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La fotografía documental, compañera de las luchas sociales
Desde las reivindicaciones vecinales hasta la revolución urbana, la fotografía documental ha sido un arte que ha acompañado a las luchas sociales. A ella dedica el Museo Reina Sofía una de sus exposiciones más destacadas de la temporada.
“Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad” reivindica el concepto de documento de la fotografía en un momento histórico muy importante para esta práctica, como son los años 70 y 80.
La muestra propone la inserción geopolítica de los discursos fotográficos dominados por las prácticas anglosajonas, ampliando el foco para contemplar las historias que se dan en otros lugares “como un 'zoom' que se abre para mostrar un campo más amplio”, en opinión del comisario, Jorge Ribalta.
El género documental surge, según Ribalta, para contribuir a la representación de la gente trabajadora, “y la exposición intenta mostrar la evolución de ese imaginario de la clase trabajadora”. El documental es un arte que acompaña a las luchas sociales y siempre está en proceso de reinvención.
Más de 800 piezas, entre fotografías, revistas, libros, carteles, películas, vídeos, producciones audiovisuales e instalaciones, forman el recorrido. Gran numero de ellas se ven por primera vez tras permanecer más de treinta años almacenadas.
El título de la exposición tiene su origen en dos citas de Sergei Tretiakov y Martha Rosler que sitúan en el Hamburgo del año 1973, en que un grupo de fotógrafos politizados, inspirados por el descubrimiento de la fotografía obrera alemana de la preguerra, empezaron a publicar la revista Arbeiterfotografie.
Las dos primeras salas muestran trabajos de los colectivos de fotografía obrera que surgieron en las principales ciudades de la Alemania Occidental, cuya labor se centró en representaciones del trabajo industrial y en promover campañas ciudadanas participativas a favor de reivindicaciones vecinales.
La siguiente sala remonta al visitante a 1967, cuando trabajadores de la fábrica textil Rhodiaceta, en Besançon (Francia), empezó a realizar de forma autodidacta películas sobre el trabajo en la fábrica, incluyendo testimonios de los propios trabajadores.
A continuación se trata la repercusión internacional que tuvo la experiencia de la fotografía obrera alemana en el círculo de los artistas Jo Spence y Terry Dennett, fundadores de Photography Workshop, que asumieron en 1975 la dirección de la Half Moon Gallery de Londres, institución financiada públicamente y orientada a colectivos y movimientos sociales.
El pequeño núcleo de artistas del que formaron parte en San Diego (EE.UU.) Allan Sekula, Fred Lonidier y Phil Steinmetz y Martha Rosler protagoniza otra de las salas de la muestra.
Rosler comenzó en 1975 a publicar con Sekula artículos en la revista Artforum. “La serie de textos producida por ambos constituye posiblemente el corpus teórico central de los debates sobre el documento fotográfico en los años setenta”, en opinión del comisario.
La segunda parte se sumerge en prácticas documentales más allá de Europa y Estados Unidos, comenzando con Joris Ivens, fundador de la organización de fotógrafos obreros holandeses, quien en 1967 viajó a Hanoi para realizar el documental “17e parallèle. La guerre du peuple”, sobre la vida cotidiana del Vietnam en guerra, que se proyecta en la muestra.
La iconografía del Partido de los Panteras Negras es protagonista de la siguiente sala. En 1968 Ruth-Marion Baruch y Pirkle Jones hicieron un extenso reportaje para promover la comprensión del movimiento y contrarrestar la percepción social negativa que le otorgaban los medios de comunicación.
Las prácticas documentales de resistencia al “apartheid” en Sudáfrica están también presentes, principalmente a través del colectivo fotográfico Afrapix, que tomó como modelo la agencia Magnum.
A continuación se muestra el trabajo de Susan Meiselas, que a principios de los 80 fue un ejemplo de politización profesional del fotoperiodismo, iniciado con su cobertura de los procesos de insurgencia popular en Nicaragua y El Salvador entre 1978 y 1983.
El último bloque de la exposición presenta algunos casos de confluencia entre la actividad fotográfica documental y el surgimiento de nuevos movimientos sociales y nuevas formas de lucha urbana.
Es el paso de una iconografía del trabajador industrial a una iconografía de las minorías urbanas y las luchas micropolíticas, como los proyectos promovidos por el Centre Internacional de Fotografia de Barcelona, entre ellos el reportaje colectivo sobre el Instituto Mental de la Santa Creu, de 1980.
El itinerario se cierra con Martha Rosler, de quien se reconstruye parcialmente el proyecto “If You Lived Here?” (¿Si vivieras aquí?), sobre la crisis de la vivienda y la proliferación de los sin techo en Nueva York.
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