Los juguetes de Star Wars se olvidan de las mujeres
Cuando en Hasbro alguien llegó con una idea sobre un Monopoly inspirado en Star Wars y en el que las figuritas serían los personajes de la séptima entrega de la saga, la compraron. No sabemos si dieron el OK sin leer la letra pequeña o es que sencillamente no se percataron de que la protagonista del Episodio VII no aparecía por ningún lado. Y así es: las cuatro fichas para moverse en el tablero son Luke Skywalker, Finn, Darth Vader y Kylo Ren. Ni rastro de Rey, el personaje femenino que interpreta Daisy Ridley.
Si por algo se caracteriza El despertar de la fuerza es porque por fin parece que se destierran conceptos que, en entregas anteriores de la saga eran vistos como “normales”. J.J. Abrams ha reforzado el papel de la mujer y de las mujeres en la nueva película proponiendo situaciones que acentúan el protagonismo tanto de Rey como de Leia. Ya no hay princesas que requieran rescates ni damas presas de ninguna criatura de la galaxia. Ahora la mujer guía, lidera y organiza tanto o más que cualquier varón de las anteriores cintas.
Así que por eso sorprende que una multinacional como Hasbro, que factura casi 3.000 millones de dólares al año, haya dejado pasar una cuestión tan importante como evidente en sus juguetes: incluir a la protagonista de la séptima película de la franquicia Star Wars. Rey no está. Tampoco se la puede encontrar, porque como denunciaron varios usuarios en Twitter hace algunos días, el personaje cuya línea argumental sirve de enlace para las próximas entregas ha tenido la desgracia de ser mujer. Y eso parece que a Hasbro no le ha gustado, por eso ha decidido obviarlo de la peor forma posible.
Tan pronto como el primer usuario colgó en Twitter la foto de un Monopoly en el que aparecían los cuatro machos de la saga, la imagen se volvió viral. Bajo el hashtag #WheresRey (¿Dónde está Rey?) la gente empezó a mandar más y más imágenes del pasillo en cuestión de la juguetería en el que se encontraba la merchandise de Star Wars, donde era imposible encontrar al nuevo personaje.
La excusa son los 'spoilers'
La guionista y directora de cine Catherine Hardwicke tuiteó la foto de una emotiva carta escrita por una niña de 8 años en la que preguntaba encarecidamente por Rey: “¡Debe estar en el Monopoly de Star Wars y en todos los demás juegos! Sin ella, la fuerza no despierta”. Además del juego de mesa, otros dos objetos de merchandising se han visto en el foco de la polémica durante estas últimas semanas. Uno es el pack de seis figuras en el que se encuentran Finn, Chewbacca, Poe, Kylo Ren, un stormtrooper y un piloto. El otro es una réplica del Halcón Milenario en el que también están Chewbacca y Finn pero, sorprendentemente, la piloto de la nave -Rey- no está incluida.
El aluvión de fotos y tuits bajo el hashtag #WheresRey ha obligado a Hasbro a dar una respuesta: “El Monopoly de Star Wars fue lanzado a la venta en septiembre, meses antes de que la película se estrenase. Rey no fue incluida para evitar revelar la clave argumental que toma sobre Kylo Ren y que la hace unirse a la Alianza Rebelde”. Esa es la respuesta que daba un portavoz de Hasbro a la publicación Entertainment Weekly el pasado lunes.
La disculpa no ha convencido ni a madres ni padres. Parece fruto más bien de una respuesta improvisada por el aluvión de la tormenta tuitera. Así que como en Hasbro ni ellos mismos se lo creían, la cuenta oficial de la compañía publicó hace apenas dos días una actualización que, esta vez sí, parece haber convencido un poco más a los fans.
“Nos encanta vuestra pasión por Rey y estamos felices de compartir con vosotros que la incluiremos en el Monopoly de Star Wars disponible más adelante este año”. La empresa, además, ha ofrecido la posibilidad de incorporar la figurita de Rey al Monopoly -cuando esté disponible- a todos aquellos que ya lo hayan comprado.
Desde este diario nos hemos intentado poner en contacto con Hasbro España y Hasbro EEUU, pero no hemos obtenido respuesta, ni a las llamadas ni a los emails. Quizá haya quien piense que más vale tarde que nunca; otros, que el daño ya está hecho.
