Marzà, el candidato de Compromís que quiere cambiar el país desde la base
Vicent Marzà (Castellón, 1983) es uno de los cinco candidatos para liderar la candidatura de Compromís a las Corts Valencianes por Castellón en las elecciones autonómicas de mayo de 2015. Profesor de profesión y activista por vocación, Marzà está entusiasmado, tras su complicada gestación, con las primarias del partido. “La gente no tiene miedo y se mueve al margen del aparato, lo que demuestra nuestra apertura y ganas de hacer política desde abajo. Por eso hay tantos aspirantes”.
Marzà dirige Compromís en la capital de la plana y fue uno de los militantes del partido que se opuso a las primarias pactadas por las cúpulas de los socios de la coalición, el Bloc, Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, y Els Verds. “Era fundamental no traicionar nuestro espíritu transformador y trabajar desde la base, con decisiones apoyadas y trabajadas por la gente y no que vengan hechas desde la jerarquía. Discrepaba del método, que no del modelo”.
Marzà quiere cambiar el mundo, o al menos la Comunitat Valenciana. Y, pese a estar en Compromís, valora positivamente el fenómeno Podemos. “Daño no nos hará. Compartimos muchas cosas con Podemos, y a mi lo que interesa son las políticas de transformación para el País Valencià, no quién las haga. Creo que hay muchos puntos de encuentro con ellos, además de que han contribuido mucho a cambiar el tono del debate”.
Los padres de Marzà son fundadores de Escola Valenciana, activistas en causas progresistas y valencianistas convencidos. Vicent ha dado el salto a la política, heredero de un “ambiente de izquierda transformadora que quiere pasar de las palabras a los hechos”. Es muy optimista con Compromís, que cree que puede obtener excelentes resultados en las próximas elecciones. “En Castellón podríamos sacar hasta 3 diputados”, dice sonriendo.
Si él fuera elegido –aunque cree que se puede trabajar desde fuera de las instituciones- tiene clara su prioridad. “Un plan de lucha contra la pobreza”. Advierte, no obstante, contra los liderazgos fuertes. “La clave es el proyecto colectivo, el trabajo de las bases, el arraigo en el territorio. Eso permite que una candidata excelente como Mónica Oltra tenga ahora un prestigio y popularidad muy importante”.
Compromís, sostiene Marzà, ofrece varias ventajas contra otros partidos de izquierda: presencia en todo el País Valencià y defensa de los intereses propios, “contra el modelo construido por el centralismo que está ahogado el territorio. Eso, combinado con políticas transformadoras pensadas desde aquí y nuestra experiencia previa en gobiernos locales, nos diferencia mucho de otros. La clave de todas formas será el proyecto y no las siglas”.
Castellón como ejemplo del desastre valenciano
“Castellón tiene peculiaridades económicas [la potente industria azulejera] o demográficas [menos población] pero si ha sufrido las políticas mafiosas del PP o un modelo de crecimiento nefasto como el resto de valencianos. Además, ha sido marginada respecto a Valencia o Alicante en inversiones”, dice Marzà, que asegura no tener aspiraciones.
“No quiero un cargo, sino ayudar a cambiar la sociedad, lo que se puede hacer como conseller, diputado o desde el activismo en la calle”. En ese empeño, bien valdría una plataforma electoral de izquierdas. “Estoy por trabajar con cualquiera que apoye una serie de ideas, que comparta un proyecto, pero habría que preguntarse si esa convergencia daría más votos a la izquierda antes de las elecciones. De todas formas, antes o después, habrá que sentarse y hablar”.
En su opinión, debe haber consensos en varias líneas en el nuevo –“ya sin el PP”, dice- gobierno valenciano. El mencionado plan de choque contra la pobreza, la reindustralización del sistema productivo, el fomento del cooperativismo y, en definitiva, la apuesta por un nuevo modelo “que huya de la precariedad y falta de expectivas de una economía basada en los servicios y el turismo”.