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El año que los desahucios se colaron en la gran pantalla

Imagen del rodaje de 'Techo y comida'.

Sofía Pérez Mendoza

Camisetas verdes, pancartas gigantes y mucha, mucha gente arremolinada en las puertas de las casas. Del otro lado, mucha, mucha policía. ¿Te suena la imagen? Esta instantánea, la de los desahucios, ya forma parte del imaginario colectivo de nuestro tiempo, tal vez por la cantidad de veces que se ha repetido en los últimos años. Ahora también, y justo cuando la atención mediática se rebaja sobre el problema, busca su encaje en el cine.

Hasta tres producciones rodadas o estrenadas en 2015 en España han vomitado todo el dolor de los desalojos sobre el celuloide. Las hay para todos los gustos: una película dirigida por un director novel y plurinominada a los Goya (Techo y comida), un filme de autor financiado con crowdfunding (Cerca de tu casa) y un documental que bebe de las historias de las asambleas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (La granja de pas).

¿Y a mí quién me rescata?

A Rocío, madre soltera y en el paro, esta pregunta no le deja dormir. Hace tres años que no tiene trabajo y lleva ocho meses sin pagar el alquiler de la casa donde vive con su hijo menor de edad. Su situación la empuja a vivir en una perversa simulación de que todo va bien, cuando no tiene dinero ni para comprar champú. La espada de Damocles que soporta sobre los hombros es la vergüenza; el miedo a perder la custodia de su hijo es el otro invitado de la fiesta.

Techo y comida es el espejo en el que se miran y reflejan los que viven con una fecha marcada en el calendario. Y no es la de cumpleaños. El director, Juan Miguel del Castillo, puso la primera semilla del guión tras reconocer en un reportaje televisivo a una antigua vecina que se encontraba al borde del desahucio.

La plurinominada película no parte como favorita en los premios del cine español, aunque con certeza se ha ganado el reconocimiento de la crítica con un tema que es hueso duro.

Música contra la tristeza

La realidad de los desahucios se puede contar de muchas formas. Una, la elegida por el director Eduard Cortés en Cerca de tu casa, es llevar la historia a un extremo de estilización casi perversa por su belleza. La responsable de buena parte de ello es la cantante Sílvia Pérez Cruz, creadora de la banda sonora de este particular musical y actriz protagonista.

“Siento esa obligación de dejar constancia de lo que está pasando en estos días. Hay que entender que la culpa de los desahucios no la tienen las personas, sino un sistema implacable que nos esclaviza”, afirma el director en el making of de la película, que se estrenará en salas a principios de mayo. Un viaje a las antípodas de la soledad y de la culpa que, como dice Pérez Cruz, “respira verdad”.

Esto pasa en una asamblea de la PAH

La granja del pas iba a ser una historia de ficción. “Nadie nos financiaba, creo que hay mucho miedo a la banca en el sector del cine, así que finalmente se convirtió en un documental”, asume en esta entrevista su directora, la actriz Silvia Munt. La producción no necesita aceite para poner a funcionar sus engranajes. Las historias que encierran las paredes donde se celebran las asambleas de la PAH de Sabadell son suficiente para mostrar en toda su desnudez el proceso psicológico aparejado a un desahucio.

La inspiración de Munt para echar a andar responde al nombre de Dionisio Moreno, el abogado que consiguió en 2013 que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tumbara la ley hipotecaria española al entender que dejaba indefensos a los ciudadanos frente a las cláusulas abusivas aplicadas por las entidades financieras.

El chico que se comía el pienso de su canario

Grecia y Portugal, países hermanados con España por eso de “mal de muchos, consuelo de tontos”, han curado con alcohol en sus filmografías las heridas de la crisis.

Ektoras Lygizos dibuja en Boy eating the bird's food (2012) un retrato obsesivo, austero y sin apenas diálogo de un joven talentoso cantante de ópera que comparte comida con su canario. Yorgos, el protagonista, se pelea contra su propia hambre a la vez que lucha por mantener viva a su única compañía en el agujero: su pájaro. La producción fue la candidata griega a los Oscar de 2014 y ganó el premio a la mejor película en el Festival de Cine de Sevilla de 2012.

En Portugal, las cosas no andan mucho mejor y el cineasta Miguel Gomes se ha embarcado en un gran proyecto para certificarlo. Se trata de una película dividida en tres partes que se presenta engañosamente ante el espectador con el título de las Mil y una noches. Porque no es una adaptación del clásico, simplemente se nutre de su estructura para contar en tres fases la complejidad de un periodo como el que ha vivido el país luso en los últimos años.

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