El culebrón Polanski continúa
Hace casi cuarenta años que Roman Polanski se vio envuelto en uno de los escándalos más sonados del mundo del cine. El oscarizado director polaco fue acusado de haber tenido relaciones sexuales con una adolescente de trece años durante una sesión de fotos en Los Ángeles, un encuentro aliñado con champán y drogas. En su momento, Polanski se confesó culpable ante esta acusación y pasó casi dos meses en la cárcel.
En 1978 salió de Estados Unidos y se nacionalizó francés para evitar una pena de prisión mayor. En 2009, Polanski fue detenido en Zúrich tras una orden de arresto emitida por Estados Unidos y puesto bajo arresto domiciliario. En 2010, las autoridades suizas decidieron no extraditarle y el cineasta recobró la libertad.
Pero el caso no acaba de cerrarse. Polanski tiene ya 81 años y Samantha Geimer, la víctima, ha cumplido ya el medio siglo de vida. Geimer ha defendido y exculpado en varias ocasiones al cineasta, queriendo dejar todo en el pasado y argumentando que la vida ya ha castigado lo suficiente al director (en alusión al dramático asesinato de su mujer y su hijo no nacido por Charles Manson). En el 2003 escribió un artículo de opinión en Los Angeles Times, explicando que Polanski no debía ser excluido de recibir un Oscar al mejor director por El pianista. Sus declaraciones: “Yo realmente no tengo ningún rencor hacia él, ni simpatía, tampoco. Es un extraño para mí”.
Geimer ha superado el lamentable episodio, pero la justicia norteamericana, no. Hoy Polanski ha declarado -en una audiencia cerrada, como solicitó en enero- ante el tribunal de Cracovia, tribunal que debe decidir sobre la petición de extradición del cineasta solicitada por EEUU en enero de este año. Parece que la decisión va a tardar tiempo en tomarse, ya que es necesaria la traducción de la documentación remitida por la justicia suiza.
Si el tribunal se pronuncia a favor de la extradición, la solicitud será remitida al Ministro de Justicia polaco, Czesary Grabarczyk, quien deberá decidir si da luz verde o no al proceso. Si el tribunal deniega la extradición del cineasta, la decisión será firme y definitiva. El caso estará cerrado.
Estados Unidos quiso aprovechar la presencia del director en Polonia para solicitar su extradición. Durante su estancia en Cracovia, Polanski alquila el mismo apartamento en el que vivió su niñez. Allí trabaja en el rodaje de su última película, que trata sobre el caso Dreyfus, el escándalo político que sacudió Francia hace más de un siglo y que marcó un hito en la historia del antisemitismo.
En 2008, HBO produjo un documental sobre el caso, titulado Wanted and Desired.