Autor mexicano Uribe valora la transpiración sobre la inspiración al escribir

El escritor mexicano Álvaro Uribe, ganador este año del premio Xavier Villaurrutia de Literatura en su país natal, afirmó hoy en Guatemala que “la transpiración” es más importante que la inspiración, a la hora de escribir una novela.

“La inspiración es nada más el arranque del trabajo. Un poema lo puedes hacer entero, pero no puedes crear 300 páginas de una novela en un arrebato de inspiración. Hay que hacerlas”, expresó Uribe a Efe, tras arribar este jueves al país centroamericano para presentar su última novela, “Autorretrato de Familia con Perro”.

La obra le representó al escritor mexicano el premio literario Xavier Villaurrutia, considerado el más importante de México y cuyos primeros ganadores fueron Juan Rulfo y Octavio Paz, en 1955 y 1956, respectivamente.

“Este premio es muy codiciado, pero hay que verlo como un golpe de suerte. Es el mejor que te pueden dar en México y los jurados vienen garantizados doblemente porque todos ellos también se han acreditado el galardón”, explicó Uribe.

“Hay muchas razones para estar contento, pero de cualquier forma es una lotería como todos los premios, aunque claro, el billete es el libro y no es cualquier billete. Pero las circunstancias pueden variar de un día para otro y hay que ser conscientes de que en realidad tuve muy buena suerte”, añadió el autor de 61 años.

Uribe llegó a Guatemala este jueves para presentar su última obra en la Feria Internacional del Libro (FILGUA), que espera la visita de 40.000 personas durante diez días y cuya edición de este año está dedicada a la literatura del país norteamericano.

La novela, ambientada en México y con tintes autobiográficos, cuenta la vida e historia de una madre, retratada a través de sus dos hijos gemelos y más de una docena de personas que la conocieron, desde la sirvienta hasta el perro de la familia.

“El único motivo por el que me da gusto que mi madre ya no viva es porque no va a poder leer esta novela”, admite Uribe.

“No me habría atrevido antes a escribirla. Creo que un escritor debe ser capaz de cualquier cosa por hacer un buen libro, incluso de matar a su madre si la ocasión lo requiere. Yo personalmente no lo fui”, relató.

El escritor aseveró que su madre “tenía la credencial número cero” de su “club de fans” y “no hubiera querido devolver esa devoción literaria con una novela en la que pase lo que pase se tendría que sentir autorretratada”.

Uribe también se refirió a la complejidad de escribir su obra con la intervención de más de una docena de coprotagonistas.

“Interpretar a 15 personajes requiere mucho trabajo. Te tienes que sumergir en los personajes. Yo lo llamo 'travestismo literario'”, subrayó el autor mexicano.

“La mañana en que tuve que hacer la interpretación de la sirvienta, me metí en el papel y durante las semanas que escribí el texto me cambiaba y hasta me sentía mujer. Eso fue multiplicado hasta 15 veces y en una de ellas tuve que ser hasta perro”, recordó.

La creación de “Autorretrato de familia con perro” le llevó dos años y medio a Uribe, pero durante la producción por primera vez en su vida terminó “un texto de una sola sentada” al interpretar al canino.

“Casi casi salí ladrando de mi habitación al terminarlo. Sentí lo que sienten los poetas, a quienes les llega la inspiración. El resto del trabajo tardó dos años y medio, en la que fue mi novela más rápida”, indicó el autor.

El ganador del premio Xavier Villaurrutia también valoró la trascendencia de la trama por encima del desenlace, a la hora de sentarse a escribir.

“La trama la tienes que ir haciendo todos los días y sientes cómo lo que te pasó esa semana, o ese mes, acaba interviniendo y modificando un libro que tú crees que ya estaba muy bien armado. Y lo tienes que aprovechar para modificar un poco la historia. Y esa es la aventura de la novela”, admitió.

“Los poetas tienen toda la inspiración, pero nosotros los escritores tenemos esos momentos donde la vida se va involucrando casi involuntariamente en el trabajo”, concluyó.

Uribe, quien fue premiado el pasado 28 de abril en el Palacio de Bellas Artes de México, es el autor de “Topos” (1980), “El cuento de nunca acabar” (1981), “La audiencia de los pájaros” (1986), “La linterna de los muertos” (1988), “Recordatorio de Federico Gamboa” (1999), “La otra mitad” (1999) y “La parte ideal” (2006), entre otras obras.

El filósofo mexicano también fue agregado cultural de su país en Nicaragua y consejero cultural en Francia.