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ACÚSTICO

El Kanka: “Si por mí fuera no tendría ni Facebook”

Alejandro Navarro Bustamante / Miguel Campos

Hace más de tres meses que el Kanka (Juan Gómez Canca, Málaga, 1982) ha estrenado su tercer disco, De pana y rubí, y ahora es cuando empieza su gira de promoción.

Algunos lo definen como más romántico, pero él cree que, si se trata de medir el amor con el que se hace, es similar a los anteriores. “Al fin y al cabo es algo de lo que todos estamos pendientes. El amor es lo que mueve el mundo. El problema es cuando siempre creemos que se canta a una pareja. Parece que un chico y una chica no pueden ser amigos nunca”. Para quedarte cuenta que sí es posible. El Kanka se reconoce fan de la ambigüedad y la diferencia y le dedica una canción a una amiga como se la puede dedicar a un hermano.

Sin embargo, el malagueño también es crítico con esta instrumentalización del sentimiento: “Sí, el amor está industrializado. Incluso el artista más underground lo utiliza porque es una temática muy universalizada. Están ese tipo de canciones (hechas con molde y de las cuales estoy en contra) que me parecen muy peligrosas para esas mentes adolescentes, que acaban escuchando ese tipo de mensajes y al final se acaban llevando una decepción cuando se dan cuenta que el amor no es como se lo han vendido”. 

Nuevos sonidos y ritmos son los que han inspirado este álbum. Tras cruzar el océano y hacer unos cuantos bolos por Sudamérica, abrimos el disco y nos topamos con Llámame fino, un tema de corte reivindicativo e individualista: “La desobediencia también tiene que ver con hacer lo que uno quiere, con conseguir tu propio camino. No hace falta acatar con todo lo que nos imponen. Un ejemplo: en este país eres raro si no te gusta el fútbol. A mí no”. 

Hace tiempo que Juan aterrizó en Madrid, con una carrera ya sembrada como cantautor tocando en pequeñas salas y compaginándolo con clases de música. Una época que acabó dejando atrás y de la que asegura haber aprendido mucho. Cuatro años y tres discos después, puede vivir de esto, aunque tenga que ser su propio community manager y no le haga mucha gracia: “Le dedico un tiempo cada día porque es una parte importante de mi trabajo. Pero si por mí fuera no tendría ni facebook ni nada. La tecnología no da tiempo ni a la inteligencia humana ni a la moral de adaptarnos a la velocidad que avanza. Soy muy fan de Black Mirror y me acojonan esas cosas. Prefiero huir, echar un vistacillo alrededor y disfrutar de las cosas tan bonitas que la vida te da”.

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