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Los documentales que pueden cambiar las elecciones

Salida del backstage de un acto electoral. Mediapro.

Francesc Miró

Hace ya tres años que José Antonio Bermúdez de Castro, del Partido Popular, retó al 15-M a llegar al poder. El de los partidos estaba en las instituciones. El poder que tenían otros estaba en la calle, en las plazas. “Si ellos consideran que tienen algo que aportar y dicen además representar al pueblo, pues la mejor forma de representarlo es presentarse a las elecciones. Conseguirlo con votos”, dijo el edil del PP. En aquel momento el tablero se vino abajo. Casualidad o no, dos documentales que abordan la llegada de la nueva política a las instituciones de nuestro país arrancan con sus declaraciones. Se atrevieron, aceptaron el reto y el resultado es lo que se narra en ellos.

El jueves 26 de junio se estrenaba Y sin embargo se mueve, un documental sobre las voces del cambio político en España, financiado con una campaña de crowdfunding. El actor Willy Toledo ejerce de presentador de una radiografía de la lucha, desde diferentes ámbitos, contra los abusos del poder económico.

Apenas un día después llegó a los cines Alcaldessa, un documental dirigido por Pau Faus, que recorre un año de cambios en la vida pública y privada de Ada Colau. Una cuenta atrás hasta el día que ganó las elecciones municipales en Barcelona y se convirtió en aquello que pone título al film.

A su vez, se ha estrenado Política, manual de instrucciones, un documental de Fernando León de Aranoa producido por Jaume Roures. Otra cuenta atrás hasta el día de las elecciones generales en las que Podemos, un partido de apenas un año de existencia, consiguió 69 diputados en el Congreso junto a las confluencias. Un documental para ver a Podemos (casi) sin filtros.

Todos presentan un retrato distinto y multiforme de lo que ha vivido España en el terreno político de los últimos años. Y todos se estrenan antes de que el 26-J volvamos a votar. Como una especie de aviso imposible de vaticinar sobre el panorama al que nos enfrentamos, sobre los retos que supone hacerlo y las dificultades que conlleva.

Lo cierto es que se puede argumentar que nunca antes el documental político en nuestro país fue tan a la zaga de una realidad electoral. Tendríamos que remontarnos al díptico sobre la Transición de Cecilia y José Juan Bartolomé llamado Después de... Pero incluso entonces el documental fue secuestrado por la Administración. En el momento de su estreno se consideró que el ambiente de crispación política y la inconveniencia de algunos de sus testimonios podían alterar el panorama político. ¿Lo alterarán hoy estos documentales?

Y sin embargo se mueve: la política es lucha

Y sin embargo se mueveEn su plataforma de Verkami, los responsables de este documental contaban cómo la sociedad se había dado de bruces con la realidad estructural de nuestra economía. Un sistema centrado en el turismo y en la construcción, con un empleo precario y un porcentaje enorme de economía sumergida y de fraude fiscal. El resultado: seis millones de parados, 500.000 familias desahuciadas, un endeudamiento impagable del estado y de las empresas.

La tarea del documental era tan grandilocuente como apasionante: difundir respuestas claras, concretas, fundamentadas en hechos, a las grandes encrucijadas de nuestra sociedad en crisis. Y para llevarla a cabo necesitaban 12.000 euros que superaron durante la campaña de recogida.

Se convivió con los protagonistas del documental para retratar sus luchas, pensamientos y caminos. Durante 30 días se realizaron 30 entrevistas a voces tan relevantes en la realidad política de nuestro país como Ada Colau, Diego Cañamero, Julio Anguita o Pablo Iglesias entre otros. El resultado es, a todas luces, el más combativo de los que llegan ahora. No en vano, el guión lo firma el siempre atento periodista Pascual Serrano.

Alcaldessa: la política es emoción

AlcaldessaOtro tanto, en muy diferentes circunstancias, es el que enfrenta Pau Faus en el documental Alcaldessa. Una construcción hábil y cuidadosa del auge de la figura pública de Ada Colau. Realmente, el material de base es 100% cinematográfico: la historia de la activista que paraba desahucios y se convirtió en alcaldesa.

Sin embargo, el resultado dista de ser exagerado o de cargar con clichés espectacularizadores en el peor de los sentidos. Tampoco se puede decir que obvie aquello que molesta a la construcción del mito. Faus encara la figura de Colau desde una serenidad que no esconde su admiración por la protagonista del relato. Realiza así una labor documental casi opuesta a la de Aranoa: entiende la política como parte de las emociones, voluntades y esperanzas de un grupo de personas que quiere cambiar las cosas.

En un momento dado, la pretensión del impacto emocional se evidencia claramente: antes de su primer debate, el equipo de antiguas compañeras de la PAH prepara un vídeo de apoyo para la futura alcaldesa. Ella se echa a llorar. Es difícil negar que los testimonios de personas a las que ayudó, con las que se manifestó y luchó, puedan no despertar alguna inquietud interior. Alcaldessa no esconde momentos de verdadera emoción y por eso su realización puede parecer manierista. Pero solo lo parece: la construcción de la identificación para conseguir la implicación del espectador en lo narrado es una estrategia para acercarse a la figura de Colau.

El retrato resultante es poliédrico y muy completo. De lo íntimo a lo manifiesto media un trecho que resulta contradictorio, derrotista en ocasiones, positivo en otras. Pero uno tiene la sensación de conocer a Colau después de haber visto Alcaldessa.

Política, manual de instrucciones: todo es estrategia

Política, manual de instruccionesHitchcock era partidario de que el thriller se construyese desde la sala de montaje y no durante el rodaje del film. A su vez, Terrence Malick parece haberse consagrado como el realizador que espera a que pasen cosas delante de cuatro cámaras para darle un sentido al relato. Fernando León de Aranoa parece haber hecho algo semejante con Política, manual de instrucciones. Realizador de sobrado talento, es capaz de rodar un documental sin coger una cámara en ningún momento. Pone su mirada y su experiencia al servicio de pescar, seleccionar y filtrar los momentos más reveladores de su historia. De más de 500 horas extrae un film que condensa todo en apenas dos y que, sin embargo, no resulta confuso sino revelador.

Aranoa, consciente en todo momento del cariz del material de partida, impone una distancia sobre lo retratado que ayuda al rigor. Con ello consigue que no parezca una maniobra propagandística, y subvierta el tono adulador ante sus más que probables detractores. Esto es Podemos con sus más y sus menos. Con sus contradicciones y sus problemas internos.

A pesar de que los testimonios pertenecen todos al círculo de Podemos, la cuenta atrás que realiza hasta el día de las elecciones obvia pocos pasajes de la historia del partido encabezado por Iglesias. Así, favorece su comprensión como fenómeno sociológico. Existe la intención de despejar toda incógnita que hubiese sobre la creación de Podemos y para ello insiste en un tono académico y analítico.

Aunque tal vez lo que resulte más revelador, a diferencia de lo que pasaba con Alcaldessa, es su humor. Aranoa captura momentos en los que la sonrisa se convierte en arma discursiva. Por eso, Política, manual de instrucciones resulta más entretenido que otros. Por el camino, y casi involuntariamente, hace que determinados artífices del movimiento queden mucho mejor parados que otros. Errejón secuestra los mejores momentos y las mejores frases.

La sensación final se aleja, en esta ocasión, de salir de la sala pensando que conoces a los protagonistas del relato: apenas acaricias sus máscaras públicas. Pero no hay documento que explique tan meticulosamente todo lo que este partido es y pretende ser.

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