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El voto en contra de Castelló en Moviment tumba la reforma fiscal anunciada por el gobierno municipal

Anna Peñalver, concejala de Castelló en Moviment, se dirige hacia la tribuna ante la mirada del equipo de gobierno.

Belén Toledo

El equipo de gobierno de Castellón, formado por Compromís y PSOE, vio en el pleno celebrado el jueves cómo su anunciada reforma fiscal no consiguió salir adelante en la mayoría de los puntos propuestos. La razón es que ambos partidos quedaron en minoría, debido al voto en contra de la formación que les apoya desde la oposición, Castelló en Moviment, que se sumó a los votos negativos del PP y a la abstención de Ciudadanos. Esta es la primera vez que el desacuerdo entre esta formación y el ejecutivo municipal da al traste con un proyecto anunciado por este último.

La medida estrella de la reforma era la congelación del IBI anunciada por Antonio Lorenzo, teniente de alcalde y responsable de Hacienda. Lorenzo prometió en una nota emitida por el Ayuntamiento que el resultado sería que “la mayor parte de las familias de nuestra ciudad pagarán el próximo año una cuota similar a la de este año, salvo en aquellos casos que sufran revalorizaciones puntuales del valor catastral”. Como prueba, Lorenzo explicó que el próximo año el Ayuntamiento ingresará 1,2 millones de euros menos de lo que podría haber ingresado. Sin embargo, “hemos preferido asumir la disminución de ingresos para no sobrecargar a las familias con una nueva subida de este impuesto”.

Ni ahorro ni progresividad 

Durante el pleno, Castelló en Moviment negó la mayor. Su portavoz, Iñaki Vallejo, explicó que “con esta reforma, los ciudadanos pagarán lo mismo o un poco más”. Además, solicitó que el IBI pase a ser “un impuesto progresivo”. Para ello, solicitó que la reforma se corrigiera en tres puntos fundamentales. En primer lugar, pretenden una bajada mayor para usos residenciales y una subida al Puerto de Castellón al máximo permitido (actualmente, afirman, “tiene un IBI más bajo que algunas actividades especiales como el refinado de petróleo o las empresas de gas”). También defienden un aumento del impuesto para valores catastrales no residenciales más altos, que afectaría a grandes propietarios, “especialmente grandes superficies comerciales, industrias y edificios de oficinas”.

La afirmación de que la reforma del IBI no supondrá un verdadero ahorro para los ciudadanos fue también esgrimida como argumento por el PP a la hora de justificar su voto en contra: “Algunos pagarán más, otros pagarán menos. Y posiblemente las viviendas más caras van a tributar menos”, espetó al equipo de gobierno el concejal Carlos Feliu. Además, les acusó de incumplir sus propias promesas: “No vemos fiscalidad progresiva ni criterios sociales”. 

Feliu también declaró que el argumento del teniente de alcalde de que el Ayuntamiento cobrará menos debido a la bajada del IBI no es cierto. Explicó que la disminución de ingresos de 1,2 millones de euros se debe a que el consistorio está obligado a aplicar una sentencia del Tribunal Supremo que el Gobierno central convirtió en ley este mismo año, y que obliga a bajar el valor catastral de una parte de las propiedades rústicas: “Vamos a recaudar prácticamente lo mismo, y la diferencia se debe a esta sentencia” y no a la congelación del IBI anunciada, resumió.

La reforma fiscal tenía otros puntos además de la modificación del IBI. Al igual que este último, la mayoría de las medidas recogidas en el paquete quedarán sin efecto por la negativa de la mayoría del pleno.

Desacuerdos que evidencian la minoría

Esta no es la primera vez que Castelló en Moviment hace comprender al equipo de gobierno municipal que su apoyo está condicionado al cumplimiento del pacto que los tres partidos -Compromís, CEM y PSOE- firmaron en junio. Ya en el último pleno, el debate por una moción acabó en desacuerdo. Pero hasta ahora, la negativa de Castelló en Moviment no había tenido como consecuencia el derribo de una medida importante, largamente anunciada por Compromís y PSOE.

Iñaki Vallejo explicó la negativa de su grupo porque la tramitación de esta reforma ha sido demasiado rápida como para que existiera un espacio para la negociación entre grupos. Esta manera de trabajar, explicó, “es más propia de la mayoría absoluta” y no es adecuada para la situación actual en la que, recordó, hay “minorías” y, por tanto, se hace necesario negociar y dialogar. Por eso, Vallejo recordó la necesidad de cambiar el reglamento de funcionamiento de la institución para “aumentar la transparencia y la participación”. También se quejó de que este anuncio de bajada de impuestos tiene que ver con el periodo actual de precampaña electoral, en el que los partidos nacionales tienen ya la mirada puesta en las próximas elecciones generales.

No obstante, Vallejo también intentó tranquilizar al equipo de gobierno. Previó que el próximo año habrá problemas de ingresos en el consistorio debido, entre otras cosas, a la citada ley estatal que rebaja el valor catastral de algunas propiedades. En este sentido, prometió “apoyo para solucionar el problema de ingresos”: “Es más fácil salir a la calle para explicar la política fiscal que hacerlo para decir que no hay dinero para política social”, resumió.

Por su parte, Antonio Lorenzo intentó hasta el último momento convencer a los concejales de Castelló en Moviment de que cambiaran el sentido de su voto. Reconoció que estas medidas “no son suficientes” pero justificó la urgencia de aprobarlas en la necesidad de que los cambios en el IBI estén vigentes el próximo año. Aseguró que las reformas propuestas “emanan del pacto de gobierno”. Se refería al acuerdo firmado en junio entre los tres partidos -Compromís, PSOE y CEM-, y que promete una “fiscalidad progresiva y socialmente justa”. En este sentido, Lorenzo prometió que el próximo año habrá un “calendario de trabajo” para concretar todas las propuestas necesarias para cumplir el pacto. Justificó que en este pleno “hemos empezado por las medidas que se pueden aprobar”.

A favor del TTIP

El Ayuntamiento aprobó una moción en contra del TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión, en sus siglas en inglés) propuesta por Castelló en Moviment, con el apoyo de Compromís y PSOE, y el voto en contra de PP y Ciudadanos. En virtud de este texto, el consistorio se compromete a “promover el debate y la información” sobre este “acuerdo actualmente en proceso de negociación entre la Unión Europea y los Estados Unidos de América que pretende aprobar una mayor desregulación del comercio y las finanzas”. Durante el pleno, varios activistas en contra del TTIP exhibieron pancartas en contra del pacto y a favor de la aprobación de la moción.

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