La entrada de Blasco en prisión, “un símbolo” en la Comunitat Valenciana
El exconseller Rafael Blasco ha ingresado este lunes en la prisión de Picassent para cumplir la condena por el desvío de fondos públicos dirigidos a cooperación internacional en Nicaragua, un hecho que para las diputadas que con su denuncia dieron origen al caso Cooperación -Clara Tirado y Mireia Mollà- constituye “un símbolo”.
Cinco días después de que el Tribunal Supremo condenara a Blasco a seis años y medio de cárcel por delitos de malversación en concurso de prevaricación y falsedad, el exconseller ha ingresado minutos antes de las nueve de la mañana en la cárcel elegida por él, la de Picassent, la única de la provincia de Valencia.
El Tribunal Supremo rebajó en año y medio la condena inicial del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, dictada el 28 de mayo del año pasado, al entender que no existió delito continuado, y mantuvo la pena de veinte años de inhabilitación para cargo público.
Blasco se personó el pasado viernes en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, tres días antes de lo previsto, para comunicar el centro penitenciario elegido para iniciar su condena, que no ha trascendido hasta que hoy ha ingresado en prisión.
Denuncia en 2010
El llamado caso Cooperación se inició a raíz de las denuncias presentadas ante la Fiscalía en octubre de 2010 por las diputadas autonómicas Clara Tirado (PSPV) y Mireia Mollà (Compromís) sobre supuestas irregularidades en la concesión por la Generalitat de subvenciones a la cooperación al desarrollo para el tercer mundo.
Tras conocer la entrada en prisión del exconseller de Solidaridad, Tirado ha indicado a EFE que se trata de “un símbolo para toda la Comunitat Valenciana” y un “motivo de satisfacción para todos los valencianos que confían y creen en la justicia”, al tiempo que ha resaltado la coincidencia en el tiempo con la “caída del régimen del PP”.
Para la diputada socialista, es “una imagen simbólica”, ya que Blasco “ha sido el principal arquitecto que ha construido durante los veinte años de gobierno del Partido Popular las tramas de corrupción que han beneficiado a él personalmente, y también a su partido”.
Para Mireia Mollà, hoy “no pisa la prisión Blasco, sino que hoy pisa Picassent el PP”, porque “culmina la condena a toda una etapa histórica, la de Partido Popular”, donde el exconseller “lo fue todo” y bajo cuya “protección” se instaló la “corrupción generalizada” por donde pasó.
“En lo personal y en lo político, en Compromís estamos tremendamente satisfechos por ver este momento, tras los cinco años de andadura en la denuncia del caso Blasco, que culminan haciéndose justicia”, ha señalado Mollà, quien ha agregado: “yo me quedaría con la frase ¡qué dulce sabor la justicia!”.
La entrada de prisión de Blasco, quien cumplió 70 años el pasado mes de febrero, se produce cuatro años y ocho meses después de que Tirado y Mollà llevaran a la Fiscalía las supuestas irregularidades de Blasco en cooperación internacional, y poco más de un año después de que el TSJCV le condenara en primera instancia.
Todopoderoso personaje
El otrora todopoderoso personaje de la política valenciana, que fue conseller con cuatro presidents de la Generalitat de dos partidos en siete carteras distintas durante diecisiete años, tiene pendientes además otras dos piezas del caso Cooperación, actualmente en fase de instrucción y en las que está también imputado.
Una de las piezas se refiere a las subvenciones para cooperación de 2009 y 2011 a distintas entidades, y la otra a las acciones de la Generalitat para la reconstrucción de Haití tras el terremoto de 2010, y ambas las instruye un juzgado de Valencia tras salir del TSJCV al dimitir Blasco como diputado tras ser condenado por la pieza primera.