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Doble auditoría a la herencia de Barberá

El edil de València en Comú, Roberto Jaramillo

Moisés Pérez

Valencia —

Doble fiscalización a la etapa de la exalcaldesa Rita Barberá, pero con calma. Mientras en otras ciudades apodadas del cambio como Madrid y Cádiz ya han empezado a revisar la etapa anterior, los tiempos del tripartito municipal en Valencia son diferentes. Aunque la pretendida revisión se antoja más profunda.

Según el concejal de transparencia y gobierno abierto, Roberto Jaramillo, de València en Comú. la idea es que se haga una doble auditoría a la herencia que ha dejado el anterior equipo de gobierno local. “Hay que diferenciar entre la auditoría contable y la ciudadana, que consiste en rendir cuentas de los resultados de lo presupuestado delante de los ciudadanos”, apunta.

De hecho, la auditoría contable ya está en marcha, aunque se trata de la que realiza todos los años la intervención municipal. Una revisión que atañe a las cuentas tanto del Ayuntamiento como a todos los organismos y empresas públicas dependientes del consistorio, y para la que se selecciona cada año a diversos organismos. De momento, esa revisión afecta a la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau, bajo sospecha por el caso Urdangarín.

La denominada auditoría ciudadana está aún en fase inicial. El gobierno local está acercando posturas y debatiendo sobre el proyecto junto con entidades ciudadanas -como la Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda- para presentar un proyecto consolidado. “Es una prioridad para nuestro gobierno municipal. Pero queremos presentar una iniciativa sólida y que sea fruto de la participación con diferentes entes, por lo que aún no podemos fijar una fecha concreta de cuando la presentaremos”. Un proceso que ante la prioridad de elaborar los presupuestos no se prevé que esté terminado hasta principios del próximo año.

Pese a que el proyecto está en fase de construcción, desde la delegación de transparencia apuestan por que sea un análisis desde varias perspectivas, que no se circunscriba solo a una evaluación de los resultados desde el prisma de la eficiencia. Es decir, que también se haga desde un punto de vista medioambiental o de género, por ejemplo.

Una auditoría con la que no se pretende “rebuscar en el pasado para criticar lo mal que se ha hecho. No es ese nuestro objetivo. Ahora, si encontramos en la revisión información o datos que puedan conllevar irregularidades o otros daños al bolsillo de la gente lo denunciaremos”, precisa Jaramillo.

No más de tres 'clics'

El convertir el Ayuntamiento de Valencia en una administración cristalina también está en su fase inicial. El ejecutivo local está redactando fruto de los encuentros que mantiene con entidades que tratan estos temas y con expertos de la Universitat de València y de la Universidad Politècnica de València un plan estratégico para determinar las nuevas medidas en materia de transparencia. “No se trata de anunciar una batería de iniciativas y dejarlo ahí, se irá innovando de forma continúa”, asegura el edil del ramo.

“Lo que queremos hacer es que toda la información que estamos volcando para cumplir con los requisitos que marca la ley autonómica sea fácilmente accesible al ciudadano”, indica. La filosofía con la que trabaja el gobierno local es evitar que para encontrar un dato, el ciudadano tenga que rebuscar entre una información voluminosa de contratos, indicadores y acuerdos. Y para ello, se proponen que el portal -sea nuevo o se utilice el existente, hecho que se está debatiendo- se lo más interactivo posible, con gran presencia de gráficos que ayuden a hacer más digeribles las cifras.

Un propósito que desde Transparencia quieren que se analice mediante la regla de los tres clics, en la que el tercero significa que la información está escondida o se pretende que esta sea opaca. Así, se busca que el ciudadano pueda tener al alcance toda la información referida no solos a determinados gastos, sino también a porque se invierte esa partida ahí, porque se ha contratado a esta empresa, como se ha hecho y otros detalles.

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