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La Acadèmia publica el diccionario que el PP intentó parar porque reconoce que valenciano y catalán son la misma lengua

De izquierda a derecha, Jordi Colomina, Ramon Ferrer y Josep Lacreu en la presentación a la prensa del 'Diccionari normatiu' de la AVL

Adolf Beltran

Valencia —

Pocas obras de contenido lexicográfico y lingüístico han sufrido ataques tan virulentos desde el ámbito de la política como la que este jueves ha presentado la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Se trata de un diccionario que el PP intentó censurar sin éxito hace casi tres años.

La aprobación de su 'Diccionari normatiu valencià', a finales de enero de 2014, enfrentó a la Acadèmia Valenciana de la Llengua con el partido entonces en el poder en la Generalitat. El Consell presidido por Alberto Fabra montó un escándalo con su pretensión de corregir dos de sus más de 93.000 entradas. Llegó a pedir un informe al Consell Jurídic Consultiu, una institución consultiva de la Generalitat, con la intención de modificar las definiciones de “catalán” y “valenciano” de la Acadèmia, institución normativa del valenciano con rango estatutario. No lo consiguió.

El diccionario, que ha estado accesible en Internet desde entonces, se ha publicado ahora en papel. La presentación del volumen se ha convertido en un símbolo de la definitiva independencia de la AVL de cualquier injerencia política, algo que responde al objetivo con el que fue creada en 2001, fruto de un pacto entre populares y socialistas auspiciado desde instancias cívicas y culturales para sacar el conflicto sobre la lengua de la agenda política.

Pese a ese objetivo fundacional y al hecho de que en 2006, en la reforma Estatut d'Autonomia, fue dotada del máximo rango al incluirla entre las instituciones de la Generalitat, el PP chocó con sus dictámenes en varias ocasiones por su pretensión de impedir que la Acadèmia reconociera lo que es normal en todo el ámbito científico, que valenciano y catalán son una misma lengua.

Las definiciones que el PP intentó sin éxito censurar en el 'Diccionari normatiu' son simétricas. Una establece, por un lado, que “catalán” es la “lengua románica hablada en Cataluña, las Islas Baleares, el departamento francés de los Pirineos Orientales, el Principado de Andorra, la franja oriental de Aragón, la ciudad sarda de L'Alguer y la Comunitat Valenciana, donde recibe el nombre de valenciano”. Y la otra define “valenciano” como “lengua románica hablada en la Comunidad Valenciana, así como en Cataluña, las Islas Baleares, el departamento francés de los Pirineos Orientales, el Principado de Andorra, la franja oriental de Aragón y la ciudad sarda de L'Alguer, donde recibe el nombre de catalán”.

El enfrentamiento del PP con la Acadèmia no acabó ahí. Con la excusa de la necesidad de hacer recortes en la Administración autonómica, los populares presentaron en las Corts Valencianes, a finales de la pasada legislatura, un proyecto de reforma de la Acadèmia Valenciana de la Llengua que reducía su número de integrantes pero que, sobre todo, ponía el contador a cero en el periodo inicial de 15 años durante el cual los académicos debían ser propuestos y elegidos por los partidos en la Cámara parlamentaria. El proyecto no salió adelante porque, al tratarse de una institución estatutaria, exigía una mayoría cualificada que la oposición de izquierdas no le otorgó.

Ahora, la institución normativa del valenciano presenta su diccionario habiendo consumado su definitiva independencia de la dinámica política, dado que hace unos meses eligió por primera vez a una parte de sus integrantes a propuesta y votación de los propios académicos.

Ramon Ferrer, presidente de la AVL, ha asegurado este jueves: “Éramos independientes antes, lo somos ahora y los seremos después. Nosotros no dependemos de la Generalitat; somos Generalitat”. Ferrer ha calificado el 'Diccionari' como una obra “inclusiva” cuya pretensión es que “todos los valencianos puedan sentirse cómodos” con ella.

El académico Jordi Colomina, coordinador de la sección que ha redactado el diccionario, ha destacado que su intención ha sido “armonizar la recuperación de variantes valencianas genuinas con la convergencia con las soluciones adoptadas en los otros territorios de la lengua compartida”. Ha puesto como ejemplo que la obra recoge demostrativos en sus variantes simples como “este” o “eixe” pero también en sus variantes reforzadas (“aquest” o aqueix“), así como incoativos como ”-ix“ o ”eix“. El 'Diccionari normatiu' incluye todo el corpus del Institut d'Estudis Catalans, ha resaltado. Según ha indicado Ferrer, unas 8.000 de las más de 93.000 palabras son genuinas valencianas (es decir, que no están recogidas en otros diccionarios).

A su vez, Josep Lacreu, responsable del equipo técnico del 'Diccionari', ha destacado su vocación integadora y la pretensión de “ordenar y orientar a los usuarios”, mediante la determinación del carácter principal, secundario o coloquial de cada palabra. En eso se han centrado tanto Colomina como Lacreu para defender el carácter “normativo” de la obra frente a quienes critican que ha optado por un desarrollo demasiado “descriptivo”. “Es un diccionario integrador, pero al mismo tiempo orientador”, ha concluido Lacreu.

La edición publicada se recoge en dos volúmenes y cerca de 3.300 páginas. Se han editado 5.000 ejemplares. Ramon Ferrer ha anunciado que se enviarán ejemplares a todos los centros educativos y bibliotecas“. Para el público general estará a la venta por 40 euros.

Las orientaciones principales del 'Diccionari' son de aplicación en la Administración pública y en los medios de comunicación. Con todo, como ha resaltado Ferrer, se trata de un “diccionario vivo”, que está disponible en Internet y que recibe incorporaciones permanentes por parte de la Acadèmia.

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