IZAL, ukelele y efectos especiales

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Por fin se hizo la noche. Tras largas horas de espera bajo oscuros nubarrones que ocasionalmente dejaban caer algunas lágrimas sobre la cola de espectadores que llenaba la Plaza Felipe II a la espera de entrar a la pista, IZAL abría su más esperada despedida. Un último encuentro con sus fans en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid a cuya cita acudían más doce mil personas.

No, no es que el grupo se separe. Despedida es el nombre del tour que les ha hecho viajar por la península acaparando los escenarios y agotando todas las entradas en varias ocasiones. Del un total de 26 canciones, Jenna Fisher era el tema elegido para inaugurar una noche en la que el grupo quiso agradecer enormemente al público su seguimiento y su entrega. Poco menos de cinco minutos de vídeo de apertura que hacían un repaso desde el comienzo del grupo en 2010 hasta el día de hoy.

Y es que la evolución de este grupo ha sido constante y muy vertiginosa. Desde sus primeros bolos de 100 espectadores hasta el pasado sábado, donde hubo pleno y hasta se tuvieron que ampliar las plazas en dos ocasiones por la alta demanda de entradas. Dos han sido las fechas claves en las giras de la banda: el sábado 17 de agosto de 2013 cuando actuaban por primera vez en Sonorama Ribera (Aranda de Duero, Burgos), fruto del cual en la siguiente edición lanzaban un disco especial En Directo; y el 7 de febrero de 2014, cuando hacían pleno absoluto en la sala La Riviera de Madrid. Y el pasado sábado 11, su parada por Madrid colmaba la cúspide de la historia de sus giras.

Lo mejor. Lo peor. Las sorpresas

Como siempre, nada es perfecto y el concierto también tuvo sus partes que menos gustaron, las que más y a las que más de uno dejaron boquiabierto.

Lo peor: Los retrasos, el mal de todo espectador, el cual resistió a la leve llovizna que mojó la espera durante la cola, la cual tenía un horario fijado de apertura de puertas a las 20h. y no entró hasta casi las 21h. Una escenografía bastante pobre aunque tratándose del grupo que es poco más se puede hacer. Un grupo modesto sobre un enorme escenario y bastante vacío que solo las pantallas fueron capaces de rellenar. Y por último, la buena intención de adelantarnos dos temas inéditos de su nuevo disco pero que perdieron al público. Los espectadores aprovechaban para ir al aseo donde exclamaban: “la verdad es que esta era una buena canción para venir a mear”.

Las sorpresas: Cómo no, IZAL estuvo bien rodeado a lo largo de la noche. Se sumaban al espectáculo Jairo Zabala (Depedro) para interpretar Palos de ciego, Juan Aguirre (Amaral) a la guitarra para tocar Magia y efectos especiales y el punto femenino de Carmen Paris para Agujeros de gusano, a la cual poco se le escuchó en el palacio.

Lo mejor: El grupo consiguió “hacerse eco”. Una velada entre música indie, alternativa, su pop-rock y un pequeño rincón acústico que hicieron mover a todos los asistentes a aquel Palacio de Deportes. El ukelele de Mikel y la bien y acertada elección de los temas que sonaron.

Lo peor de lo peor: Tendremos que esperar algo para volver a ver a Mikel, Alejandro, Emanuel, Alberto e Iván sobre el escenarios entre luces, ukeleles y efectos especiales. Ahora se meten en estudio para preparar su siguiente álbum, el cuarto ya de su carrera.

El grupo liderado por Mikel Izal no pudo dejar de caer en la tentativa de repetirse una y otra vez. La banda escaseó en palabras para agradecer al público estos cinco años de seguimiento y de música: “Ha sido tal y como habíamos soñado [...] Solo me queda decir que muchas, muchas, muchas, muchas gracias” sentenciaba el vocalista del grupo para cerrar la noche.