La Cueva Els Trocs muestra actividad funeraria desde hace 5.000 años en el Pirineo

El trabajo de un equipo de arqueólogos en el yacimiento de la cueva de Els Trocs, en la localidad pirenaica de Bisaurri (Huesca), ha permitido constatar un uso funerario de la gruta en la época calcolítica, entre los años 3.000 y 2.500 antes de Cristo.

Los arqueólogos consideran que la pieza “estrella” de la campaña de excavaciones de este verano es un fragmento del parietal izquierdo de un cráneo humano con una huella evidente de un flechazo que le atravesó la cabeza.

En su interior muestra una incisión punzante y un levantamiento óseo sin desprendimiento exterior que evidencia la herida aguda sufrida.

Para el equipo, esta pieza constituye un elemento a estudiar que se suma a los “apasionantes” datos que ofrecen los análisis de ADN de los restos humanos hallados en la cueva.

El equipo de investigación, que trabaja en el yacimiento desde 2009 bajo la dirección del profesor Manuel Rojo, ha hecho este descubrimiento en uno de los sectores, el denominado “camarín norte”, en el que todavía no se había intervenido.

La campaña de excavaciones de este verano, recientemente finalizada, ha sido financiada por la Asociación Trashumancia y Naturaleza a través de un convenio suscrito con la Universidad de Valladolid y la Danube Private University de Krems (Austria).

Los arqueólogos han localizado este año el inicio de una fosa con numerosos restos humanos (por el momento de al menos cinco individuos) que podría corresponder con un enterramiento colectivo todavía sin certificar como tal.

A falta de dataciones absolutas, la adscripción a la etapa calcolítica se ha realizado a través del hallazgo entre los restos humanos de dos “bellos foliáceos” (puntas de flecha) de “magníficos retoques planos, invasores y bifaciales”.

El equipo investigador ha realizado también hallazgos de interés en los demás sectores de la cueva, especialmente punzones de hueso con claras señales de uso, hachas pulimentadas y un conjunto “numeroso e interesante” de cerámicas, muchas de ellas bellamente decoradas que tapizan un área habitada de la gruta.

Con las piezas recogidas en la campaña de este año, que se ha prolongado durante dos semanas, los arqueólogos estiman que contarán con más de 40.000 fragmentos para su análisis e interpretación.

Según asegura el profesor Rojo en un comunicado, “lo más espectacular es que con fragmentos cerámicos se pavimenta prácticamente toda la cueva, como una primera protección contra la humedad de la misma”.

El experto destaca que todos los fragmentos aparecen en disposición horizontal, con bellas decoraciones y con “complejos y curiosos” motivos compositivos.