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Wert premia con 30.000 euros a un torero

El toreo tiene ya un premio nacional como si fuera un arte.

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Mal año para el cine, para los libros, para los conciertos y la cultura. Peor año para los toros: el Ministerio de Cultura acaba de entregar por primera vez el Premio Nacional de Tauromaquia para reconocer “los méritos extraordinarios de un profesional del toreo”. El premio está dotado con 30.000 euros, como los premios nacionales a las Bellas Artes, Teatro o la Música, aunque un tercio más que los 20.000 que reciben los premios Nacionales de Literatura. Su primer beneficiario, elegido por unanimidad, ha sido el matador retirado Francisco Manuel Ojeda González, más conocido como Paco Ojeda.

El jurado estuvo de acuerdo en “fallar el Premio Nacional de Tauromaquia correspondiente a 2013 a favor de don Francisco Manuel Ojeda González por su excepcional trayectoria profesional y artística”. Paradójicamente, dicho jurado no incluyó a representantes del mundo del arte sino que estuvo compuesto exclusivamente por representantes del mundo taurino o aficionados a los toros: Carlos Núñez, Pedro Moreno Meyerhoff, María Teresa Cobaleda, Juan Antonio Gómez-Angulo, Mónica Pérez Alaejos, María del Mar Mayoral Figueroa, María Isabel Carpio, Andrés Amorós, José Luis Moreno Manzanaro, Pío García-Escudero, Enrique Múgica y Beatriz Badorrey Martín. El subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, Fernando Benzo, hizo de presidente. “El Jurado de esta primera edición del Premio Nacional ha valorado especialmente su gran personalidad estética y la enorme influencia que su concepción del toreo ha tenido en toda la Tauromaquia posterior”.

A principios de este mes, el Ministerio entregó la Medalla al Mérito en las Bellas Artes al rejoneador sevillano Ángel Peralta. Este galardón distingue “a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico”.

Estos premios se suman a la campaña anunciada por el Ministro Wert en 2012, cuando anunció “la extensión de las ayudas de acción y promoción cultural a las asociaciones sin ánimo de lucro del mundo del toro, o el diseño de una campaña de comunicación para la puesta de manifiesto de los valores culturales, socioeconómicos y medioambientales de la tauromaquia en su conjunto”.

Dinero público para una industria rechazada por el público

Los apoyos a la industria taurina no son novedad en un país donde todas las Comunidades Autónomas y Estado prohíben y penalizan el maltrato animal. Pacma calcula que el Estado español se gasta entre 500 y 600 millones de euros anuales en subvencionar esta industria, incluyendo unos 130 millones de la Unión Europea a través de los subsidios de Política Agraria Común (PAC) y sin incluir las ayudas indirectas a los ganaderos. Antes de abandonar la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre aprobó un presupuesto de 2.197.407 para el patrociocinio de las corridas de toros pero, según un informe de PACMA, la verdadera cifra es de 9.187.803,73 €, repartidos en corridas de toros, novilladas, becerradas y encierros. Sin esas subvenciones, la industria del toro moriría de inmediato; suponen más del 50% de su economía.

Precisamente porque no son, ni rentables, ni populares, en este año de recortes la Comisión de Cultura del Congreso votó a favor de la propuesta que busca establecer a la tauromaquia como patrimonio cultural de nuestro país, iniciando además una campaña para ponerla en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad que define la Unesco. Son medidas de urgencia frente ante el rechazo mayoritario de la población española a la tradición de la tortura ritual de animales en las plazas públicas.

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