Por qué pensaban que la señal del SETI era extraterrestre (aunque no lo sea)
En 1974, un grupo de astrónomos entre los que estaban Frank Drake y Carl Sagan mandó un mensaje al espacio. Aquella onda de radio aún viaja por el universo y contiene algunos datos básicos sobre la raza humana como los números, los cinco elementos predominantes en la Tierra o parte de la composición de nuestro ADN. Se estima que tardará 25 milenios en llegar a su destino y otros 25 en volver hasta nosotros.
El Mensaje de Arecibo quería conmemorar la remodelación del telescopio que da nombre a la estación desde donde se envió y que se encuentra en Puerto Rico. Aún no hemos obtenido respuesta, pero algunos, como Seth Shostak, un reputado astrónomo y director del SETI Institute (Search for ExtraTerrestrial Intelligente), auguraban que en menos de 20 años encontraríamos vida extraterrestre.
Hace dos días, muchos pensaron que Shostak había pecado de pesimista. Una historia publicada por Paul Gilster en Centauri Dreams anunció que unos astrónomos rusos en Zelenchukskaya, república de Karacháyevo-Cherkesia (Rusia), habían detectado una señal muy fuerte que provenía de la estrella HD164595, a unos 94 años luz de la Tierra.
Cuando tiene lugar un acontecimiento de estas características, lo primero que se hace es informar a la comunidad científica. Como explica Doug Vakogh, presidente de la sede en San Francisco del METI, a GeekWire, “el protocolo estándar del SETI requiere que se confirmen las señales detectadas con un observatorio diferente. Esto ayuda a que nos aseguremos de que la señal original no surgió por un fallo técnico en el observatorio original”.
Ocurrió con la señal Wow! en 1977 y debería haber ocurrido con la captada por el telescopio Ratan-600 ruso. Pero esta vez no fue así: la onda de radio se descubrió en mayo de 2015 y los astrónomos no la habían dado a conocer hasta ahora. Además, solo consiguieron captarla una vez de 39 intentos.
Ni con 42 telescopios
Aunque llegaban más de un año tarde, el SETI se puso manos a la obra. Durante dos días trataron de rastrear la señal “extraterrestre” con el Allen Telescope Array (ATA), una red de 42 telescopios que se encuentra en California. Al final, no ha habido suerte. En un comunicado en su web oficial y que firma el propio Shostak, aseguran haber “pasado dos días buscando la emisión, recorriendo el dial de radio para cubrir todas las frecuencias observadas por los astrónomos rusos”, sin éxito alguno.
A pesar de ello, el equipo de astrónomos del Ratan-600 formado por N.N. Bursov, L.N. Filippova, V.V. Filippov, L.M. Gindilis, A.D. Panov, E.S. Starikov, J. Wilson y Claudio Maccone pide que la señal sea monitorizada de forma permanente. Según el SETI, “la probabilidad de que esto sea realmente una señal de origen extraterrestre no es muy prometedora” y que “los propios descubridores aparentemente dudan” de esa posibilidad.
La estrella HD 164595 fue descubierta en septiembre del año pasado y posee un planeta que orbita a su alrededor cada 40 días, el HD 164595b. Tiene 16 veces la masa de la Tierra y el SETI lo ha definido como un “Neptuno caliente”, que no puede albergar vida de ninguna forma.
Si no es E.T., ¿quién podría ser?
“La señal probablemente sea real, pero sospecho que no es E.T.”, ha lamentado Shostak. A pesar de ello, el astrónomo parte de la hipótesis de que la señal captada por el Ratan-600 se tratara de una onda enviada por los extraterrestres y ofrece dos teorías en el artículo que publica la web del SETI.
En el primer escenario, los alienígenas habrían tenido que emplear una potencia de 10^20 vatios, o lo que es lo mismo: cientos de veces más energía que toda la que recibe la Tierra del Sol en un día.
El segundo pasaría por que la transmisión hubiera sido dirigida intencionadamente hacia nosotros. En ese caso, “y aunque estén utilizando una antena del tamaño de la de Arecibo”, necesitarían generar “más de un billón de vatios”, el equivalente al consumo de energía de toda la historia de la humanidad. “Ambas opciones requieren un esfuerzo muy superior al que nosotros podríamos hacer, y es difícil de comprender por qué alguien querría apuntar a nuestro sistema solar con una señal tan fuerte. Este sistema estelar está tan alejado, que no habrá ninguna señal de televisión o radar que les indicaría que estamos aquí”.
Otros astrónomos han sido más escépticos. Jill Tarter, también del SETI, explica a Gizmodo que “la señal pudo provenir de una gran cantidad de direcciones”, y que pudo ser fácilmente contaminada por otros sistemas de comunicación terrestres o incluso por “todas esas personas que salen a la calle a jugar a Pokémon GO”.
Como indica Shostak, “a pesar de que sería a la vez emocionante y tentador decir que esta señal era en realidad de los extraterrestres que habitan en HD 164595, sería una afirmación injustificada dada la imposibilidad de confirmarla”. Los créditos de Expediente-X, terminaban con la frase La verdad está ahí fuera, pero aún no nos ha llegado el turno de conocerla.