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La NSA almacenó más de 150 millones de llamadas en 2016 pese a los cambios en la ley

NSA

David Sarabia

Solo el FBI y la CIA saben el número exacto de micrófonos, videocámaras y transistores que instalaron durante 1972 por orden de Richard Nixon. Al final, el Caso Watergate le estalló en la cara al entonces presidente estadounidense, lo que precipitó su dimisión. Dos años más tarde sería perdonado por Gerald Ford, pero desde aquel escándalo nadie recuerda un caso como el de Daniel Ellsberg en 1972 o, tiempo después, el que reveló en 2013 Edward Snowden.

Cambiaban los actores pero no los actos: la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), con la connivencia de las grandes empresas tecnológicas de EEUU, lo sabía todo de casi todos los ciudadanos estadounidenses. Aún hoy, un lustro después, la agencia lo sigue sabiendo: solo en 2016 la NSA recopiló en torno a 151 millones de metadatos correspondientes a llamadas de teléfono. Hasta junio de 2015 le amparaba la Patriot Act, una ley que George W. Bush promulgó después del 11-S y que otorgaba plenos poderes a la NSA para recopilar y almacenar los datos. Pero hace dos veranos la situación cambió con la derogación de esta y la entrada en vigor de la USA Freedom Act. O eso pensábamos todos.

Hace menos de una semana, la NSA reconoció que a veces violaba los límites en cuestiones de vigilancia y aseguraba que eliminaría del programa todo lo relacionado con la recolección de emails y SMS sin autorización. Hasta ahora, la agencia del gobierno podía espiar conversaciones entre dos ciudadanos estadounidenses que estuvieran hablando sobre uno no estadounidense, entre dos ciudadanos no estadounidenses y entre un nacional y un extranjero. Con el cambio en la ley, la NSA ya no podrá seguir practicando el primer caso. Algunos expertos sostuvieron que esta práctica entraba en conflicto con la Cuarta Enmienda de la Constitución, que tiene que ver con la privacidad. Algo irónico si tenemos en cuenta que, durante 2004, la NSA espió a toda la ciudad de Nueva York usando el Hover Hammer, un gran dirigible blindado.

La Freedom Act vino para limitar el poder de la agencia y reducir la cantidad de datos que esta podía recopilar, tanto por sus propios medios como a través de otras agencias de inteligencia aliadas. También obligó al Director Nacional de Inteligencia, Dan Coats, a publicar una vez al año un informe de transparencia. Esta vez, el documento anuncia que la NSA tiene en su poder 151 millones de registros telefónicos, a pesar de que contaba con instrucciones del servicio secreto de vigilancia para espiar a solo 42 sospechosos de terrorismo durante el año pasado.

¿Qué hay en los registros?

Esos 150 millones de registros telefónicos están compuestos, en su mayoría, de metadatos relacionados con el día, la hora, la duración y los números de teléfonos del emisor y del receptor. Eso sí: no incluyen el contenido de las conversaciones. Con la Freedom Act también se prohibió la grabación “a gran escala” de registros telefónicos, aunque la NSA lleva acumulando esas grabaciones desde el 11 de septiembre de 2001.

Este método de vigilancia se encuentra recogido dentro de la Foreign Intelligence Surveillance Act de 1978 (la conocida como ley FISA), que ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo del tiempo. Aunque la ley fue mutilada a raíz de las revelaciones de Snowden, algunos sectores del Congreso quieren alargar la vida de la Sección 702, que dejará de estar en vigor a finales de este año. El apartado permite a la NSA espiar y guardar información de ciudadanos no estadounidenses en cualquier país del mundo sin autorización judicial.

Reuters recoge que, para algunos oficiales de la NSA, los 151 millones de registros telefónicos son un dato minúsculo comparado con las toneladas de información que se recolectaban antes de que Snowden sacase a la luz las prácticas de la agencia. Esos mismos oficiales también intentan quitar hierro al asunto, diciendo que los números de teléfono pueden estar repetidos, que en realidad podrían ser menos de 151 millones y que no cuentan con un desglose de los números de teléfono uno por uno.

Además, el informe señala que 1.934 “estadounidenses” han sido “desenmascarados” durante el año 2016 respondiendo a criterios específicos de la NSA. Los oficiales lo presentan como un gran paso en aras de las privacidad, que la Freedom Act funciona; ya que en 2015 fueron 2.232 los ciudadanos de EEUU espiados a propósito: “El informe de este año continúa la trayectoria hacia una mayor transparencia, proporcionando estadísticas adicionales más allá de lo que requiere la ley”, concluye el documento.

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