Los diez libros que leeremos en esta rentrée
LA BOMBA
Las chicas, Emma Cline (Anagrama)
1969, California. En el verano de sus catorce años, Evie contempla a tres chicas surcar un jardín al acecho, como si fueran tiburones en busca de presa. Ya nada será igual. El tedio de una adolescencia normal -de tan normal que se vive como mediocre- se ve atravesado por la promesa de esas tres chicas, llenas de atractivo y poder. ¿Qué son? ¿De dónde vienen? Evie gravita hacia ellas y se ve imbuida por mundo intoxicador de una comuna a medio hacer, liderada por un enigmático mesías que lo quiere todo.
La (joven) escritora Emma Cline recrea el mundo en descomposición de la contracultura californiana que tuvo en la Familia Manson la metáfora del final del verano del amor y el inicio de su pesadilla. Los, novelados, asesinatos de Sharon Tate y Jay Sebring, entre otros, son la nota de una historia mucho más amplia, narrada aquí de manera excepcional. El libro de la temporada.
LA BIOGRAFÍA
Mi vida en la carretera, Gloria Steneim (Alpha Decay)
El mito fundacional de Estados Unidos pasa por la carretera, y, sobre todo, por el tránsito. Viajar es un acto libre, individual o colectivo, y siempre cargado de la búsqueda de una vida mejor. Esta parece ser la premisa de la autobiografía de Gloria Steinem, la mujer que lo hizo todo. Desde su infancia itinerante con un padre buscavidas a su primera incursión en el feminismo, la vida de Gloria queda marcada por esa carretera que une deseo de libertad y fraternidad. De ahí, al periodismo, a la búsqueda de igualdad, la lucha por los derechos civiles y su labor tras “Ms.”, la revista feminista que marcó los setenta. Todo queda atravesado por esa carretera, por la propia movilidad de Steinem, incansable, inagotable, libre.
EL CLÁSICO
G, John Berger (Alfaguara)
La carrera de John Berger es un cúmulo de compromisos con el arte y el pensamiento del siglo XX. De la larga lista de ensayos, poemas y novelas ineludibles, Alfaguara reedita G., la rocambolesca historia de un Don Juan (¿Giovanni?), testigo de los mayores acontecimientos anteriores a la Primera Guerra Mundial. Pero G. es también una oda a la sexualidad masculina, una narración fragmentada y eternamente novedosa que le valió el premio Booker a Berger en 1972.
Nota a recordar: Berger donó la mitad de la suma del premio a los Panteras Negras, para desvirtuar su significado inicial; la compañía mecenas del premio, Booker McConnell, había hecho su fortuna gracias a la esclavitud y el comercio de azúcar en el Caribe.
EL ENSAYO
Mi vida en rojo Kubrick, Simon Roy (Alpha Decay)
La obsesión colectiva por El resplandor tuvo su versión fílmica en Room 237, una película que desarrollaba teorías sobre el film que iban desde lo plausible hasta el despropósito desquiciado. El académico Roy recupera aquí los temas recurrentes de la obra –locura, infierno, ocultismo, el origen del mal– para ahondar en una disección que acaba pareciendo una autotrepanación en toda regla.
El autor indaga en ópticas freudianas, históricas y culturales y deviene sujeto de la obra en cuanto pone en común cuanto de su propia vida y la de su familia puede ser interpretado desde el prisma Kubrick-King. Un libro vivisección.
LA PATADA
Los hombres me explican cosas, Rebecca Solnit (Capitan Swing)
Dicen que se ha puesto de moda señalar el mansplaining. O al menos, hablar de un término recientemente acuñado. Léase: cuando un hombre explica a una mujer algo porque asume que ella no lo conoce, ya sea por falta de capacidad intelectual, porque es un ser desprotegido por naturaleza, o porque es tarea de él explicárselo. Lo que poca gente sabe es que el anglicismo proviene de este libro de Rebecca Solnit, una reputada articulista cultural y política. Atención, tomen nota, tertulianos de a pie: ¡se puede ser feminista y saber de otras cosas!
Los hombres me explican cosas pone el dedo en la llaga: el fenómeno de silenciar a las mujeres parte de la premisa de que los hombres siempre saben más. Y eso es un abuso de poder.
EL CRIMEN
Una temporada en el purgatorio, Dominick Dunne (Libros del Asteroide)
El reputado cronista de los ricos y malignos estadounidenses recrea una obsesión particular en una novela que en realidad no lo es. En esta ocasión se centra en los Bradley, una rica y poderosa familia católica de origen irlandés acostumbrada a obtener lo que quiere sin que su reputación quede maltrecha. Pero una noche de verano aparece asesinada brutalmente una joven en el Club de Campo, y el heredero Constant Bradley es el principal sospechoso del crimen.
La historia recuerda al asesinato de Martha Moxley, que puso en el punto de mira a todo el clan Kennedy y que Dunne siguió muy de cerca. El caso, a día de hoy, sigue sin esclarecerse.
EL RELATO
El desapego es una manera de querernos, Selva Almada (Literatura Random House)
La escritora más celebrada de la literatura contemporánea argentina regresa, tras Chicas muertas, con una serie de relatos centrados en lo que conoce mejor: el litoral. El campo, el silencio, el sexo, el amor y la familia encuentran en esta obra una nexo común, el del lenguaje cotidiano y los acuerdos tácitos de entendimiento que pasan por no hablar. La de Almada es la literatura de Carson McCullers o el primer William Faulkner. Como definió Beatriz Sarlo: “Una literatura regional, pero no costumbrista. Al revés que mucha literatura urbana”.
LA VIDA
Repelencias, Rafael Azcona (Pepitas de Calabaza/Fulgencio Pimentel)
Contaba la leyenda en los corrillos cinematográficos que Azcona es un ser inventado porque nadie le había visto nunca, tal era la timidez del sujeto. Pero Azcona existe, y lo demuestra el tercer volumen de sus colaboraciones en prensa, una gran parte inédita. Su trabajo, realizado mientras escribía las excelsas El pisito o Los ilusos muestran a un joven que huye, por encima de todo, del opresor ambiente de la provincia y su mediocridad.
LA LETRA
J, Howard Jacobson (Sexto Piso)
Una palabra que no se puede nombrar, de la que sólo se conoce una letra inicial, la J. Un mundo futuro, distópico, marcado por una catástrofe desconocida de la que nadie habla pero que todo el mundo conoce. Un eufemismo aterrador: “Lo que sucedió, si es que sucedió”, que resume el presente. Y un protagonista, Kevern Cohen, que se enamora de una desconocida Ailinn Solomons en medio de una realidad en la que nada está exactamente prohibido pero el imperativo siempre se obedece. Jacobson muestra en una novela implacable cómo la peor de las pesadillas es la normalidad y su tremenda cobardía.
El ÉXITO
Tan poca vida, Hanya Yanagihara (Lumen)
Llega con el imperativo comercial de que es la novela que hay que leer. Comparada con los éxitos Las correcciones de Jonathan Franzen y El jilguero de Donna Tartt –obras largas, quiméricas, que tratan la esencia norteamericana contemporánea– llega este libro con la durísima historia de cuatro amigos treintañeros buscavidas que viven en Nueva York que se ha convertido en un best seller sin precedentes en Estados Unidos. Una historia sobre la amistad masculina, el maltrato y la homosexualidad que ha subyugado al público y a la crítica, y que está destinada a arrasar también en España.