Mónica Oltra con las 'kellys' en Benidorm: “¿Por qué aumentan las pernoctaciones pero no las cotizaciones?”
“¿Por qué aumentan las pernoctaciones pero no las cotizaciones'”. Esta es una de las preguntas que representantes de la plataforma Kellys de la Marina Baixa han planteado este martes a la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, que se ha reunido con una docena de ellas en el centro social José Llorca Llinares de Benidorm.
La política de Compromís ha escogido la víspera del Día Mundial del Turismo, que suele estar lleno de apelaciones a la buena marcha del sector y al aumento de pernoctaciones, para escuchar en la meca del turismo de masas a las camareras de pisos, el colectivo de trabajadores de la industria turística que peor parado ha salido de la crisis.
“El primer objetivo era escucharlas”, ha dicho Oltra. “Al ser un colectivo tan feminizado, ya que el 99% son mujeres, también es un colectivo muy invisibilizado”. Según la vicepresidenta valenciana, las kellys (las que limpian) hacen un trabajo “penoso”, que lleva asociadas una “serie de enfermedades profesionales no reconocidas”.
“Al acabar la jornada queremos llegar a casa y ser personas, no derrumbarnos en el sofá”, le han explicado las trabajadoras participantes en la reunión, que reivindican el derecho a la jubilación anticipada, dado que hacen un promedio de 25 habitaciones al día. “No queremos jubilarnos llenas de dolores sino jubilarnos en condiciones”, han señalado.
Las kellys piden la jubilación anticipada con 15 años cotizados, algo que es ya complicado por la fragmentación de contratos. Solicitan a la Generalitat Valenciana que promueva esa propuesta, que los diputados del PP votaron en contra en el Senado, entre ellos Agustín Almodovar, cuya familia tiene negocio en hoteles.
También reclaman un aumento de inspectores de trabajo que velen efectivamente por el cumplimiento de sus condiciones laborales y el derecho a la conciliación familiar. “En la mayoría de los hoteles no sabes cuándo vas a librar o te enteras de un día para otro”, se quejan. “Incluso se comunica el día de antes por Whatsapp, como si no tuviéramos vida”.
La creación de guarderías o escuelas infantiles de proximidad con horarios adaptados a la hostelería es otra de las reivindicaciones. Hay más 4.000 camareras de piso solo en Benidorm.
Además de exigir a los hoteles estudios económicos y psicosociales del trabajo que realizan para que se calcule cuánto se tarda en arreglar una habitación o los pasillos, las kellys plantean que se vincule la calidad de los hoteles a la calidad del trabajo que ofrecen. “Es inaceptable que un hotel de 4 o 5 estrellas ofrezca un trabajo precario o externalizado”, argumentan.
Las subvenciones que se conceden desde las instituciones públicas a un hotel deben tener un control y que no se subvencione a hoteles que tengan subcontratado el servicio de camareras de piso, añaden. O que no se dé subvención a empresas con multas de la autoridad, como ocurre con el presidente de Hosbec, la patronal hotelera de Benidorm, en un hotel de Calp.
“Hay una excesiva precariedad”, ha indicado Oltra, al referise a la externalización del servicio de habitaciones y las condiciones contractuales. La vicepresidenta, que es también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, se ha comprometido a trabajar para lograr avances en las reivindicaciones que le han planteado.
A través de una ley de responsabilidad social que está tramitando el gobierno valenciano ha señalado Oltra que se podrá regular la relación de la Administración con “determinados servicios hoteleros” para tener en cuenta la calidad del trato que se ofrece a los turistas y también la del trato a los trabajadores. El Invassat (Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo) está realizando un estudio ergonómico, ha añadido, para definir las enfermedades profesionales de las kellys.
Según ha denunciado Comisiones Obreras con motivo del Día Mundial del Turismo, los trabajadores “siguen siendo la cara B de la industria turística en el País Valenciano” y la bonanza económica del sector se traduce en “un mayor explotación laboral sustentada en salarios más bajos, precariedad laboral y falta de negociación colectiva”. El aumento de la externalización para no aplicar los convenios provoca, según este sindicato “una rebaja de salarios que, en el caso de las camareras de pisos, alcanza el 40%”.