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La burbuja universitaria privada valenciana

Francisco Camps, José María Aznar y Rita Barberá en la investidura como doctor Honoris Causa del expresidente del Gobierno en la CEU Cardenal Herrera de Valencia.

Moisés Pérez

Burbuja. Esa es la palabra que utilizaron los rectores de la Universitat d’Alacant, Manuel Palomar, y de la Universidad Miguel Hernández, Manuel Pastor, el pasado enero, para describir la sobreabundancia de universidades privadas en el País Valenciano y que el Consell pretende engordar con la creación de dos más en la provincia de Alicante.

Actualmente, el mapa universitario valenciano aún se encuentra dominado por las universidades públicas. Hay cinco (Universitat de València, Universitat Jaume I, Universitat Miguel Hernández, Universitat d’Alacant y Universitat Polítècnica de València) por cuatro privadas. La mitad de las privadas están controladas por la Iglesia, el CEU-Cardenal Herrera, propiedad de la Asociación Católica de Propagandistas, y la Universidad Católica de Valencia, fundada por el ya fallecido arzobispo Agustín García e impulsada por el sector cristiano del PPCV.

Las otras dos son la Universidad Europea de Valencia, controlada por el grupo Laureate que es propiedad de diversos fondos de inversión como KKR, Citygroup, Caisse de Depot et colocación du Quebec, SAC Capital Management, entre otros, y la Universidad VIU, ahora controlada por el Grupo Planeta.

Pero, este mapa está previsto que cambie. El PP ha bendecido la creación de dos nuevas universidades en la provincia de Alicante. Una en Sant Joan, vinculada a la Universidad Católica de Murcia (UCAM), y otra en El Campello, denominada Mare Nostrum University. Esta última situada solo a seis kilómetros del campus de Ciencias de la Salud de la UMH, está impulsada por la mercantil Avance Estudios Superiores S.A., constituida por doce personas y una empresa. Entre ellas, el consejero delegado de la constructora Ecisa, Manuel Pelaez, o empresarios de la hostelería como Antonio Murcia.

Además, también figura en la lista de impulsores Pedro Picatoste, profesor de Historia Medieval de la UA y que factura de forma habitual al ayuntamiento de El Campello. Él, organizó la campaña electoral de 2011 a Juanjo Berenguer, entonces candidato del PP y ahora alcalde de la localidad.

El advenimiento de un sistema universitario valenciano con mayor presencia de las privadas, ha levantado en armas a los rectores. “No podemos permitir que la burbuja universitaria del sector privado acabe con años de planificación del sistema universitario público valenciano”, alertaba Vicent Climent, rector de la UJI, en la conmemoración del XXIII aniversario de la universidad castellonense. Manuel Palomar, rector de la UA, se mostraba en enero así de duro: “la inflación de oferta de estudios amenaza con hacer estallar las costuras de algunas profesiones”.

Una burbuja privada que puede provocar una saturación de grados y de titulados. “Se están concediendo títulos que solapan a los de las públicas. Hay una saturación de grados en Magisterio y en Ciencias de la Salud”, crítica Marga Sanz, coordinadora general de Esquerra Unida. En la misma línea, se expresa Josep María Pañella, diputado de Compromís, “se están adscribiendo nuevas titulaciones a las privadas por encima de las públicas de una forma legal, pero ilegítima”.

Vicente Gómez, vocal de la junta directiva de la Unión Profesional de Valencia y decano del Colegio Oficial de Químicos de la Comunidad Valenciana, denuncia: “la burbuja se evidencia principalmente en los grados duplicados”. Un crecimiento de grados y alumnos en las privadas en comparación a las públicas, según los datos recogidos de forma individual de cada universidad, que se está haciendo “sin hacer caso a las recomendaciones de la conferencia de Rectores”, afirma Gómez.

Locura por Medicina

Una sobreabundancia de universidades, como resultado de la expansión de las privadas, que es especialmente significativa en Medicina. Federico Pallardó, decano de la Facultad de Medicina de Valencia, alertaba de esta situación. “La recomendación de la OMS es de una proporción entre 0,5 y 0,6 facultades por millón de habitantes”, dijo en Valencia Médica. Con la creación de las dos nuevas universidades privadas en Alicante subiría a 1,4 facultades por millón de habitantes en el País Valenciano. “¿Se puede soportar ocho facultades de medicina, tres de ellas en Alicante?”, se pregunta mordazmente Palomar.

Josep L. Barona, Catedrático de la Facultad de Medicina de Valencia, se mostraba también muy crítico con la burbuja universitaria privada y, en especial, en la de los estudios de medicina, en un artículo en Levante-EMV, alertando sobre la creación de una “verdadera burbuja de centros privados” que “generará cuantiosos beneficios económicos a quienes la promueven, pero a costa de reventar el mercado con un exceso de titulados”.

Bendecida e hinchada por el PPCV

Sin embargo, la creación e hinchamiento de la burbuja privada ha contado con la complicidad del PP valenciano. El caso más paradigmático es la creación de la Universidad Católica de Valencia (UCV), impulsada por el sector cristiano del PP y en cuyo patronato se sienta el vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau.

La universidad vinculada con la Iglesia Católica, tuvo la autorización del ex presidente Camps de su Facultad de Medicina sin que esta cumpliera con los requisitos impuestos por el Consejo de Coordinación Universitario, ya que la UCV no había presentado ni el plan de estudios ni tenía fijado el cupo de alumnos.

Otro ejemplo del favoritismo del Consell por las privadas, fue en 2010 cuando la universidad CEU-Cardenal Herrera consiguió antes el grado de Ciencias de la Salud que la universidad pública de Castellón, la Jaume I. Todo, debido a que la Conselleria d’Educació no había dado la financiación suficiente para iniciar el grado, según criticó en su momento el rector de la universidad pública y el diputado de Compromís, Josep M. Pañella.

Al mismo tiempo, el PP ha hecho otras acciones para facilitar la expansión de las privadas. “Torrent, Valencia, Alzira y Xàtiva han cedido terrenos públicos para las universidades privadas. En todas estas poblaciones cuando se cedieron los terrenos gobernaba el PP”, critica Sanz. Terrenos públicos que también se han cedido en El Campello y Sant Joan gracias al PP para impulsar las dos nuevas universidades de iniciativa privada.

Precisamente, en Sant Joan, la UCAM recibió un regalo divino del ayuntamiento gobernado por el PP. El consistorio compró una residencia de tiempo libre propiedad de la Conselleria de Hacienda para ceder la instalación a la nueva universidad.

“Se dan muchos recursos a las privadas. Por ejemplo, la Conselleria d’Agricultura retiró el convenio de investigación con el Instituto Valenciano de Investigación Agrario y se lo otorgó a la Universidad Católica”, explica Pañella. Entre los “privilegios” que tienen las privadas, se encuentra la posibilidad de sus alumnos de Medicina de poder hacer las prácticas en hospitales públicos. “Creo que es una vergüenza que los hospitales públicos sean ocupados por alumnos de facultades privadas”, criticaba Pallardó en Valencia Medica. Una ayuda más del PP en la construcción de una burbuja de universidades privadas que amenaza con saturar las titulaciones y el mercado con exceso de titulados.

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