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“Hay que facilitar a la gente el voto en clave de cambio”

La dirigente de Podemos Àngela Ballester.

Adolf Beltran

Licenciada en Historia, Àngela Ballester, de 35 años y de Bellreguard, tiene experiencia en proyectos de cooperación al desarrollo y de formación en derechos humanos y justicia social. Secretaria de coordinación de la dirección de Podemos que lidera Pablo Iglesias, es la dirigente valenciana de mayor nivel en el partido del círculo, al que representó en la negociación del Acord del Botànic que dio pie a la nueva mayoría de izquierdas en la Generalitat Valenciana. Ocupa la segunda plaza en la lista por Valencia para las elecciones generales del 20 de diciembre de la coalición Compromís-Podemos-És el Moment, de la que ha sido una firme defensora.

¿La candidatura por la que concurre, junto a Compromís, es consecuencia de su política de confluencia o de que Podemos respeta, en su estructura española, singularidades en su organización en algunas nacionalidades o comunidades autónomas?

Es una combinación de dos elementos. Primero hacemos un análisis de la realidad social y sociológica valenciana y vemos que en las últimas elecciones hay una mayoría social a favor del cambio, y que esa mayoría tiene dos referentes. Uno de ellos es Compromís, que tuvo unos resultados espectaculares en las autonómicas, y el otro es Podemos en su componente estatal y también valenciano. Por otra parte, estamos en un momento, a raíz de lo que ocurre en Cataluña, de repensar el modelo territorial y las relaciones entre las diferentes comunidades autónomas en España. En ese sentido, somos el único actor estatal que hace un discurso coherente en Madrid, en Barcelona y en Valencia, el único que habla de tú a tú a esas fuerzas políticas que representan sensibilidades diferentes en esos territorios, en esas nacionalidades históricas con particularidades culturales: Galicia, Cataluña o Valencia. Esa es una de nuestras fortalezas de cara a lo que vendrá. Si hay que repensar el modelo territorial, no podemos criminalizar comportamientos y sensibilidades como el independentismo en Cataluña, sino que hay que afrontarlo adoptando decisiones políticas. A nivel valenciano, hay que facilitar a la gente el voto en clave de cambio y, en clave estatal, forma parte de la estrategia de Podemos entenderse e ir de la mano con las periferias.

Uno de los objetivos fundamentales de la coalición es conseguir un grupo valenciano en el Congreso de los Diputados. ¿Puede llegar a resultarles confictivo si surgen discrepancias entre las posiciones de Podemos y las de ese grupo valenciano?

Los diputados y diputadas tendrían libertad de voto aunque fuéramos en una candidatura que se llamara solo Podem. Es verdad que puede haber elementos en los que no estemos de acuerdo, pero comparando los programas de Compromís y Podemos y viendo lo que hacen los consellers de Compromís y los diputados de Podemos, hemos visto que hay elementos en los que no coincidimos, pero en la mayoría de temas estamos de acuerdo. Se trata de llegar a acuerdos y de dialogar. Entendemos la política como un diálogo, como una forma de afrontar el conflicto. Eso no quiere decir aspirar a un grupo parlamentario en el que todos pensemos igual sino en el que seamos capaces de llegar a acuerdos, porque la gente se lo merece.

Insisten mucho en que Compromís y Podemos sumaron más votos que el PP en las elecciones autonómicas de mayo. ¿Hasta que punto puede eso trasladarse a las generales, dado que las coaliciones o los pactos electorales nunca suman mecánicamente?

Creo que es difícil aventurar si se puede fidelizar el voto, si se pueden mantener los resultados, porque el campo político está muy abierto. Y sobre todo porque no se puede comparar con las anteriores elecciones generales dado que no existía Podemos. En todo caso, en las confluencias siempre hay una pérdida de voto. Y combinarlo con el voto dual entre las autonómicas y las generales es complicado. Por eso es difícil saber si seremos capaces de mantener ese resultado. Lo que más nos indica que podemos aspirar a ser primera fuerza es el ambiente en la sociedad, en la calle, en la gente. Ven que hay fuerzas del cambio que están gobernando -en nuestro caso, tenemos una vicepresidenta; las candidaturas populares tienen el gobierno en los ayuntamientos más importantes, como Valencia, Barcelona y Madrid- y se dan cuenta de que se puede gobernar de otra forma. Durante muchos años, nos dijeron que podíamos decir menos cosas, que la democracia se limita a una esfera más reducida y cerrada en ella misma, porque tenemos unas instituciones europeas, unos organismos financieros internacionales, o unas agencias de rating que dicen cuánto vale la deuda de cada país, lo que obliga a recortes para dar seguridad a los inversores extranjeros, etc... Todo eso coloca la democracia en un rincón de la vida en común. Y ahora se está demostrando que el campo de acción política puede ampliarse un poco, que si queremos una democracia debe ampliarse más. Eso es lo que motiva a la gente y nos lleva a pensar que podemos ser la primera fuerza.

¿Hablamos de una cifra de siete u ocho diputados?

No hemos hecho la porra todavía. La última semana de campaña la haremos.

Se han unido dos formaciones, Compromís y Podemos, que pisan el mismo terreno o son complementarias?

Hay un sector que, efectivamente, estuvo decidiendo en las autonómicas si votaba a Podemos o a Compromís. Hay otro sector que se siente más identificado con las propuestas de Podemos y otro con las de Compromís. En todo caso, en un segmento electoral, el del partido socialista, mucha gente lleva años votando con la nariz tapada. Esos votantes ven cada vez más a Podemos, y en el País Valenciano a Podemos-Compromís, como fuerzas políticas capaces de llevar a cabo lo que buscan en los socialistas y los socialistas dicen pero no hacen. Esa combinación de segmentos puede sumar, o restar. Hacer una campaña tan plural es una forma de decirle a la gente que las aspiraciones de esta confluencia no son contentar a unos o a otros sino sumar a quienes saben que este es un momento histórico y que, si no cambiamos ahora las cosas, será más complicado hacerlo.

Pero el cambio por el que abogan, a la hora de conformar una mayoría, pasaría por los socialistas...

No vamos a sacar mayoría absoluta, ni nosotros ni nadie. Muchos discursos de los socialistas suenan bien a oídos de quienes tienen necesidades, de los excluidos, pero a la hora de gobernar lo hacen para los privilegiados, hacen reformas laborales y están en los mismos consejos de administración que los ex del PP, cambian la Constitución cuando Merkel llama por teléfono. Seguramente, no podremos gobernar sin el PSOE, pero aspiramos a tener más votos porque sabemos que, si tienen ellos la mayoría, después no aplican las políticas necesarias. Se demuestra en el Pacto del Botànico, que marca las líneas políticas del Consell que tenemos ahora. Nosotros no quisimos entrar en el gobierno, pero queríamos ser un control y una garantía. Por eso quisimos estar en ese acuerdo, que tiene una mayoría de Podemos y Compromís. Y por eso se está gobernando de una forma y no de otra.

¿Entonces no quisieron entrar en el Consell, pero puede ser que después de las generales se planteen incorporarse a él?

No lo hemos hablado ni valorado. Ahora mismo estamos centrados en la campaña para cual nacimos, estamos trabajando en el grupo de las Corts Valencianes y haremos el análisis con más tranquilidad el día 22.

¿Qué repercusión pueden tener las elecciones generales sobre la estabilidad del gobierno valenciano?

Sinceramente, no creo que haya peligro de inestabilidad por la simple razón de que no existe otra combinación que pueda dar estabilidad al Consell. Hay quien dice que un hipotético gobierno del PSOE con Ciudadanos en España podría influir en la Generalitat. Pero en las Corts Valencianes hay una mayoría de diputados por el cambio. Por eso decimos que es importante tener más votos que el PSOE. Se nota la diferencia entre lo que hace aquí el PSOE y lo que hace en Andalucía, donde Ciudadanos permite a Susana Díaz que no investigue los ERE hasta que pasen las elecciones o bloquea nuestra propuesta de cuentas claras. Esa diferencia se debe a nosotros.

¿Habría sido posible el acuerdo entre Compromís y Podemos sin la figura de Mònica Oltra?

Hay una coincidencia programática y es evidente que Mònica Oltra es un referente, no solo en esta comunidad sino en España, contra la corrupción, contra los caraduras que han gobernado aquí y en España. Es una suerte contar con ella, pero no ha facilitado ni dificultado llegar a este acuerdo.

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