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Stephen Malkmus & The Jicks: Wig out at Jagbags

Stephen Malkmus & The Jicks: Wig out at Jagbags

Javier Pulido / Javier Pulido

Madrid —

Disco de la semana

Stephen Malkmus & The Jicks: Wig out at Jagbags

Wig out at JagbagsStephen Malkmus ya ha sacado más discos con sus Jicks que con los justamente reverenciados Pavement. Ninguno de ellos particularmente memorable, pero también es cierto que el de Santa Monica no ha tenido ningún patinazo ni se ha abandonado al piloto automático compositivo.

Wig out at Jagbags es quizá el mejor disco de la banda de Malkmus. Por lo menos es el más centrado y conciso: doce canciones en las que apenas queda ya sitio para las insufribles jams que antaño arruinaron buenos temas. Medios tiempos alegres con referencias nostálgicas a los viejos tiempos, pullas sardónicas a la edad y odas a la libertad de la que parece gozar ahora que vive en Berlín y sus trabajos se reciben con alegría, pero nunca con ansiedad. Vale, los Jicks no van a cambiar la vida de nadie, pero Malkmus vuelve a contagiarnos esa sensación de estar pasándolo bien que echábamos de menos desde los tiempos de Pavement, lo que no es poco.

Algo del rock desquiciado y socarrón de su antigua banda se ha colado también en canciones como Houston Hades, quizá porque muchas de ellas fueron compuestas en los tiempos muertos de su breve y reciente reunión. También hay regusto beatléfilo en The janitor revealed y soul destartalado en J Smoov. En el fondo, Wig out at Jagbags es es todo lo que quiso ser y no pudo Mirror traffic, quizá porque se han visto liberados de las interferencias creativas de Beck, que produjo el disco.

Canción de la semana

Bruce Springsteen: High Hopes

High HopesMaterial inédito de la última década y canciones ya conocidas pero regrabadas. El nuevo álbum del Boss, High Hopes, no es tanto un capricho como un regalo para los fans más hardcore, ahora que la actual formación de la E Street Band vive uno de sus momentos más dulces. Como se ha hablado más de la filtración del disco que del estupendo primer single, qué mejor que repescarlo ahora que el álbum, algo inconexo pero de lo más interesante, está a punto de salir oficialmente. Springsteen versionó por primera vez este original de Tim Scott en 1995, que ha permanecido prácticamente inédito en directo hasta que Tom Morello le propuso repescarlo para su última gira por Australia.

Vista la enérgica reacción de los fans, no parecía mala idea regrabar el tema con las sulfurosas seis cuerdas del ex-Rage Against the machine y, de paso, dejar que la banda al completo se luzca en pequeños instantes de gloria, del trotón piano de Roy Bittan a los litúrgicos coros de la E Street Choir. Y aquí viene la paradoja: la nueva High hopes está trabajadísima a nivel instrumental y de producción pero aún así suena mucho más inmediata, desgarrada y sincera que la primera versión, quizá como reflejo de la vomitiva coyuntura.

Clásico de la semana

Echo and the bunnymen: Ocean Rain

Ocean RainPara promocionar tu álbum con la machada “el mejor disco que jamás se haya hecho” tienes que tener un ego descomunal o un talento fabuloso. El lenguaraz e intermitentemente genial Ian McCulloch iba sobrado de ambos en 1984. El experimental y opaco Porcupine les había deparado malas ventas y críticas regulares, así que había llegado la hora de enderezar el rumbo de la nave de los Bunnymen.

Siempre fueron el grupo más pop del pelotón after-punk, con permiso de The Cure, así que la opción más razonable pasaba por apostarlo todo a un órdago melódico bien cubierto de oropeles. La banda contrató los servicios de una orquesta de ¡35! músicos para añadir dramatismo y misterio, que no ampulosidad, a unos temas compuestos con guitarras acústicas, xilófonos y glokenspiels. El primer single, The Killing moon, ejemplificaba gloriosamente la nueva fórmula, depurada de las oscuridades de antaño: una melodía aparentemente sencilla y de producción cristalina al servicio de unos embriagadores arabescos a la guitarra y un manto orquestal en segundo plano.

Seven Seas y Silver exploraban esta nueva vía, merced a la inspiración psicodélica y oriental de un Will Sergeant que aquí se convierte en inopinado guitar-hero y verdadero protagonista de un disco en el que lo que peor han envejecido han sido las letras de un McCulloch que se pasó de frenada con su imaginería ácida, aunque su encanto chamánico al recitar resultara tan hipnótico como siempre. En otras piezas, como la siniestra Nocturnal, las cuerdas acaban por sepultar al resto de instrumentos y tanta fastuosidad acaba por parecer de cartón-piedra.

Ocean rain, portentoso disco en un año de lanzamientos tremendos, tenía que haber supuesto el pasaporte de Echo and the bunnymen a la liga de las bandas de estadio, no demasiado lejos de U2 y Simple Minds, pero su brillo acabó por consumir a la banda. No volverían a grabar a un disco hasta tres años después, pero la inspiración ya se había diluido al ritmo de las disputas entre miembros y los excesos etílicos. Aunque los mancunianos viven una digna madurez poblada de consistentes discos crepusculares, nunca han vuelto aacercarse al nivel de Ocean Rain, que McCulloch confies aseguir escuchando más que el What´s going on de Marvin Gaye.

Videoclip de la semana

Pixies: Blue eyed hexe

Blue eyed hexeTras 22 años esperando canciones nuevas de los Pixies, a sus fans se les quedó mal cuerpo después de la publicación de EP1, cuatro nuevas canciones indignas del legado del legendario grupo de Boston, y ahora lo que muchos de ellos quisieran es que no siguieran publicando nuevos temas. Guste o no, aquí llega la secuela en forma de EP2, y como la cosa no da para hablar mucho de canciones, siempre podemos hacerlo de vídeos.

El de Blue Eyed Hexe lo ha dirigido Mount Emult/Matthew Newman con su técnica habitual de collage animado. El resultado se asemeja bastante a las cortinillas que creó Terry Gilliam para separar sketches de la serie Monty Python´s flying circus, aunque también tiene un regusto a esos visuales de los noventa que buscaban epatar mediante una mezcla calculada de lo naif y lo abiertamente desagradable.

Concierto de la semana

5º aniversario de Discos humeantes

Si no fuera por la labor de sellos pequeños como Discos Humeantes sería mucho más difícil enterarse de propuestas tan atractivas como la euforia industrial de Fasenuova y el punk lo-fi de SraSrSra o descubrir a grupos tan adictivos como Antiguo Régimen y Fantasmage, pero también a otras bandas que pasaron por la escudería del sello asturiano, como los imprescindibles Juanita y los Feos. Discos humeantes cumple un lustro de vida y para celebrarlo organiza una fiesta con bandas a las que el sello ha editado en 2013 y otras que editará este 2014, siempre con una política desprejuiciada, con querencia por el vinilo y cercana al do it yourself. El convierto se celebrará en la sala Siroco de Madrid el viernes 10 y sábado 11, y a los grupos citados hay que añadir otros como Jay, Morenas, Chiquita y Chatarra. El cartel al completo, con los precios, se pueden ver aquí.

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