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Esquivar la censura en China hoy es más difícil gracias a Apple

Una tienda de Apple en China

David Sarabia

Facebook, Twitter, YouTube, Telegram, WhatsApp y ahora, las VPNs (en inglés, Virtual Private Network). El Gran Cortafuegos chino es más hondo que nunca: primero fueron las redes sociales, después las redes de mensajería y finalmente han sido las redes privadas virtuales, que permiten a los chinos acceder al resto de Internet. Todo eso sin tener en cuenta las más de 3.000 páginas web censuradas desde el 2015. Casi todo prohibido, y esta vez, con la contribución de Apple.

VPN significa red privada virtual. Es un programa que cambia y enmascara la dirección IP del dispositivo que lo usa y permite al usuario saltarse las barreras censoras del país en el que se encuentre. La conexión generalmente va cifrada, por lo que es muy difícil de rastrear; algo que no implica necesariamente que esa VPN sea confiable.

La compañía de Tim Cook ha retirado este fin de semana la mayoría de VPNs de su App Store, dejando vendidos a miles de activistas chinos. Apple asegura que el Gobierno de Xi Jinping les ha contactado para que las borren porque no cumplen la ley, aunque al mismo tiempo avisan de que muchas de ellas siguen disponibles en su tienda.

Según The New York Times, Apple dice que el Gobierno chino comunicó este año que todos los desarrolladores que ofrecieran VPNs necesitarían una licencia gubernamental. “Se nos ha requerido eliminar algunas apps de VPNs en China que no cumplen con la nueva regulación”, ha dicho la compañía, que añade en el escrito que “estas apps siguen disponibles en otros mercados”.

Más de 60 VPNs eliminadas

La BBC cuenta unas 60 VPNs eliminadas y desarrolladores como Golden Frog, la compañía que distribuye VyprVPN, está pensando en llevar a Apple ante los tribunales.

“Si ve la accesibilidad como un derecho humano, esperamos que Apple reconozca asimismo el acceso a Internet como un derecho humano y elija los Derechos Humanos antes que los beneficios empresariales”, ha dicho Sunday Yokubaitis, el presidente de Golden Frog, en su blog oficial. En mayo, Tim Cook señalaba a 9To5Mac (un portal especializado en noticias de la compañía) que “la accesibilidad es un valor central de Apple”.

ExpressVPN, otra de las censuradas, ha publicado en su web la carta íntegra que ha recibido de la manzana mordida. “Sabemos que esto es complicado, pero es tu responsabilidad entender y asegurarte de que tu app cumple las leyes locales, no solo las de Apple”, dicen los de Cook. “Por supuesto, las apps que soliciten, promocionen o encubran a criminales o comportamientos claramente peligrosos, serán rechazadas”, prosiguen.

“Muchas herramientas pueden tener un propósito doble: pueden ser legítimas y no legítimas, está claro”, explica a eldiario.es Joshua Franco, responsable de Trabajo sobre Tecnología y Derechos Humanos en Amnistía Internacional. “Pero solo porque alguna conceda cierta intimidad eso no significa que restringirlas esté justificado”, continúa. El portavoz de la ONG cree que “las autoridades necesitan encontrar una manera de no chocar con los derechos de tantísima gente”.

Cambiar ventas de iPhone por Derechos Humanos

El Gobierno de Xi Jinping anunció a principios de año que todos los desarrolladores de VPNs que quisieran operar en el país debían de solicitar antes una licencia. “La industria de Internet en China encara una rara oportunidad para el desarrollo”, dijo el Gobierno entonces. En marzo de 2016 tomó medidas similares para con los webmasters.

“Es una tendencia preocupante ver todos estos movimientos, tanto en China como en Rusia”, continúa Franco. Se refiere a la ley que Vladimir Putin ha aprobado este domingo con la que también prohíbe los anonimizadores y las VPNs.

“Da miedo comprobar cómo estos países intentan imponer limitaciones en las bases que no van acordes a los Derechos Humanos”, explica Amnistía Internacional. “Parece que estemos convirtiendo Internet en una conexión de Internets de naciones o incluso de pueblos pequeños, donde la gente solo tenga acceso a la información que las autoridades locales consideren apropiada”, opina el portavoz de la ONG.

Los iPhone que se vendían en China eran, hasta el año pasado, una de las mayores fuentes de ingresos de Apple. La compañía nunca ha llegado a liderar las ventas, pero sí se encontraba entre las tres más vendidas. 

Sin embargo, el año pasado vendió 43,8 millones de teléfonos, un dato relativamente bajo si se compara con los 51,4 millones de smartphones que vendió Xiaomi, su principal competidor. Muy lejos queda Huawei con 76,2 millones de dispositivos vendidos. Porque en 2016, Apple ni si quiera era la tercera compañía que más móviles vendía en China, sino la quinta.

Tim Cook podría estar buscando cómo volver a convertirse en un dominador en el país asiático y lo primero es llevarse bien con Xi Jinping.

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