Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
El manual de los maestros del sexo
Masters of sex ha pasado de ser una de las revelaciones del 2013 (cuando se emitió en otoño) a convertirse en uno de los platos fuertes de la temporada de verano de 2014. Sea por aprovechar el tirón de los Emmy, en los que ha sumado cuatro nominaciones, o por huir de la incógnita que supone la cuarta temporada de Homeland, su compañera de parrilla el año pasado en la cadena estadounidense Showtime, Masters of sex adelantó unos meses su regreso para afrontar el reto que siempre acompaña a la segunda temporada una serie, el de la confirmación de que la primera entrega no fue solo un espejismo.
Masters of sex se encuadra en la tendencia 'serie de época' que recorre últimamente la ficción estadounidense. La inauguró Mad Men con su mirada nada nostálgica a la década de los 60, “la década que transformó Estados Unidos”en palabras de su creador Matthew Weiner, favoreció a la fiebre por Downton Abbey y últimamente ha propiciado los estrenos de Manhattan, centrada en el grupo de científicos que desarrollaron la bomba atómica en la década de los 40, o Halt and Catch Fire, sobre los inicios del ordenador portátil en los 80. Por proximidad histórica Masters of sex no ha podido evitar las comparaciones con Mad Men pero en su caso hay descartar el calificativo de 'odiosas'. Estas son algunas de las claves para mantener a Masters of sex (en Movistar TV en Canal + 1) en la lista de imprescindibles.
Una historia real reinventada. La serie es una adaptación de la biografía escrita por Thomas Maier sobre la vida y las investigaciones de Wiliam H. Masters y Virginia Johnson, un ginecólogo y una psicóloga que con sus estudios a finales de los 50 (con métodos poco ortodoxos para la época) sentaron la bases de la revolución sexual que llegaría a Estados Unidos en los años 60. El espectador impaciente puede ir directamente al libro y saber por adelantado como acabó la historia, pero se estaría perdiendo el modo en el que los guionistas la han trasladado a la televisión. Los hechos son reales pero es inevitable asumir que cosas que se cuentan en Masters of sex son pura ficción.
El sexo como excusa. Lo que era un gancho irresistible para que la serie se hiciera un hueco en la complicada y competitiva selva seriéfila es solo una excusa para presentar una historia que habla de amor, sentimientos y relaciones en una época en la que primaba la hipocresía, la doble moral y el puritanismo. Sus personajes se desnudan física y psicológicamente en una historia donde lo menos sutil son sus controvertidos títulos de crédito.
Mujeres fuertes frente a hombres débiles. Lizzy Caplan y su Virginia Masters han entrado con honores en la nueva generación de personajes femeninos que han dinamitado el rol que, hasta hace poco tiempo, les tocaba desempeñar a las mujeres en las series televisión. Divorciada dos veces, madre de dos niños pequeños, independiente y con ambiciones profesionales en una época en la que como le pasa a Libby Masters, aunque con matices, su 'misión' era ser el ama de casa perfecta. Intenta abrirse camino en un mundo de hombres como lo hace Peggy Olson en Mad Men. William Masters es el gran interrogante de la serie, el personaje fachada al que gracias a la interpretación de Michael Sheen se le ven las grietas.
Grandes personajes secundarios con historias que no solo apoyan la trama principal. En la primera temporada brillaron Barton Scully (Beau Bridges) y Margaret Scully (Allison Janney ganó el pasado sábado el Emmy de mejor actriz invitada en drama). También Caitlin FitzGerald (Libby Masters), Dr. Austin Langham (Teddy Sears) o Jane (Heléne Yorke). Mención especial también para Lillian DePaul (Julianne Nicholson), la otra versión del precio que debían pagar las mujeres para alcanzar el éxito profesional o intentarlo en la sociedad de la época.
Capítulos que dejan marca. Una buena serie está formada por varias partes que deben armonizar el conjunto. En esta ecuación no pueden faltar los capítulos memorables y en la segunda temporada destaca Fight (2x03), un bottle episode que tiene como telón de fondo un combate de boxeo, real y metáforico, y en el que Virginia y Bill están todo el capítulo encerrados en una habitación de hotel. Los episodios 'botella' casi siempre se colocan entre los mejores de sus repesctivas series y el Masters of sex ya forma parte de la lista en la que están los de Battlestar Galactica (Unfinished Business, 3x09), Seinfeld, (The Chinese Restaurant, 2x06) Breaking Bad (Fly, 3x10) o Mad Men (The Suitcase, 4x07).
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