El cardenal Cañizares: “Se utiliza y se manipula al Papa contra mí para desprestigiarme”
El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha remitido una carta a su Diócesis con motivo del debate parlamentario en las Corts del pasado jueves 26 de mayo a propósito de las referencias del prelado al “imperio gay”. Este escrito coincide prácticamente en el tiempo con el documento remitido al jefe del Consell, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mónica Oltra, en el que equipara la actual época en la Comunitat Valenciana a “tiempos de Franco”.
Se refiere Cañizares en su carta a la Diócesis a las palabras del president Ximo Puig y el síndic de Compromís en el parlamento valenciano, Fran Ferri, y asegura que se faltó a la libertad religiosa e insiste en que se le sometió a juicio sin escucharle y sin defensa por su parte. “Se me condenó de hecho, llevados de prejuicios y de lecturas sesgadas sacadas de algunos medios y sus interpretaciones”, afirma el cardenal, quien reprocha que no se leyera su homilía en conjunto: “Convirtieron las Cortes en un Tribunal popular, de tan malos recuerdos históricos”.
A juicio del purpurado, tanto Puig como Ferri realizaron unos juicios de valor “verdaderamente infames, falsos y calumniosos que incitaban al odio” en un lugar, las Corts, que asegura no era el sitio adecuado para tales denuncias, “imputaciones falsas”. Así, insiste en que se le insultó gravemente al decirle que no es “nada cristiano” y se le contrapuso con el papa Francisco: “Se utilizó y se manipuló al Papa contra mí para desprestigiarme; el Papa no se merece tal utilización, está a otro nivel mucho más digno y elevado”.
A Cañizares le dolió “especialmente” la acusación de incitación al odio contra homosexuales y lesbianas, “a quienes estimo, los valoro en su dignidad que les corresponde como personas y me merecen el máximo respeto”. En este sentido, explica en la carta que también se le acusó “con falsedad y alevosía” de xenófobo hace unos meses y de incitar al odio contra los refugiados procedentes de países árabes. “¿Casualidad, pura coincidencia, o plan y estrategia preestablecidos?¿Les estorbo, les soy molesto y quieren acabar conmigo?”, se pregunta el purpurado, quien se muestra contundente al asegurar: “Ni soy homófobo, ni xenófobo, ni sexista. ¡Dios me libre!”. Y sostiene: “quien haya seguido mi trayectoria como sacerdote, como Obispo o como Cardenal, sabe que no excluyo a nadie sea del color que sea, de la religión que profese, de su manera de pensar que respeto, y de la condición que sea”.
El cardenal valenciano, a quien “sólo” importa el juicio de Dios y no el de los hombres, da por zanjado este asunto y retira las palabras de la homilía que hayan podido herir o molestar a algunos, al tiempo que “perdona” a quienes le han ofendido: “eso sí, espero reciprocidad, y les pido que rectifiquen, que dejen de acosar a la Iglesia y que respeten la libertad religiosa”, al tiempo que se muestra “dispuesto a cargar con la cruz”.