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Nacho Vegas: “La cultura merece un lugar central, pero entiendo que hay temas más urgentes”

Belén Remacha

Nacho Vegas lanza Canciones Populistas. Un EP, por ahora disponible en digital y en enero en vinilo, al que, con sólo cinco canciones, le cabe la denuncia a la homofobia en la minería, un apoyo explícito para la PAH, mucho asturianismo (su tierra, la que nunca ha abandonado) y aún más política. Con la gira de presentación que le sigue cerrará el ciclo marcado por la crítica social que comenzó en 2014 con su anterior álbum, Resituación. Canciones Populistas es el “hermano pequeño” de aquel disco.

Pero “sólo porque es más corto”. Porque lo deja claro: no es un disco de descartes. De hecho, busca reivindicar el formato EP. A veces, dice, ninguneado por la crítica y el mercado. Que tenga una entidad propia. Grabado entre México, Cádiz, Madrid, Gijón y Zaragoza, Canciones es también un homenaje al cantautor Phil Ochs. Y la portada es de Miguel Brieva, un collage que remite “a una gran manifestación de gente”.

¿Por qué son canciones populistas?

Hace ya unos años que un grupo de gente formamos la plataforma en red Fundación Robo, con la que ya reivindicábamos la canción populista, y creo que cada vez tiene más sentido hacerlo. Me da mucha rabia que se utilice el populismo solo de forma despectiva, para acusar a cualquiera que proponga un discurso alternativo al hegemónico neoliberal. Creo que la música tiene una dimensión populista, la canción es popular por naturaleza. Pero creo que la dimensión populista depende de una voluntad, de si quieres emplear la capacidad de la música para construir y apelar a identidades colectivas. Es algo muy poderoso, es un lenguaje que siempre se ha utilizado en todos los momentos y por todos los pueblos, por muy dramática que sea la situación. En las guerras, la gente sigue cantando. Es una dimensión que hay que reivindicar.

¿Radica en esa intención de construcción la diferencia entre lo popular y lo populista?

Sí, yo creo que el que la música sea populista depende de la voluntad de querer cambiar algo. No tiene tanto que ver con el mensaje, sino más con la forma en la que manejas esa música y la llevas a la gente. Porque la música popular es algo que durante miles de años se transmitió de manera oral y de generación en generación, sin que mediara el mercado y sin que hubiera relaciones comerciales que lo empañaran todo. Desde hace relativamente poco, la música que escuchamos está determinada por algo tan caprichoso e injusto como es mercado. Debemos ser conscientes de ese dilema cuando nos dedicamos a esto, y de que tenemos que lidiar con un medio que puede ser hostil a la música como es el mercado. Ahí tiene sentido lo populista.

Pero reconoces también el sentido negativo que se le da al populismo.

Esto es como todo, lo malo que tiene es que al final cada facción se apropia de los términos y de lo que significan y los utiliza. Por ejemplo, hablando de política, podemos ver que la extrema derecha es la que mejor ha sabido utilizar el populismo, es la que ha sabido dar respuestas a la gente, a las clases más populares y desfavorecidas. Una respuesta que a veces no han podido encontrar en los partidos de izquierdas institucionales. Así que la extrema derecha, con un discurso obsceno, racista y xenófobo, que apela a identidades nacionales... Ha conseguido en distintos momentos y lugares dar con ese populismo y ganar terreno. Como decía Chantal Mouffe: el populismo es algo demasiado importante en política como para dejarlo sólo a la derecha, tenemos que saber utilizarlo en el sentido opuesto, constructivo, empático e igualitario.

¿Te identificas con la canción protesta?

Siempre me gustó la canción de autor, el disco está dedicado a Phil Ochs, que me gusta desde hace mucho tiempo. También toda la generación anterior a él, con Woody Guthrie y Pete Seeger. O incluso otro tipo de canción política: el pop de los 80 en Inglaterra con Billy Bragg y Housemartins, o la escuela punk de Chicago, Fugazi... Toda esa música con contenido político siempre me ha interesado, aunque no me considero un cantautor político. Lo que ocurre es que ahora las cosas han cambiado, vivimos en un clima en el que la política ha bajado a la calle y está presente en nuestras vidas, nos damos cuenta de que podemos participar de ella y eso es algo que se respira en la calle y ya es natural. Por eso está tan presente en mis canciones y en las de otros compañeros.

A ese respecto, se observa un cambio en los últimos años. Siempre te has mostrado concienciado en tus letras, pero últimamente has dejado aparcado el amor y el dolor para centrarte casi sólo en lo reivindicativo

Ha habido un inflexión que es el 15M. Como decía César Rendueles, si algo trajo aquello es que llevó la política a todos sitios, de repente veíamos hablar de política en la cola del supermercado, en el autobús, en los bares, cuando tan sólo unos meses antes sólo se podía hablar de esos temas con gente de la militancia, y si te salías un poco de ese entorno eras un coñazo y parecía que soltabas un sermón o que querías adoctrinar. Ahora la política es algo natural, nos dimos cuenta de de que forma parte de nuestras vidas. Al final, las canciones hablan de la realidad y de mi vida, entendiendo mi vida como algo que no sólo me pasa a mío. No sólo son mis tonterías y obsesiones, sino también todo lo que me rodea, el mundo en el que vivo.

Pero ha sido casualidad que lo hayas lanzado en vísperas del 20D.

Sí, sí, ¡sólo faltaba que la campaña nos marcara el calendario! En realidad fue porque la portada la hizo Miguel Brieva, un artista que me encanta. Él tenía mucho trabajo pero me parecía que merecía la pena esperarle, y ha coincidido que ha salido esta semana. Presentamos el disco en Gijón justo el día de la jornada de reflexión, que también es casualidad... Y lo cierto es que da un poco de morbo.

El panorama político ha cambiado tan rápido que el disco se ha quedado casi un poco obsoleto. No nombras a Ciudadanos, ni a Podemos.

Sí, es cierto, en una letra hablo de un partido que empieza por P y si lo hiciera ahora diría por C... Cuando empecé a hacer esa canción era justo unos meses antes de que naciera Podemos, pensaba en otra P. Todo ha pasado muy rápido.

Te posicionas muy claramente en redes sociales. ¿Tienes claro tu voto para este domingo?

Sí, voy a votar a Podemos. Estoy ilusionado y percibo ilusión en la gente, la verdad es que confío en la 'remontada'.

Dices que la canción Mi Novio es Bobo es la primera que compones desde el punto de vista íntegro de una mujer, y por ello has contado para cantarla con Fee Reega. ¿Qué opinas del machismo en la industria que denuncian constantemente otras compañeras?Mi Novio es Bobo

He tenido que darme cuenta de él un poco a la fuerza, me han tenido que hacerlo ver. Sobre todo porque he tenido la suerte de trabajar con muchas mujeres. Cuando grabé un disco con Christina Rosenvinge (Verano Fatal, 2007) hicimos una gira y ella me enseñó muchas cosas, cosas que tenía absolutamente normalizadas: cómo la gente le preguntaba a ella si escribía sus canciones constantemente, cuando lleva 30 años haciéndolo. A mí nunca me lo han preguntado, siempre lo han dado por supuesto. O con el disco: siempre se referían a nosotros como la cantante y el músico. Además de otras actitudes todavía más feas. En el mundo de la música, y en el día a día, estos micromachismos están tan naturalizados que la única manera de combatirlos siendo hombre, que como dice un amigo somos dobles agentes, siempre somos un proyecto de o aprendices, es ser un poco conscientes. Dar un paso atrás y tratar de corregirte a ti mismo cuando alguien te llama machista, porque generalmente suele tener razón. Y yo lo he sido mucho.

También te mojaste al participar en la Plataforma Anti-OTAN, contra las maniobras de la organización en Zaragoza.

Sí, me parecía muy importante el trabajo que estaban haciendo. El otro día unos amigos me preguntaban que por qué apoyo a Podemos cuando había participado en un concierto anti-OTAN, con lo polémica que es la postura de Podemos respecto a este tema. Pero es que la situación en Zaragoza era muy particular, y me parecía muy importante apoyar a la Plataforma Anti-OTAN. Los proyectos políticos son muy complejos, por sentirte afín a ellos no tiene por qué gustarte todo. La verdad es que asustaría un poco que un partido te gustase en su totalidad. Creo que en nuestro trabajo e ideas tenemos un montón de dilemas, contradicciones y dudas.

¿Qué le pedirías con respecto a la cultura a quien ocupe la Moncloa el próximo domingo?

Hay muchas cosas por hacer, empezando por las políticas de cercanía. Nosotros en Gijón queremos empezar por cambiar las leyes autonómicas, esperamos crear un referente para cambiar las leyes de espectáculos que están obsoletas. Algunas vienen de los años 50, han sido modificadas en los últimos años pero de manera muy vaga. La consecuencia es que por ejemplo, en Asturias, es ilegal hacer música en directo en cualquier bar porque prácticamente no conceden licencias. A La Caja de Músicos, la asociación autogestionada de la que formo parte, nos acaban de caer dos multazas por hacer y poner música. Creo que habría que empezar por esas cosas. Yo tengo la suerte de vivir de lo que hago, pero en concreto en la música, la profesión vive instalada en el precariado. Entre mis compañeros hay cuatro nombres visibles, pero por cada uno hay otros mil que tocan en unas condiciones laborales absolutamente precarias, sin ningún tipo de colchón. Intentamos que eso cambie, pero sabemos que tiene que empezar en los ayuntamientos, luego las autonomías, y luego que haya una voluntad del estado para crear un régimen fiscal específico para esta profesión que tiene tantos picos. Y por supuesto reducir el IVA cultural al 4% como mínimo, es una vergüenza que los espectáculos tengan un IVA de producto de lujo.

El otro día en eldiario.es denunciábamos que durante la campaña se le está dando la espalda a la cultura. ¿Por qué crees que desde la política se ignora este tema?la campaña se le está dando la espalda a la cultura

Reconozco que vivimos un momento de urgencia social. Es verdad que muchas veces se habla de cosas que son bobadas, y piensas que la cultura merecería por lo menos un espacio, pero creo que es más importante y urgente hablar de que ahora hay más desahucios de los que había el año pasado, es una cuestión de prioridades. Pero por otro lado, otra de las cosas que hablamos en La Caja de Músicos es que la cultura necesita recuperar un poco la centralidad en nuestras vidas. Para la gente es importante, y parece que actualmente está relegado a los márgenes. La música en concreto, la mayoría de la gente que se dedica a ella lo hace, como te decía, de manera precaria y cuando se lo permite su doloroso y alienante trabajo. Resolver este tema llevaría a que la cultura volviera a ocupar el lugar central que le corresponde, pero también entiendo que ahora mismo hay temas más urgentes.

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