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Las Torres Calatrava, 15 millones de euros por un proyecto que nunca se ejecutó

Una proyección de cómo hubiera quedado el paisaje de la ciudad de Valencia con las tres torres Calatrava

Miguel Giménez

VALENCIA —

La Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA), la imagen de la ciudad de Valencia, de la Valencia de Rita Barberá y de la Comunitat Valenciana del PP de Francisco Camps, vuelve a estar de actualidad. El Palau de les Arts Reina Sofía, el emblema del complejo más representativo de la capital del Turia, ha visto en los últimos días como se desprendía parte del trencadís de su fachada.

La obra del polémico Santiago Calatrava, que ha costado unos 500 millones de euros a las arcas públicas valencianas, ha sido protagonista este año también por un ERE y unos ajustes que obligarán a cerrar este contenedor cultural un total de cuatro meses al año. Y el problema de los desperfectos y la caída del trencadís de la fachada no ha afectado sólo al Reina Sofía, sino que el Ágora, una infraestructura que costó 100 millones de euros y que está infrautilizada, también ha padecido éste y otros males.

Tras la caída de parte de la fachada del Palau de les Arts, la Generalitat, a cuyos dirigentes acusan desde Esquerra Unidad de ocultar informes sobre esta instalación para proteger a Calatrava, denunciará al arquitecto por los daños y perjuicios ocasionados por estos sucesos, atribuidos al viento de 64 kilómetros por hora que se registró durante la jornada del jueves 26, cuando se produjeron los desprendimientos.

Precisamente, el controvertido arquitecto valenciano ha protagonizado más de una polémica en su tierra. La principal tal vez sea la provocada por las virtuales torres que debían ser el colofón a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de las que nada más se supo después de que Calatrava cobrara 15 millones de euros por el proyecto.

Orígenes

En noviembre de 2004, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el entonces President de la Generalitat, Francisco Camps, presentaban el que debía ser el complejo que inicialmente contaba con cuatro torres, posteriormente con tres rascacielos -de 308 (la más alta de España), 266 y 220 metros de altura y un coste aproximado de 450 millones de euros- que finalmente se ha quedado en nada.

Pese a que del proyecto nunca más se supo, lo que sí que se ha confirmado es que la Generalitat Valenciana pagó por el diseño de los tres rascacielos de lujo -que debían denominarse Valencia, Castellón y Alicante- la friolera de 15 millones de euros a Calatrava, tal y como figuraba en el contrato.

En noviembre de 2011, Fiscalía desvelaba que los pagos de Camps al arquitecto valenciano habían ascendido a esos 15 millones de euros, aunque aclaraba que no veía delito alguno en estos pagos, por lo que archivaba la investigación iniciada en abril de ese mismo año tras la denuncia presentada por Esquerra Unida, que consideraba que existían indicios de irregularidades en la relación de Calatrava con el Consell presidido por Camps.

El proyecto se impulsó pese a las dificultades existentes por el conflicto por la propiedad de las parcelas, así como por el hecho de que la zona donde se debían construir las torres estaba en la senda de aproximación del aeropuerto de Manises, por lo que no se sabía si era viable.

Reclamación de los expropietarios

Así mismo, la mercantil L'Horta Inversiones, afectada por la expropiación en 1994 de los solares que después debían acoger los fallidos rascacielos, reclamaba ante el TSJCV 100 millones de euros en concepto de indemnización al no aceptar los 3,5 millones recibidos en 1994.

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