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Bruselas acoge la carnalidad de Ana Casas y a pioneras de la foto feminista

Bruselas acoge la carnalidad de Ana Casas y a pioneras de la foto feminista

EFE

Bruselas —

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El Palais des Beaux-Arts (Bozar) inauguró hoy su bienal de fotografía contemporánea en la que se realza la obra de las pioneras del feminismo de los 70 y la de Ana Casas Broda, quien aborda en “Kinderwunsch” la maternidad a través de su propia experiencia, su cuerpo y su identidad.

“En realidad, la maternidad tiene que ver con la sexualidad, el problema es que la sexualidad se considera como algo que no se debe ver. Y la sensualidad tiene que ver con el contacto, con el roce, con el vínculo”, dijo a Efe Casas Broda.

La artista -española de nacimiento, austríaca de origen y mexicana de adopción- expone en la bienal parte de su proyecto “Kinderwunsch”, un retrato carnal de la maternidad “con sus contradicciones, con lo bello y lo doloroso”, explicó.

Casas Broda consideró que el concepto de mujer, en torno al que gira la quinta edición de la bienal belga, “es bien complicado”, aunque consideró que la discusión cada vez más se centra en analizar las problemáticas “de manera más realista”.

“Desde mi experiencia, sí veo que hay una fractura de unas ideas que eran clave del feminismo en un tiempo y hay un regreso a cómo podemos volver a replantear el rol de la maternidad”, reflexionó la artista, quien se sometió durante cinco años a tratamientos de fertilidad.

Su anhelo de ser madre queda plasmado en “Kinderwunsch”, donde se fotografía en escenas íntimas, desnuda, amamantando a sus hijos, dejando que jueguen con su cuerpo o mirando a cámara para mostrar al espectador las huellas que produce en su cuerpo y su ánimo la entrega absoluta.

Para la artista, tener una familia “es una experiencia completamente avasalladora, es física, no puedes evitar volcarte en ella, y tener una disposición para vivirla”.

El cuerpo de la mujer es uno de los grandes protagonistas de la bienal y de su exposición central, “Woman. El Feminismo de Vanguardia de los 70”, una muestra “provocativa, radical, poética e irónica” que reúne la obra de 29 mujeres artistas, explicó su comisaria, Gabriele Schor, en conferencia de prensa.

A través de su trabajo, las artistas se reapropiaron del cuerpo de la mujer, presente tradicionalmente en el arte como un objeto de deseo de los hombres para hombres, para convertirlo en un “medio primario de expresión”, según la comisaria.

Los 70 fueron “una década muy especial en las que las mujeres se liberan de la pintura y se vuelcan en otros medios, se expresan de una manera más libre y directa”, opinó Schor.

“Fue muy difícil al principio”, reconoció la fotógrafa alemana Annegret Soltau frente a una de sus obras, una serie de instantáneas en las que la artista envuelve su cabeza con un hilo fino negro que termina por cortar con unas tijeras, en una catarsis.

“Quería decir 'yo hice esto', no 'nosotros', porque las mujeres nunca quieren decir 'yo lo hice' y en la historia del arte, las mujeres muchas veces ni siquiera tenían un nombre propio”, subrayó Soltau.

La compleja relación entre el cuerpo, la identidad y la feminidad queda plasmada en el retrato con el rostro deformado contra un cristal de la cubana Ana Mendieta, que encabeza el cartel de esta bienal centrada en explorar la cuestión del género.

Las pioneras del feminismo cuestionaron también el papel que la sociedad les asignaba como mujeres, al grito de lo “privado es político”, explicó Soltau a Efe.

“Se ve perfecta, huele maravillosamente bien, tiene atractivo sexual. Y sin embargo, es asexual. Si es inteligente o no es irrelevante”, afirmaba Martha Wilson de las mujeres-“diosas”, uno de los papeles que denuncia en autorretratos cargados de ironía, en los que también se viste de “Lesbiana”, “Mujer trabajadora”, “La profesional”, “La madre tierra” o el “Ama de Casa”.

Por su parte, Lili Dujourie juega con el espectador al confrontarlo con sus propios clichés, retratando a un cuerpo joven que se contorsiona por el suelo en posturas habituales de catálogos de moda femenina, vídeos musicales o películas, solo para revelar en la última instantánea que se trata de un varón.

Por María Tejero Martín

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