Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PSC logra una concentración de poder inédita con el Govern de Illa
La España cabreada: el éxito del pesimismo y la política del miedo frente a los datos
OPINIÓN | Ana 'Roja' Quintana, por Antonio Maestre

Y si gana Podemos, ¿qué planes tienen para cultura?

Monedero, Bescansa y Errejón en la Asamblea de Podemos / Marta Jara

Lucía Lijtmaer

Es decir, ¿y si gana Podemos, qué pasará en cultura? Ponemos sobre la mesa y resumimos algunas líneas de actuación de las asambleas del círculo de Cultura -que, en sus propias palabras “se plantea con carácter estatal y apuesta por una defensa de la cultura como un derecho reclamado desde la propia ciudadanía”-, entendiéndolas, no como un programa formado, pero sí como una aproximación a lo que puede venir:

1. No a las privatizaciones en cultura: Podemos señala y critica conceptos como “economía de la cultura” e “industria cultural” por entender la cultura como una moneda de cambio, y alinear artes como negocio al servicio de intereses mercantilísticos, y que por tanto deben ser rentables. En esa línea, se advierte: “La expropiación de los espacios públicos en virtud de prácticas privatizadoras durante las últimas décadas ha conducido a un modelo mercantilista, donde el valor cultura cada vez más se asocia con el negocio de las elites y en donde no pocas veces la foto del ”artista“ es simplemente instrumentalizada por el partido de turno para conseguir votos o prestigio. Es preciso abandonar la cultura como fetiche u oropel de lujo para entenderla como urgencia popular.”

2. La cultura se entiende como política y la política como cultura: En la asamblea del 28 de septiembre se advierte de cómo los gobiernos han concebido el espacio cultural “como falsamente aséptico, clausurado y consensuado al margen de toda controversia o discusión política”. Se pone de manifiesto también que la manera de gestionar la cultura tiene, siempre, una intención política.

3. Querencia por la cultura popular: se critica a las administraciones anteriores el uso de las subvenciones como manera de imponer un modelo de cultura que no representa a la mayoría de los ciudadanos. Así, Podemos establece que el relato cultural endogámico y parcial que hasta ahora ha buscado crear un consenso desde la transición a partir de los medios y la instrumentalización del poder: “hoy las políticas culturales tienen la cara de Sinde y de Wert, porque a su imagen y semejanza han sido impuestas desde arriba hacia abajo: dibujando un círculo donde lo que estaba dentro era la ”alta cultura“ y fuera se quedaba todo lo demás, la baja cultura”.

Es más, se habla de construir una “nueva sensibilidad” desde lo popular: “que quiere encontrar sus relatos, sus canciones, sus obras de arte, sus expresiones artísticas y sus formas de aprender y transmitir la vida en común”. Se define la necesidad de potenciar la cultura popular, común y autónoma.

4. La cultura como bien social y colectivo. Lo común se establece como prioritario y se destacan los modelos que la ciudadanía ha ido construyendo en paralelo durante estos años a través de organizaciones, cooperativas y en red. Así, se alaban los espacios culturales conquistados por los movimientos vecinales y asociativos (radios comunitaras y libres, cine clubs, casas de la juventud...), los centros sociales autogestionados, “fundamento de una cultura viva, espontánea y participativa”, que han sido castigados y apartados del foco cultural en los últimos años.

5. Contra los monopolios en cultura: Podemos Cultura expresa su rechazo a posiciones como la que establece Amazon en los precios de los libros, a quien acusa de hacer “chantaje en sus prácticas comerciales” y “abuso de posición dominante”.

6. Apoyo a la cultura libre y guiños a la mala gestión de la SGAE. Se explicita la necesidad de una cultura libre como bien común más allá de los réditos mercantiles y se advierte de cómo se ha utilizado al autor como puntal de enfrentamiento entre industria cultural, entidades de gestión y público. Se declara que “la marca de un país es su industria cultural” y se apunta la necesidad de recortar el papel del intermediario.

7. Reivindicación de la cultura en el espacio público. Se denuncia la criminalización de la fiesta en la calle, y se alaba la participación ciudadana -a través de las asociaciones, de los grupos de música y artistas locales, de la sociedad civil- en las fiestas municipales y barriales. Se condena como hasta ahora se ha priorizado un modelo arquitectónico en los presupuestos municipales y la verticalidad de algunas propuestas de los grandes ayuntamientos -por ejemplo, la Noche en Blanco-.

Etiquetas
stats