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Estibadoras y mecánicas: siete pioneras en los trabajos más masculinizados de nuestro país

Yadira Taberner, mecánica y protagonista de 'En la brecha'

Mónica Zas Marcos

“No hay mujeres estibadoras, mecánicas, entrenadoras de fútbol o chefs”, les dicen a las mujeres estibadoras, mecánicas, entrenadoras de fútbol y chefs. Es un discurso que nos hemos tragado y por el que las valientes que se atreven a destacar en una profesión de hombres son llamadas despectivamente raras avis, pero nunca pioneras o referentes.

El género femenino está en clara desventaja en lo que a búsqueda de inspiración se refiere. Hay un evidente desnivel histórico, pero también influye que aquellas referentes actuales no se consideren como tal. O que no se lo permitan.

Por eso, el documental En la brecha cumple esa doble labor de reconocimiento y de enciclopedia para las profesionales del mañana en cualquier ámbito, pero sobre todo en los más masculinizados.

La productora Barret lo estrenará el jueves 22 de febrero en la página de RTVE, pero advierten de que no se trata de un documental al uso. Es interactivo, así que no basta con sentarse frente al televisor y darle a un botón. Hay que navegar. “De esta forma, las espectadoras se convierten en creadoras, con la opción de colgar su propio testimonio en la web”, cuenta a eldiario.es Claudia Reig, directora de En la brecha.

El documental parte de la experiencia en primera persona de siete mujeres que ejercen profesiones tradicionalmente masculinizadas. Laura (técnica de sonido), Yara (CEO de eSports), Yadira (mecánica), Esther, (cirujana), Raquel (chef), Patricia (entrenadora de fútbol) y Natalia (estibadora).

Según cuenta Reig, todo comenzó con esta última. “El 8 de marzo de 2017 nos acercamos al puerto de Valencia, donde las más de 300 estibadoras se estaban organizando para dar visibilizad a su trabajo. Las seguimos de cerca y nos entendimos genial. Fue de las primeras veces que noté que me trataban como interlocutora”, desvela la directora.

Entre ellas estaba Natalia, “que se reveló como líder del grupo durante ese mes”. Una joven que no solo había conseguido ser estibadora sin apenas referentes, sino que se estaba formando para ser la primera mujer trincadora de España.

“Es un trabajo muy físico que siempre han hecho los hombres. Tienen que subirse encima de los contenedores y quitar las barras de hierro transversales para que se puedan descargar del barco. Ella quiso hacerlo desde el principio. Es una tía que está fuerte y que adora el deporte, pero no daban ni un duro por ella, e incluso hicieron una apuesta entre los hombres del puerto. Ha dejado con la boca abierta a más de uno”, explica Reig.

De Natalia surgieron las otras seis, buscando en sectores tan feminizados como la cocina –“que solo se ha prestigiado cuando los hombres lo han ocupado”, y en otros espacios más modernos, como los eSports, donde “se replican de forma sorprendente los estereotipos y las tradiciones misóginas”.

Agendas de superheroínas

En la brecha descubre a cada una de estas pioneras a través de sus agendas, “un objeto muy gráfico para representar la vida laboral de la mujer y su cotidianidad”, como explica su ideóloga.

Un boceto muy útil para entender que la rutina de Natalia, por ejemplo, no se basa solo en la estiba, sino en sus clases de trinca, su entrenamiento de paleo o las reuniones feministas para organizar el próximo 8M. Que la de Esther va desde las guardias, los cambios de guardia y las cirugías, hasta preparar los cumpleaños de sus tres hijos o salir a correr. O que a Yadira, además de los motores y la mecánica, le apasiona la pesca del salmón.

Con esto, Reig y su equipo pretenden derribar falsos mitos y abren el debate a otros asuntos peliagudos como la maternidad o el éxito profesional. “La más joven tiene 24 y la más mayor 45, así que representan ese punto de inflexión en la carrera, cuando se define hasta dónde puedes llegar y, por desgracia se imponen algunos límites”, dice Claudia en referencia a la maternidad.

“De hecho, de los siete perfiles, solo hay una madre. Todas mencionaron que habían tenido que tomar la difícil decisión de avanzar en sus carreras o de tener hijos, porque no lo veían compatible. Un hombre, normalmente, no renuncia a una cosa por la otra”, denuncia.

La maternidad se ha convertido en uno de los temas centrales del debate de la libertad de la mujer, de sus dificultades al conciliar en el trabajo y del respeto por la decisión de tener hijos o no tenerlos. Todos esos supuestos no caben en siete casos, por eso En la brecha tiene una segunda parte que se basará en los testimonios de las mismas espectadoras. Toda aquella que quiera participar, puede subir vídeos de un minuto sobre la maternidad y otros seis grandes debates de la mujer en el mundo laboral.

Las siete cruces de la trabajadora

La mencionada conciliación, los micromachismos, el salario, el liderazgo, el techo de cristal, el acoso y los referentes conforman los siete grandes bloques de la web. “Seguro que nos faltan muchos, pero queríamos ayudar a romper el aislamiento y el espejismo de excepcionalidad en el que muchas mujeres se encuentran. Porque la discriminación persiste en la práctica totalidad de los ámbitos profesionales”, explica Reig.

Haciendo uso de estos testimonios recopilados hasta marzo, la productora realizará un largometraje que ponga el acento en la asiduidad de estas dinámicas laborales. ¿A qué se enfrentan cada día las mujeres en su puesto de trabajo? Aunque siempre ha sido relevante, En la brecha ha tenido la fortuna de estrenarse en el año de la mujer, a las puertas del 8 de marzo y cuando el feminismo y la igualdad alcanzan por fin las cabeceras del país.

“Cuando empezamos a diseñarlo, no existía el movimiento me too ni toda esta revolución de los últimos meses. Seguro que si lo sacamos hace un año, la gente no se hubiese interesado igual”, confiesa Claudia Reig. “Ahora hay un efecto contagio de hablar, de visibilizar y de ayudar a concienciar. Creo que es un proyecto necesario y que va a tener el feedback que necesita la sociedad para cambiar un poco”, asegura.

Porque, como ella misma explica, en la brecha no solo simboliza la brecha de género, la salarial, la de diferencia de trato o la del acoso sexual. “Estar en la brecha significa estar al pie del cañón, continuar en primera fila y seguir luchando por transformar el sistema”.

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