Las heroínas invisibles de Hyuro
Las heroínas de Hyuro no llevan trajes ajustados ni máscaras, pero tienen superpoderes. Cargan con todo el peso de la casa, la comida, los hijos y, si queda tiempo, su trabajo fuera. El resultado de la suma imposible es una jornada laboral de 24 horas por siete días a la semana. Estas mujeres están en cada esquina, en cada oficina, en cada hogar. Podríamos ser tu o yo, y a pesar de ello muchas veces no las vemos.
La artista argentina Hyuro lleva años arrancando a base de pintura esa venda. Poco sabemos de ella, aunque sí podemos encajar una certeza: su universo creativo está lleno de mujeres. Son cuidadoras, amas de casa y madres, desprovistas de identidad, que cargan sobre sí el peso que la sociedad patriarcal les impone. Una losa que no es fruto de la elección.
Hyuro bucea así en modos de creación con raíces en el activismo por la igualdad desde una trinchera que por bendición del sistema asociamos casi siempre con lo masculino: el arte urbano de hombres y para hombres. Su aterrizaje en Madrid tiene que ver precisamente con eso, con la voluntad del Ayuntamiento de generar espacios de arte urbano que fisuraran esa masculinización.
La primera obra a su nombre, 24 fragmentos de una jornada laboral, da vida a los pasillos impersonales del metro de la capital con dibujos en papel que visibilizan la sobrecarga de trabajo de muchas mujeres.
Solo unos meses después, su segunda inmersión en los recovecos de la ciudad la coloca frente a un viejo muro del barrio de Lavapiés en el marco de un proyecto mucho más grande comisariado por Madrid Street Art Project (MSAP). Cuentan para ello con tres artistas (de los que Hyuro es la única mujer) cuyas obras buscan transformar algunos espacios públicos de Madrid con mensajes a favor de la igualdad de género.
Como casi siempre, la artista argentina emplea en Reciprocidad tonos sobrios de baja intensidad para representar, en sus propias palabras, la “subversión de la lógica maniquea que privilegia siempre a una parte sobre la otra, intentando hablar desde dentro y fuera del sistema y no invirtiendo únicamente la asimetría tradicional para continuar hablando desde el mismo sistema que se critica”. ¿Y cómo transformar esta idea en un mural? Así:
Su último trabajo en Madrid puede verse en Vallecas, donde una figura femenina con las manos a la espalda custodia un antiguo bloque de pisos. “Este muro -describe la artista- habla del permanente estado de negación/aceptación sobre quien somos y lo que queremos”. Se titula Contradicción.
Italia, Francia, Alemania, Brasil, Estados Unidos, Nueva Zelanda... Seductora y misteriosa, su obra militante salpica áreas urbanas de medio mundo. Público/privada, por ejemplo, critica en Brasil “el uso del cuerpo de la mujer como territorio usurpado por la interferencia del Estado y sus leyes sobre un asunto privado que debería ser aceptado como tal y no penalizado”. Hyuro defiende con esta obra el derecho a decidir en un país donde se estima que una mujer muere cada dos días víctima de un aborto ilegal.