Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org
Aire abierto: ejemplos de tecnologías libres para bienes comunes naturales (3/4)
En esta tercera parte de la serie sobre desarrollos tecnológicos libres que se relacionan con bienes comunes naturales (en que ya nos hemos acercado al agua y luego la tierra) nos pasearemos en este post alrededor de ejemplos vinculados con el aire. Ya sea para velar por su calidad, o bien como medio del que obtener energía o movilidad, el aire es un elemento que está permitiendo diversas aproximaciones desde la innovación libre y abierta.
Open Hardware
El diseño de generadores a partir de molinos de viento hace tiempo que permite la construcción artesanal y de bajo coste para personas o comunidades que quieran tener una fuente alternativa de energía a partir de ese medio. Pero de un tiempo a esta parte, gracias a Internet y las posibilidades de colaboración online, se ha producido un auge de soluciones de fácil apropiación y replicación bajo la filosofía del software libre, como por ejemplo de pequeña escala para familiarizarse con su construcción en el caso del molino Chispito o bien de bajo coste y reciclando materiales como el de Zoetrope hasta la turbina de viento modular para complementar el Kit de Iniciación de Civilizaciones que empezará a desarrollarse desde el proyecto Open Source Ecology, del que ya hemos hablado en otras ocasiones.
Otra comunidad emergente en torno a dispositivos vinculados con el aire es la de aficionados a la aeronáutica, que bajo la filosofía del “háztelo tú mismo” están desarrollando toda una serie de drones con dispositivos open source para diversas utilidades. Por ejemplo desde el portal, forja y punto de venta de dispositivos modulares de DIY Drones, impulsado por el antiguo editor en jefe de la revista Wired, Chris Anderson, o desde proyectos integrales como Open Pilot. O en torno a las posibilidades de la impresión 3D, que ya está propiciando prototipos fabricables a escala personal que pueden volar del modo espectacular que muestra este vídeo, vía Shapeways:
El potencial de drones o vehículos aéreos no tripulados, ya sean abiertos como estos ejemplos o propietarios, no está exento de polémica cuando es para usos militares o de control social, pero también permite su uso en la vigilancia en entornos naturales como por ejemplo para la prevención de incendios, o la cartografía y estudio del medio ambiente. Igual que las discusiones que suscita la impresión 3D cuando ha sido usada para la fabricación de artefactos peligrosos o incluso armas, una de las principales cuestiones en torno a estos desarrollos tecnológicos abiertos es hasta qué punto permiten productos derivados al margen de la comunidad, o incluso generando otras cuyo propósito o valores son muy diferentes a la original.
Colaboración distribuida
Para medir la polución del aire hace tiempo que se plantean soluciones que permiten el acceso a datos generados por diversos organismos e instituciones, mediante redes de medición que sin embargo muchas veces pueden no tener el alcance o grado de detalle necesarios que todo el mundo quisiera. Una persona que quiera conocer con precisión el grado de contaminación atmosférica o acústica en su calle, lugar de trabajo o centro educativo (y compararlo con el de otros lugares próximos o lejanos) tiene actualmente la posibilidad de hacerlo mediante dispositivos de diseño abierto que puede construirse el mismo o acabar de ensamblar, configurar y conectar a redes de datos para compartir con más personas.
Uno de los ejemplos en ese sentido sería el proyecto Air Quality Egg, un sensor con forma de huevo (sí de huevo :) cuyo prototipo se financió colectivamente y que permite medir el dióxido de nitrógeno y concentraciones de monóxido de carbono en el interior o exterior de la casa, mediante un sensor de Arduino, y luego geolocalizar esos datos en un mapa a tiempo real. La comunidad que lo está desarrollando, además de facilitar la documentación y actualizaciones de modo regular, ha realizado talleres de construcción en centros de innovación tecnológica y ciudadana como Medialab-Prado. Dando un paso más allá, se está desarrollando impulsado por el FabLab de Barcelona otro ejemplo de dispositivo similar, pero que permite además de mediciones de humedad y sonido disponer de una red de datos y visualizaciones que integre las mediciones y conversaciones de modo mucho más social e integrado. El proyecto, bajo el nombre de Smart Citizen, se cofinanció para su fase inicial mediante Goteo gracias a las aportaciones de más de 159 personas, y se integra para la recopilación y visualización de datos con la plataforma de base de datos de sensores Cosm.
Otro ejemplo de sensores diseñados, cofinanciados, construidos, desplegados y compartidos por ciudadanos para la medición del aire es Safe Cast, que principalmente permite dsplegar una red abierta de medición de radioactividad. Concretamente, la iniciativa tras el desastre provocado por el accidente nuclear de Fukushima, está desplegando en Japón cientos de pequeños sensores con wifi que se conectan a Internet y actualizan regularmente sus mediciones, como se puede apreciar en estos diferentes mapas. En españa se está comenzando a desarrollar una iniciativa similar a través del portal Radiactividad.org, enfocado asimismo a la visualización de mediciones en tiempo real.
¿Sabes de más proyectos de open hardware o colaboración digital abierta en torno al aire? Explícalos o deja el link en un comentario, ¡queremos conocer más!
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