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'La La Land' hace historia en los Globos de Oro 2017

'La La Land' gana siete Globos de Oro y bate todos los récords de la ceremonia

Francesc Miró

La ceremonia de entrega de los 74º Premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood empezaba con buen pie por su bien jugada carta de lo inesperado. La misma que rompió esquemas el año pasado, sorprendía a analistas y gurús otorgando algunos premios sorpresa nada más empezar. Quedaba poco para que comenzara a repetirse el nombre de la gran vencedora de la noche y se hicieran evidentes las dificultades del presentador Jimmy Fallon para sostener una gala sin garra ni gracia.

Un video paródico (y profético) a ritmo de La La Land daba la bienvenida a los los primeros nombres sorprendentes: Aaron Taylor-Johnson como Mejor actor de reparto por Animales Nocturnos, Billy Bob Thornton como Mejor actor en serie de TV (drama) por Goliath y Tracee Ellis Ross como Mejor actriz principal en una serie de TV comedia o musical por su papel en la serie Black-ish. Galardones seguidos por otra grata sorpresa: el premio a Mejor serie de TV comedia o musical para Atlanta, de Donald Glover.

Pero algo olía a podrido: en cuanto empezaron a llover los premios para La La Land en los apartados de BSO y Canción, la gala comenzó a tornarse repetitiva y aplastantemente convencional. Su principal problema: un presentador poco inspirado para un guión sin espectáculo.

Jimmy 'Failon'

Los Globos de Oro han destacado durante años por ser el escenario donde la corrección política que impera en los Oscar brillaba por su ausencia. Jimmy Fallon tenía la responsabilidad de recoger el testigo del brillante y ácido Ricky Gervais. Por eso, se esperaba que su monólogo inicial lanzase dardos en varias direcciones pero con un objetivo claro: en doce días Donald Trump ocupará su sitio en el despacho oval y este era el evento cultural más importante y mediático antes de que esto ocurra.

Sin embargo, nunca veremos ese discurso gracias a que el teleprompter del presentador falló nada más empezar la gala y, nervioso, tuvo que improvisar los primeros minutos tirando de inventiva. Sonrojantes chistes sobre el pene de Ryan Gosling, dardos sin sentido a Mariah Carey e imitaciones poco graciosas de Sting serían el resultado de la descoordinación.

Quedaron dos menciones al magnate: la primera venía a decir que ni Florence Foster Jenkins hubiese querido cantar en su fiesta inaugural, haciendo referencia a la lista de músicos que se han negado a tocar para el próximo presidente de los EEUU. La segunda, comparaba al presidente con uno de los personajes más odiados de la serie Juego de Tronos: “Pronto descubriremos qué hubiese pasado si el Rey Joffrey siguiera vivo”.

Del sonrojo a la sonrisa

La fallida apertura de Fallon marcaba el tono de la gala. Ningún discurso de agradecimiento estaba resultando especialmente inspirado, ni tampoco las intervenciones de las estrellas invitadas, todos cumplían limitados su papel. Incluída Sofía Vergara, que salió al escenario para hacer un chiste sobre anos que muchos no se explican aún.

Por suerte, la categoría de Mejor Película de Animación la presentó una pareja de probada química. Kristen Wiig y Steve Carrell -que ponen voz a los protagonistas de Gru, mi villano favorito 2-, protagonizaron el mejor gag de toda la gala: una genial reinterpretación de su infancia y traumática primera experiencia con el cine animado. El premio se lo llevó, por cierto, la solvente Zootrópolis. Parece ser que no ha llegado, todavía, el año de reconocimiento del trabajo artesanal de estudio Laika.

Wiig y Carrell fueron los encargados de dotar a la velada del ambiente que Fallon no había sido capaz de conseguir: relajaron a la audiencia y pusieron el tono simpático pero mordaz que suele caracterizar a los Globos de Oro.

Llegaron entonces las sentidas palabras de Viola Davis sobre la carrera y la figura de Meryl Streep, que salía a recoger el premio honorífico. Ella le recogió el guante y ofreció un tremendo discurso sobre la tolerancia dedicado a Trump, aunque sin mencionarle, que le valió la mayor ovación de la noche y que coronó finalizando con una frase de su compañera Carrie Fisher: “Como mi amiga la princesa Leia me dijo una vez: ”Toma tu corazón roto, conviértelo en arte“”.

Las series no baten récords

Mientras que los premios de cine eran monotemáticos y La La Land se hacía con más y más globos, la pequeña pantalla dividía a sus agraciados. Tres premios de cuatro nominaciones para El infiltrado, tv-movie dirigida por Susanne Bier que premió a todo su reparto. Especialmente memorable el agradecimiento de Hugh Laurie como Mejor actor secundario en película para TV, fiel a su satírica figura, recogió el premio “en nombre de todos los millonarios psicópatas del mundo”. Otro dardo para Trump. A él le siguió la primera nota abiertamente reivindicativa de la noche cuando Tom Hiddleston dedicó su premio a Mejor actor secundario en película para TV, para hablar del tráfico de armas en Sudán y de la incapacidad de atajar el problema a nivel internacional.

The Crown conseguía alzarse como la mejor serie dramática del año y su protagonista, Claire Foy, como la mejor actriz principal de su categoría. Ella, que encarna a la Reina Isabel II en la serie, fue la encargada de romper una lanza en favor de la representación de la mujer en la política internacional. “El mundo sería un lugar mejor si hubiese más mujeres en los sitios en los que se toman las decisiones importantes”, remarcó la intérprete.

La que partía como favorita en las categorías destinadas a series de televisión se quedó con dos (Mejor miniserie y Actriz en miniserie) de los cinco galardones a los que aspiraba: American Crime Story: The People v. O.J. Simpson.

Cine más allá del musical del año

La gran vencedora de la noche se llevó todos y cada uno de los premios a los que optaba. Mejor película (Comedia o musical), Mejor director y Mejor Guión para Damien Chazelle, Mejor actor y actriz principal (Comedia o musical) para Ryan Gosling y Emma Stone, Mejor banda sonora original para Justin Hurwitz y Mejor canción original por el tema City of Stars.

Elle, la excelente y controvertida película de Paul Verhoeven, se hizo con el reconocimiento a mejor Película de habla no inglesa con un sentido agradecimiento de su director que se deshizo en elogios hacia Isabelle Huppert. Poco después ella saldría para hacer lo propio tras recibir el de Mejor Actriz principal (Drama), y asegurando que aunque les pongan difícil las cosas, “el cine nunca cerrará ninguna frontera, sino que las abrirá de par en par”.

La última sorpresa de una gala más bien anodina la dió Moonlight que se hizo con el premio a Mejor película Drama cuando ya parecía que se iba a ir de vacío, tras haber sido aclamada por la crítica y partir como una de las favoritas de la edición.

Sea como fuere, la noche tuvo una protagonista clara: La La Land se marca el hito histórico de ser la película más premiada de la historia de los Globos de Oro. Acaba de empezar la carrera de los Oscars y ella parte con clara ventaja.

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