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'Breaking Bad' puede con todos en los Emmy
Hasta la llegada de las categorías de drama, la quiniela de los Emmy se le había atragantado a más de uno. Los premios más importantes de la televisión estadounidense llevan años mostrándose innovadores en las nominaciones para luego premiar a los de siempre en comedia e intentar compensarlo repartiendo justicia en las categorías de drama. A pesar de la irrupción de Orange is the New Black o la consolidación de Veep y Louie (a partir de septiembre en Canal +1), el humor que sigue gustando a los académicos estadounidenses es el que practica Modern Family (en Movistar Tv en Fox), quinto Emmy consecutivo como mejor comedia, y The Big Bang Theory (TNT). Las mayores sorpresas se han dado en las categorías de miniserie donde, menos en el premio de mejor producción, Sherlock (TNT) le ha ganado la partida a Fargo.
Después de ver lo que ha sucedido en drama, HBO se estará arrepintiendo de no haber enviado a True Detective (en Movistar TV en Canal +) a competir como miniserie, es una serie antológica, porque Breaking Bad ha hecho valer su calidad y el último año que competía en los premios al conseguir los Emmy de mejor guion (por el capítulo Ozymandias), mejor secundaria (segundo premio consecutivo para Anna Gunn), mejor secundario (tercero para Aaron Paul) y mejor protagonista (cuarto para Bryan Cranston). True Detective, una gran sensación desde su estreno y ahora mismo alimentando el hype de su segunda temporada con una ola de rumores, ha tenido que conformarse con el Emmy de mejor dirección para el capítulo The Secret fate of all Life, el del famoso plano secuencia.
Premios al margen, una gala de los Emmy siempre deja momentos, buenos, malos y regulares, que seguirán dando que hablar hasta el arranque de la nueva temporada televisiva de otoño. Desde el desfile de estrellas por la alfombra roja, que alimentará ránkings de todo tipo, hasta los alivios cómicos que ayudan a sobrellevar una gala que otra vez se ha ido por encima de las tres horas de duración.
Monólogo de apertura. Seth Meyers, el anfitrión de este año, debutaba en una gala de esta envergadura avalado por su ascenso del Saturday Night Live a un late show de la cadena NBC. Curtido como monologuista, ha prescindido del número musical y ha optado por un discurso mordaz, al estilo Ricky Gervais, pero de formas suaves. Eso sí, las pullas no se las ha ahorrado y ha contado con ayuda desde el patio de butacas. “A los Emmys lo han movido a un lunes de agosto, eso solo puede significar peligro de cancelación inminente”, un spoiler sobre HIMYM que mejor no reproducir para los que no hayan visto el final… El monólogo al completo.
Su labor como presentador se ido diluyendo a lo largo de la gala. Muy bueno su recorrido callejero con Billy Eichner preguntando a la gente qué sabían sobre los Emmy pero hacia el final de la ceremonia se convirtió solo en una presencia testimonial.
Animación en el patio de butacas. Algunos actores no dejan pasar la oportunidad explotar una vena cómica que sus papeles dramáticos no les dejan mostrar del todo. Es el caso de un Jon Hamm que ya se está despidiendo de Mad Men. En otros, esa vena cómica es una marca de fábrica como la de Julia Louis-Dreyfus y Bryan Cranston (actor de comedia en sus orígenes) que hace unos días protagonizaron junto a Aaron Paul una desternillante promo para la ceremonia y esta noche han demostrado ser la mejor pareja de presentadores (con permiso de Woody Harrelson y Matthew McConaughey) además de revivir viejos tiempos de Seinfeld.
Emmy al mejor discurso de agradecimiento. Se lo lleva Louis C.K., ganador del mejor guion de comedia, por acordarse de su compañera Sarah Baker en el capítulo So Did the Fat Lady. Ganador del premio y uno de los mejores episodios del año.
Primera mención especial para Julianna Margulies, que se ha llevado su segundo Emmy por The Good Wife (mejor actriz) y ha subrayado el gran momento que están viviendo las mujeres en televisión. La segunda mención especial va para el equipo de Breaking Bad, tan compenetrados y agradecidos como el primer día.
La noche de los récords (o casi). Quinto Emmy consecutivo para Modern Family como mejor comedia, doblete para Allison Janney por la dramática Masters of Sex y la cómica Mom (lleva cinco a lo largo de su carrera) y quinto Emmy de seis nominaciones para Jim Parsons por The Big Bang Theory. En drama, cuarto Emmy para Bryan Cranston, tercero para Aaron Paul y segundo para Anna Gunn. Breaking Bad dice adiós con cinco premios Emmy bajo el brazo, incluido el tercero que se lleva como mejor serie dramática.
El único número musical ha corrido a cargo de Weird Al, que ha hecho con su particular estilo un repaso a algunos de los temas de cabecera más reconocibles de series presentes en la lista de nominadas.
Los perdedores. Fargo ha salvado los muebles ganando el premio de mejor dirección y mejor miniserie, pero optaba a 18 premios, Downton Abbey no ha conseguido convertir ninguna de sus siete candidaturas en premios, Orange is the New Black se ha tenido que conformar con dos premios (para actrices invitadas) de los 9 a los que optaba y True Detective se ha llevado el de mejor dirección y dos dos Emmy técnicos (casting y títulos de crédito) en una gala en la que partía como una de las principales favoritas.
También se ha ido de vacío Juego de Tronos, ganadora de varios premios técnicos la semana pasada, pero con su cuota de protagonismo gracias a George R. R. Martin y máquina de escribir en el patio de butacas y una Lena Headey acosada por el fantasma de Joffrey.
Sherlock, la sorpresa británicaSherlock. Estaba en las quinielas pero casi nadie auguraba que le fuera hacer frente a Fargo. El tercer capítulo de la tercera temporada (His last vow) competía como miniserie y se ha llevado mejor guion, mejor actor y mejor secundario. Ni Benedict Cumberbatch ni Martin Freeman (que optaba al doblete por Fargo) han acudido a la gala, por problemas de agenda, para recoger sus premios. Hubiera sido una de las fotos de la noche.
El recuerdo a los fallecidos. Este año ha destacado por la notoriedad de los algunos de los actores, actrices, productores o guionistas fallecidos durante el último año y por la dedicatoria especial para Robin Williams hecha por Billy Crystal.
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