con su director, Alfonso Armada
Unas 60 personas han desembolsado en sólo una semana 2.231 euros para que la periodista Nazaret Castro investigue sobre el terreno el papel de las multinacionales españolas en América Latina. Es probable que la mayoría de estos ciudadanos estén acostumbrados a ver sus anuncios, esos que les proponen una “actitud azul” o que les insinúan que “queremos ser tu banco”. Es un secreto a voces que los grandes anunciantes privados como estos, o como el propio Estado (el principal anunciante del país según varios expertos), tienen un enorme peso en la balanza que equilibra, en cada medio tradicional y cada día, qué noticias o qué enfoques quedan en el plato de la luz y cuáles en el de la sombra.
El objetivo de esta reportera es hurgar en las consecuencias (sean cuales sean) del ejercicio económico e industrial de empresas como Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Telefónica o el Banco Santander. En la revista independiente donde publicará su trabajo, 'fronterad', no ven interés en los grandes medios por meterse en este charco, “máxime cuando estas empresas se encuentran entre los principales anunciantes de estos medios”, como explica la propia Castro. Por si alguien duda de que realmente existan tales presiones, de que opera un 'Goliat anunciante', lean qué opina Alfonso Armada, director de 'fronterad': “Con temas de esa envergadura casi nadie se atreve porque te arriesgas a perder la publicidad que no tuviste y que, tal vez, ya no tendrás”. Armada es además adjunto al Director en ABC y fue reportero de El País durante más de una década. Sabe de lo que habla.
Tenemos pues grandes medios de comunicación cuyo modelo de negocio les hace terriblemente dependientes de los grandes anunciantes privados -como estas multinacionales- y de los públicos, las diversas administraciones, la mayoría de las cuales, además, actualmente en España se encuentran en las manos de un mismo partido. Por otro lado observamos medios pequeños que quieren ocupar ese nicho vedado a los grandes para hacer periodismo de servicio público e independiente y que, de momento, están encontrando en el crowdfunding una buena vía. 'Fronterad' no es el único caso, hace unas semanas hablábamos en Colaboratorio del gigantesco éxito de la campaña del 'micro-nano-medio' local Cafè amb Llet (dos periodistas) para financiar su investigación sobre la corrupción política en la gestión de la Sanidad Catalana: trataron de callarles con una demanda y tras una campaña en la plataforma Verkami sacaron para pagar la multa y les sobró para editar un libro donde profundizar más en su investigación. Ningún gran medio catalán, pese a sus recursos, se había planteado siquiera el asunto. La autocensura es un activo que quizá valoren los grandes inversores publicitarios, les puede ahorrar descolgar el teléfono.
El lector-mecenas que libera ataduras
En esa misma web de crowdfunding el periodista “auto-freelance” (así se define él mismo) Jordi Pérez Colomé ha logrado financiar su último proyecto periodístico: un viaje a Israelha logrado financiar su último proyecto periodístico para contar el país entre las bambalinas de las calles -en lugar de las de los despachos-. La respuesta del público ha sido tan buena (4.690 euros) que le da para, cuando termine con Israel, saltar a Egipto, desde donde seguir produciendo un periodismo tan independiente como lo sea su propia conciencia y que a la vuelta se traducirá en posts para su afamado Obamaworld (empezó de “auto-freelance” cubriendo las elecciones de 2008 en EE.UU.) y en e-books 'recompensa' para sus donantes y a la venta para el resto. Aquí una interesante entrevista a Pérez Colomé, en la que asegura que “mi credibilidad es mi trabajo”.
También lo que es hoy La Marea, aparte de gracias al tesón de varios periodistas afectados por el indigno proceso de cierre de Público, comenzó a solidificar su base económica cuando aún era 'Más Público' gracias a los 33.000 euros que recolectó en Verkami. También el imprescindible 'Anuario de los silencios mediáticos' de Mèdia.cat o la nueva web del clásico Diagonal fueron posibles gracias a la financiación colectiva. Solo en esta plataforma hallamos 51 proyectos bajo la etiqueta 'periodismo'. Si nos vamos a Goteo.org, encontramos 11 campañas haciendo una búsqueda por ese mismo término, entre las que está la de Vía 52, cuyo último monográfico seguramente no sería del agrado de algún ministerioúltimo monográfico seguramente no sería del agrado (grandes anunciantes). Se enfoca en el gasto en defensa, pero también han publicado otros sobre “educación recortada”, la sanidad (“Diagnóstico con ánimo de lucro”) o “El botín del euro”. Así hasta 21 publicaciones semanales monográficas que si hubieran dependido de grandes anunciantes quizá no hubiera podido yo enlazarlas ahora o su fuste final o enfoque sería, digamos, “diferente”, en el caso de publicarse en un medio tradicional. En Goteo.org también encontramos un proyecto actualmente abierto, el de Madrilonia, un medio de periodismo activista que lleva funcionando ya casi dos años en los que han acompañado los procesos colectivos nacidos en las plazas el 15M. Piden dinero para pagar una “media jornada” (500 euros) y su correspondiente seguridad social. Y mientras todo esto pasa, ya se están pergeñando otras plataformas mucho más específicas para hacer periodismo, en donde cada reportaje o 'tema' concreto genere su propia campaña de crowdfunding. Es el caso de Información Sensible, impulsada por el periodista Daniel Montero y que trabaja desde hace algunos meses en un mix de redacción propia y plataforma de cofinanciación abierta a periodistas independientes.
Apertura no sólo para financiarse
Precisamente otro pilar de lo 'crowd' es esa producción abierta y distribuida, el crowdsourcing. Algo que impregna totalmente a un hito periodístico que ha dado que hablar muchísimo recientemente: la mega-investigación llevada a cabo desde el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, con sede en Washington, que ha destapado a más de 120.000 empresas operando en paraísos fiscales y a más de 130.000 personas físicas directamente ligadas a esas empresas o involucradas en actividades offshore. En este enorme e impactante trabajo periodístico, que ha golpeado a las opiniones públicas de varios países a la vez, han participado 86 periodistas y medios de 46 países diferentes, entre ellos los españoles Carlos Hernanz y el digital El Confidencial. Le pregunto a Alfonso Armada qué opina sobre este jalón y resulta que si el crowdfunding es aún una novedad en la revista digital que dirige, el crowdsourcing no: “Ya estamos involucrados. De hecho hemos publicado varios reportajes elaborados por el ICIJ”. “También compartimos contenidos con webs amigas de América Latina, como Elfaro, Etiqueta negra, La silla vacía, El malpensante, Plaza Pública, The Clinic, Ciper. Nos están ayudando en la difusión de la campaña de crowdfunding y van a apoyar a Nazaret Castro sobre el terreno de varias formas. Queremos profundizar en ese trabajo conjunto”.
Lo hemos dicho ya más veces: estamos aún en el principio. No obstante, el ritmo de proliferación de un nuevo tipo de periodismo independiente, que además de competir es capaz de colaborar con sus pares (sean otros medios independientes o periodistas o ciudadanos) y que reclama la implicación económica y moral del lector, parece fuerte, y sano. Es preciso, eso sí, seguir de cerca la evolución de la reacción de los lectores/usuarios ante el constante aumento de oferta de periodismo a financiar, algo que analiza el profesor de Periodismo de la Universidad Carlos III Raúl Magallón en estos dos (uno y dos) certeros posts que recopilan además estos y otros ejemplos donde se pide la implicación financiera del destinatario de la información para lograr un periodismo ligero de presiones externas o autocensura.
Seguimos indagando este tema de una forma más directa en la entrevista con Alfonso Armada:
“Urge encontrar un modelo que permita pagar decentemente por hacer buen periodismo”.
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