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El PP valenciano perdería el 72% de sus alcaldías sin la reforma electoral de Rajoy

Ximo Puig y Pedro Sánchez.

Voro Maroto

La reforma electoral planteada por el PP en Madrid para que, a falta de conocer más detalles, la fuerza más votada en los municipios se haga con la alcaldía aún sin mayoría absoluta, tiene truco. Así lo cree la oposición. Y el PSPV ha intentado demostrarlo con datos.

Según un estudio basado en las elecciones municipales de 2011 y las europeas de mayo, el PP de la Comunitat Valenciana perdería hasta 219 alcaldías. Es decir, el 72% de las 303 donde obtuvo mayoría absoluta en los últimos comicios locales.

El trabajo de los socialistas destaca que, extrapolando los resultados de las Europeas, el 54,2% de los municipios de la Comunitat Valenciana (294 sobre 542) tendría un ayuntamiento sin mayorías absolutas. Y, por lo general, sin mayoría absoluta el PP no gobierna ante la conformación de alianzas entre partidos de izquierda.

El estudio se basa en la hipótesis de que los resultados de las Europeas son replicables a escala municipal (una teoría ante la que los expertos muestran cautela) pero recoge la tendencia a la fragmentación del voto: Si en 2011 los municipios sin mayoría absoluta fueron 128 (el 23,6%), en las europeas de 2014 ese fenómeno más que se duplicó, hasta llegar a los 294 municipios, el 54,2%.

Con estos números, el PSPV habla de pucherazo. “El PP quiere hacer trampa, cambiando las reglas del juego a nueve meses de las elecciones, sin diálogo ni acuerdo», dice José Manuel Orengo, secretario de Relaciones Institucionales del PSPV-PSOE.

“No es posible que cuando los ciudadanos están exigiendo que haya más capacidad de elección directa de verdad de los representantes públicos, que haya listas abiertas, que haya posibilidades de mejorar la calidad democrática, lo que se traduzca es en un intento de blindar alcaldías que en las actuales reglas de juego van a perder”, dice Ximo Puig, secretario general del PSPV-PSOE.

“Atentar contra la democracia”

Para el PP, sin embargo, oponerse a la elección directa de alcaldes es “atentar contra la democracia”. Los populares limitan el alcance de la Ley a evitar “cambalaches”, en palabras de la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, y creen que tan sólo evitaría pactos como los de Orihuela, Benidorm, Villena, Alcoy, Vila-real, Buñol o, Burjassot, donde el PP no gobierna pese a ser la lista más votada.

Ni Bonig ni ningún otro dirigente del PP valenciano han recordado como Rita Barberá accedió a la alcaldía de Valencia: merced a un pacto con la extinta Unió Valenciana que privó de la vara de mando al partido más votado, el PSPV liderado por Clementina Ródenas. En 2011, los populares obtuvieron 303 mayorías absolutas, el PSPV 93, Compromís 7, EU una y varios partidos independientes, 9.

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