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María Canosa, creadora de historias ante una hoja en blanco

María Canosa, creadora de historias ante una hoja en blanco

EFE

Ourense —

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Nunca ha tenido miedo a la hoja en blanco y en ello ha debido de influir ser hija de una escritora. “Para mí era normal ver a mi madre escribir en su mesa, era lo que ella hacía”, explica la escritora María Canosa (Cee, 1978), hija de la también autora Concha Blanco.

En ese entorno Canosa comenzó a “crear” piezas literarias antes de saber escribir, cuando apenas comenzaba a hablar. “Con tres años”, dijo en una entrevista con Efe, “ya inventaba poemas y mis padres copiaban algunos”.

Los derroteros académicos la llevaron por otras sendas y terminó estudiando Ingeniería de Caminos, pero sin dejar nunca la literatura, “¡y quién me diría que iba terminar teniendo solo trabajo por mi rama de letras, porque ahora como ingeniera no tengo trabajo!”, exclama.

No son suficientes los dedos de las manos para contar las obras que tiene editadas desde que a finales de los 90 se publicase su primer trabajo “Bramido maino”, una novela que escribió un lluvioso verano en el pueblo de su madre cuando contaba 13 años.

Desde entonces todo ha fluido en esta autora que escribe “por impulsos”. Sus obras publicadas se dirigen principalmente al sector juvenil e infantil, aunque le gustaría publicar novelas para adultos, y, de hecho, “tengo alguna escrita, aunque quizás no es comercial o lo que las editoras quieren promover en este momento”.

Admite no sentir la necesidad imperiosa de “pasar por ese trámite” y dar el salto a la literatura adulta, pese a que “a veces parece que mientras no escribes para adultos no eres escritor en mayúsculas”.

En su adolescencia, explica en la conversación, “escribía para gente de mi edad porque conocía el medio, los temas que nos gustaban, el vocabulario,...”. Pero su inquietud la llevó a dar el salto a la literatura infantil.

“Fue complicadísimo, se reduce el vocabulario y los temas, la forma de tratarlos es muy concreta, tuve que meterme en la mente de un niño para saber qué contarles y cómo”, recuerda. Por eso reta a “toda esa gente que no llega a valorar la literatura juvenil e infantil” a que “intenten hacerlo, los niños no son tontos y saben muy bien lo que quieren”.

Además considera escribir para este público una “gran responsabilidad; en ellos está el futuro” además de “muy gratificante, cuando vas a los colegios son los más sinceros y aprendes mucho”.

Desde que comenzó en este oficio ha visto como ha evolucionado el sector. “Hoy para editar está más complicado que nunca. Es cierto que las editoras se están abriendo a voces nuevas, pero se está editando muy poco”.

Sin embargo, cada vez son más los que se lanzan a la aventura de la escritura, algunos simplemente echando mano de su popularidad.

En este sentido, Canosa opina que “la gente sabe lo que lee, si eres lector sabes lo que buscas”. Hay, por tanto, “un tipo de gente a la que quizás le gusta más leer por simple diversión que por calidad literaria, entonces debe haber todo tipo de libros”.

Sí que le da “cierta pena” que “los libros más vendidos sean los menos literarios, trabajos que se podrían publicar en folletín o prensa rosa, pero si eso anima a que la gente coja un libro y lea me parece bien”. Con todo “el mercado manda, si se venden es que a la gente le gusta, pero eso no significa que yo vaya a cambiar lo que escribo”, indica.

Otra de las facetas que la ha hecho más popular, además de sus colaboraciones en La Voz de Galicia, es su papel en el programa de la TVG 'Verbas Van', heredero del conocido 'Cifras y Letras'.

Por la calle “no me reconocen tanto”, pero las personas que simbólicamente almuerzan a diario con ella y sí la identifican “son muy cariñosas, te hablan con mucha confianza. Me gusta saber que transmito esa sensación de proximidad”, dijo.

También hay quien le ha dicho que preferían a su antecesora, la escritora Yolanda Castaño, “y me gusta que sientan la confianza para decírmelo”, comenta entre risas.

Desde su posición, cree que el éxito de este espacio se debe a “mezclar Ciencias y Letras y hacerlo con naturalidad, de manera divulgativa y accesible”.

Ese aspecto divulgativo indaga en el uso del idioma gallego, que “está descuidado”. “Al implantarse una normativa necesaria para normalizar y normativizar el idioma, algunas personas pensaron que o hablas siguiendo esa normativa escrita o no hablas bien, y por eso han dejado de hablar gallego”, opina.

“Pero esto es un error, ya que ”las variedades dialectales en el habla están completamente aceptadas y además son una riqueza cultural“, incide. Ha faltado, por tanto, ”concienciar a la gente de que hablar según las diferentes zonas es una riqueza y se están perdiendo variedades dialectales. Para mí es una verdadera pena“.

La ortografía no sale mejor parada, está “por los suelos, en gallego y castellano, la gente lee muy poco, escribe muchos mensajes por teléfono, ya da igual poner una h o no y terminamos por olvidar si una palabra la lleva”, reconoce.

Por eso, invita a que se lea y mucho, y da ejemplo ella misma. Su libro favorito “Cousas”, de Castelao, y la primera para adultos de su madre, titulada “Berta”. El último que ha leído “Las uvas de la ira”.

También anima a los que empiezan en la escritura a que venzan barreras y “no tengan miedo a escribir o presentarse a concursos”.

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