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España y el póker no se llevan bien

Una partida de póquer. Foto: Flickr / Images Money

David Sarabia

Sam Phillips (EEUU) el año pasado ganó, en once días, algo más de un millón de euros. Sentado, jugando en una mesa del casino de Barcelona a las cartas. Contra él, 1.495 participantes más que corrieron suerte dispar. Unos perdieron 5.300 euros (la entrada del torneo), otros recuperaron y unos pocos más, ganaron. Este año el EPT (European Poker Tour) de Barcelona celebrará su 12 edición y todo indica que se batirá el récord de participantes de la pasada cita.

No hay que irse hasta EEUU para encontrar buenos jugadores de póker. En España, Adrián Mateos (Madrid, 1994) es el que más gana y se ha convertido en una cara conocida entre los jugadores habituales. “Descubrí el póker con 16 años. Estaba estudiando primero de bachillerato y lo compaginaba con los estudios”, dice. Ahora, se dedica a ello profesionalmente, ya que lo ha convertido en su trabajo. “Me levanto tarde, normalmente a la hora de comer. Voy al buffet que tengo enfrente de casa y después, a las cinco o seis de la tarde, empiezo a jugar y eso ya es un no parar”.

Mateos hizo historia en mayo de este año al convertirse en el primer jugador español que gana un EPT. Se embolsó 1.082.000 euros. Aunque él asegura que tuvo “mucha suerte”, nadie que se dedique a esto por afición es capaz de alzarse con el trofeo más importante del circuito de póker europeo. En 2013 ya ganó otro millón en las WSOPE (World Series of Poker Europe) de Francia. Cuando no está en el casino, Adrián juega en internet. Pero no lo hace desde España: su cuartel general se encuentra en Londres, y lo comparte con otros tres jugadores más.

Tributar o no tributar, esa es la cuestión

¿Por qué no juega en España? “Aquí solo pueden jugar españoles. Hace tres años quitaron la liquidez internacional, que es algo fundamental a nivel online”. Mateos habla de la Ley de Ordenación del Juego que el gobierno del PP aprobó en junio de 2012. Se reguló así un mercado que, hasta entonces, carecía de legislación propia. Para entendernos. Actualmente, cualquier jugador que supere los 1.000 euros de ganancia neta (descontando las pérdidas) por juego online, está obligado a tributar. Previo a junio de 2012, cualquier incremento de patrimonio que se produjese en la cuenta de un jugador por juego online no estaba regulado. Adrián lo explica así: “Aquí había una situación alegal. No había ninguna ley que dijese que si o que no. Cuando salió la regulación, el Gobierno empezó a pedir dinero de los años anteriores”.

En la UE, el póker mueve algo menos 85.000 millones de euros al año y se estima que los beneficios en 2015 se situarán en los 13.000 millones. Sin embargo, no en todos los países miembros está regulado. En la República Checa, por ejemplo, se da otra situación alegal. Cualquier jugador que gane dinero desde allí podría verse sujeto, en cualquier momento, a tener que pagar por sus beneficios. España es uno de los países más duros en cuanto a ley se refiere, aunque Francia e Italia nos siguen la pista. “Por ejemplo, un jugador pierde tres años seguidos 10.000 y al cuarto gana 30.000 euros. En teoría, ha quedado empate. Pero la ley le obliga a pagar el 30% [de las ganancias netas]. En realidad sale perdiendo 9.000 euros” dice Adrián. Y concluye: “Si el gobierno sigue por este camino, el póker en España se va a ir asfixiando cada vez más”.

Sergio Aído (Gijón, 1989) es amigo y compañero de piso de Adrián. Él también es jugador profesional de póker, tanto, que ha fundado junto a Jorge Coello una escuela para enseñar a jugar a los que se inician en este juego de cartas. “En Inglaterra, la tributación es cero y el mercado está abierto”, cuenta. La mayoría de jugadores profesionales de póker han abandonado nuestras fronteras en busca de un contexto mejor en el que desarrollar sus carreras. En países como Portugal, Suecia o Inglaterra, la tributación la asumen las casas de apuestas pagando una comisión o rake y dejan al jugador exento de pagar impuestos. Ese rake, a su vez, sería el que el propio jugador paga cada vez que entra a un torneo (con la entrada) o juega una mano de cash. Aunque tienen que declarar sus ingresos y sus pérdidas, el estado no les exige un tanto por ciento sobre las ganancias netas.

Declararse en bancarrota por ganar

Alrededor del 90% de los jugadores profesionales de póker españoles se han marchado fuera. Los que aún permanecen dentro de nuestras fronteras se ven sujetos a pagar entre el 40 y el 50% de lo que ganan. El carácter retroactivo de la ley, además, obligó a muchos profesionales a tener que pagar por premios que habían conseguido en el pasado. “Hay mucha gente que se ha tenido que declarar en bancarrota o como insolvente, y ahora están jodidos para toda la vida. Gente a la que le han quitado casas, propiedades”, cuenta Sergio.

A Petgaming (el nombre que usa Sergio en internet) en 2012 le inflaron las cantidades de dinero que había ganado online. Ese año, ganó el WPT (World Poker Tour) de Barcelona y se embolsó cerca de 80.000 euros. “Yo contaba con tener que pagar sobre ese torneo. Al fin y al cabo lo que ganes dentro de un casino de España hay que pagarlo. El tema es que también me metieron lo que había ganado en internet y lo que había ganado por el resto del mundo ese año”. Aunque estuvo a punto de ir a juicio, al final, decidió hacer un acuerdo administrativo con un inspector de Hacienda.

“Creo y soy bastante optimista que ya se están dando cuenta de que esta ley no es justa”, dice Sergio. En 2014 había 21 salas de póker en España. Ahora apenas quedan la mitad. “Al final quedarán dos salas con el monopolio, que siempre es malo, con pocos jugadores y el póker se morirá”, cuenta con cierta pena el de Gijón. Algunos jugadores han protagonizado incluso iniciativas protesta, como la huelga de “ratones caídos” que tuvo lugar en 14 de mayo de este año. Pero, aunque la ley sigue inamovible, Petgaming propone soluciones: “Que se pueda jugar con el resto del mundo y que tuviéramos que pagar un 20%, por ejemplo. Seguro que nos acogíamos casi todos”.

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