Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.
Más ataques con drones vía Alemania
El European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR) -mi organización- ha apoyado, junto a la organización de derechos humanos Reprieve (Londres), la denuncia que el ciudadano yemení Faisal bin Ali Jaber y dos familiares suyos presentaron, en contra de la República Federal de Alemania, ante el Tribunal Administrativo de Colonia. Denunciaban el papel jugado por Alemania en los ataques estadounidenses mediante drones. El pasado miércoles hubo una negociación verbal y el Tribunal Administrativo de Colonia decidió rechazar la demanda, tras declararla inadmisible.
Los detalles son los siguientes. Al igual que muchos ataques militares, los ataques por medio de drones son problemáticos por varias razones. Tanto la gran distancia entre quien ejecuta el ataque y los blancos como la supuesta precisión quirúrgica son puntos críticos. Esta crítica puede parecer por momentos un tanto naif, como si bombardeos y ataques de misiles no tuviesen las mismas problemáticas. El Derecho Internacional, y con ello también el Derecho Internacional Humanitario, la Convención de Ginebra y sus protocolos adicionales, fueron creados por los Estados, que a la larga no quisieron ser limitados en sus medios. Por ello, el Derecho Internacional Humanitario permite en los conflictos armados mucho más de lo que nos parece humanamente admisible. Pero un nuevo Derecho, un Derecho más estricto, no está a vista. Por tanto, nada bueno por el momento.
La consecuencia es que los ataques por medio de bombas, misiles y drones están menos prohibidos de lo que la gente piensa; y menos de lo que muchos quisieran, aun cuando mueran civiles. Véase, por ejemplo, el ataque con bombas en Kundus (Afganistán) ordenado en otoño de 2009 ordenado por un coronel de la Bundeswehr (Ejército alemán).
Somos de la opinión de que los ataques mediante drones fuera de zonas de guerra no son nada más que precisos asesinatos extralegales, es decir, ejecuciones de penas de muerte sin cumplir el derecho al debido proceso. Así también lo ve la mayoría de los activistas y juristas especialistas en Derecho Internacional alemanes y europeos. De manera que creíamos tener buenas cartas ante un tribunal administrativo alemán en el caso citado acaecido en Yemen.
No tuvimos que argumentar -como por ejemplo sucede en procesos penales o civiles- una complicidad de las autoridades alemanas, aun habiendo varios indicios para ello. La base aérea estadounidense ubicada en Ramstein es el centro de operaciones, sin cuya participación los ataques mediante drones no podrían ser ejecutados. Ramstein es parte de un sistema moderno altamente complejo compuesto por varias partes y con una gran cantidad de actores en diferentes lugares. Pero con el recurso quisimos dar vuelta a la carga de la prueba: no demostrar que Alemania participa activamente en la guerra de drones estadounidense, sino ir por otra vía. Dado que las autoridades tienen la obligación de proteger a las personas, incluidas aquellas que viven en Yemen, deben asegurar por tanto que esta gente no sufra violaciones de los derechos humanos por parte de sujetos alemanes.
El tribunal administrativo de Colonia se ha ocupado públicamente, como primer tribunal alemán, de las cuestiones jurídicas. La denuncia fue admitida y nuestro discurso fue declarado plausible. Pero entonces el tribunal aclaró: la República Federal de Alemania puede juzgar en términos de política exterior y, por lo tanto, decidir con qué medios quiere proceder y hasta qué punto. Con ello el tribunal rechazó el objetivo de nuestra denuncia, que es la prohibición del uso de la base de Ramstein para estos propósitos. Realmente no es una respuesta satisfactoria, como suele ser cuando se trata de proceder contra la política militar. No obstante, sí existe una base para futuras acciones: los tres denunciantes pueden presentar recurso contra la sentencia, con lo que en tal caso otro tribunal deberá decidir.
El intercambio de notas diplomáticas no ha mostrado ser un instrumento mínimamente adecuado para parar los ataques mediante drones. Además, existe un debate público sobre si Alemania realmente hace lo suficiente para evitar violaciones del Derecho Internacional y asesinatos de inocentes. La política debe decidir. Todos nosotros podemos y debemos influir.
Tanto los denunciantes de Yemen como el ECCHR seguiremos trabajando en ello. Utilizaremos esta rendija que la sentencia del tribunal de Colonia ha dejado abierta.
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Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.