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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Libros para sibaritas, malditos, dandies y nostálgicos

Si quieres ser como él, lee

Marta Peirano

Jacques Offenbach y el París de su tiempo

Les Contes d'Hoffmann fue la última opereta de Jacques Offenbach. Estaba basada en la obra que Jules Barbier y Michel Carré habían escrito sobre cuentos de E. T. A. Hoffmann, que aparece como un personaje de la historia. Y la percha que usa Siegfried Kracauer para analizar la sociedad francesa de la segunda mitad del siglo XIX, un imperio de artificio que se derrama hacia la modernidad a través, no de la alta cultura sino de sus márgenes, el espacio que dominaba Offenbach con sus producciones de purpurina.

“La opereta pudo surgir porque la época era ”de Opereta“, explica Kracauer. En la primera etapa del Segundo Imperio, la burguesía estaba efectivamente tan rodeada de capas aislantes, que apenas la rozaba un soplo del mundo. La dictadura ponía trabas a todas las opiniones y a las luchas políticas internas y tutelaba a los ciudadanos de tal modo, que estos se fueron retirando cada vez más de la vida pública a la privada, que ahora, en cierto modo, estaba suspendida en el vacío. Su huida de la responsabilidad equivalía a su desgana ante el libre dinamismo de la naturaleza, una desgana que compartían con los boulevadiers de la época de Luis Felipe. ”La naturaleza es mi enemiga“, pone en los diarios de los Goncourt, en completa consonancia con la explicación del ingenioso Laurent-Jan: ”El espectáculo más bello de la naturaleza nunca superará a un cartel de publicidad“.

Su chispeante ensayo, donde encama el chismorreo y la crítica cultural con la reflexión política, es una radiografía de la nueva metrópolis que surge del viejo mundo con la inevitabilidad de la hierba que crece sin permiso entre los adoquines, “la única ciudad cuya historia es historia europea”. Mentor de Adorno y amigo de Walter Benjamin, sus estampas de la vida de los bulevares, el cine, el deporte, los anuncios, las revistas y, por supuesto, la opereta, compiten con los famosos Pasajes, como lo hacen también sus historias y ensayos cortos de los paseos de París, pero también el prefacio perfecto a los impresionistas, el A Contrapelo de J.-K. Huysmans, a La Eva Futura de Villiers de l'Isle-Adam o a los ensayos visionarios del irrepetible William James.

Gabriele d'Annunzio: El gran depredador (Ariel)

La biografía monumental de Gabriele D'Annunzio, il Vate, Principe di Montenevoso, El Gran Depredador, notablemente uno de los personajes más complejos y fascinantes del siglo XX. Poliédrico y contradictorio, excesivo y precoz, plagiador originalísimo, d'Annunzio fue el gran amor de Eleonora Duse, el padre de Rimbaud y de los decadentistas y el hermano espiritual de Thomas Mann y Marcel Proust. Pero sobre todo fue pariente del poeta británico Lord Byron, cuya entrega a las causas rebeldes y su inquieta mezcla de nostalgia napoleónica y anarquismo rebelde sientan las bases de una nueva forma de existencia que hoy llamamos adolescencia.

Este libro, poca broma, ha ganado el premio Samuel Johnson de no ficción y el Costa Book Award.

Tres oscuros clásicos de tres malditos latinoamericanos

La VorágineJosé Eustasio Rivera, 1924

La gran epopeya del mundo tropical americano y la única novela de José Eustasio Rivera es un clásico del modernismo colombiano que se publicó por primera vez en 1924. Con la vieja fórmula del manuscrito encontrado, el poeta Arturo Cova cuente una aventura que, como decía Uslar Pietri “termina por disolverse en la monstruosa dimensión de aquel infierno moral y natural”. El infierno es la misma prisión ponzoñosa y fascinante que cruza Aguirre en La cólera de Dios (Herzog, 1972), una selva amazónica que se lo traga todo y todo lo vomita. El mismo Cova es violento. “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna -nos dice- jugué mi corazón al azar y me ganó la Violencia”. Su pasión por su amante Alicia no suaviza su naturaleza, pero nunca es más devastadora que la vida de los indígenas esclavizados durante la fiebre del caucho.

El fiord Osvaldo Lamborghini, 1969

¿Y por qué, si a fin de cuentas la criatura resultó tan miserable -en lo que hace al tamaño, entendámonos- ella profería semejantes alaridos, arrancándose los pelos a manotazos y abalanzando ferozmente las nalgas contra el atigrado colchón? Arremetía, descansaba; abría las piernas y la raya vaginal se le dilataba en círculo permitiendo ver la afloración de un huevo bastante puntiagudo, que era la cabeza del chico.

En realidad un cuento de 16 páginas, Sin Fin lo editaba en 2014 acompañado de un ensayo de Ignacio Echevarría para rellenar. Aún así es un libro delgado, aunque no tanto como el original que salió en 1969 y se vendía en una sola librería de Buenos Aires. Merece la pena, aunque los quisquillosos agradecerán más una edición de sus Novelas y cuentos con prefacio de César Aira donde explica que allí se “anticipaba toda la literatura política de la década del setenta”. Por suerte y a modo de acompañamiento, el regalo puede hacer combo con una visita al MACBA donde aún está abierta la exposición de los dibujos que hizo en Barcelona: Teatro proletario de cámara. El catálogo de la muestra incluye otro texto original de Aira, más ensayos de Alan Pauls y de los dos excomisarios del museo, Paul B. Preciado y Valentín Roma.

Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires

Roberto Arlt, 1920

El joven Roberto Arlt iba todavía por ahí como un Rimbaud argentino interrumpiendo cenas de escritores prósperos para hablar de un manuscrito que casualmente llevaba en el bolsillo y que se llamaría El juguete rabioso cuando empezó a publicar los artículos que se recogen en Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires.

Allí cuenta con ironía salvaje lo que aprendió en los centros de la Sociedad Teosófica de BBAA, “una sociedad para la búsqueda de la sabiduría divina, sabiduría oculta o espiritual” donde se practicaba La doctrina secreta de Madame Blavatsky, la “portadora de Luz” del siglo diecinueve, uno de los grandes fraudes del ocultismo internacional. Un regalo para fans de Lawrence Wright y su libro sobre la cienciología y un antídoto posible para los convencidos de la homeopatía, las pulseras magnéticas y el reiki. Descargar un fragmento aquí.

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