¿Los bancos deben de estar orientados al bien común o a la maximización de beneficios? Esta es una de las múltiples interrogantes que abordó Christian Felber, impulsor de la Economía del Bien Común, en su conferencia pronunciada esta semana en el salón Mallorca del Hotel SH Valencia Palace organizada por el Club de Encuentro Manuel Broseta. Por si cabía alguna duda, Felber se inclinó por la primera opción, ya que todos sus planteamientos giraron en torno a la recuperación de la economía en favor del ciudadano soberano, actualmente devaluado por la supremacía del sistema financiero o gran casino global.
De hecho, Felber, que venía a Valencia a presentar su último libro 'Dinero. De fin a medio', tachó de eufemismo la denominación de 'mercados financieros libres', “porque no producen libertad, sino que la destruyen”. Y en esto fue tajante, al afirmar que estamos en manos de una élites financieras que “tienen menos nivel ético que la media de los ciudadanos”.
Francisco Álvarez, presidente de Ética Family Office, se encargó de presentar a Felber como alguien con quien comparte y defiende “un modelo económico con rostro humano”. Modelo que pasa por la implicación de ese ciudadano soberano al que se refirió el conferenciante, ya que suya es la responsabilidad del cambio de modelo. Y, a este respecto, Álvarez citó a Einstein: “El mundo no será destruido por los que hacen el mal, sino por los que les miran sin hacer nada”. Y agregó: “Con lo que Christian ha escrito, tenemos herramientas para que podamos hacer algo”.
Felber, al poco de comenzar, aludió a Valencia como “puerto de entrada de la economía del bien común en España”. Y enseguida se adentró a desmenuzar las claves del actual modelo económico causante de la crisis que nos azota desde hace ya siete años. “Ahora mismo estamos midiendo el éxito económico en todos los niveles de la economía con indicadores monetarios, desde la inversión, la empresa o la economía nacional”. “El dinero es el objetivo”, añadió. Y propuso, en este sentido, “relevar el PIB” que mide el éxito de un país, por el PBC o “Producto del Bien Común”.
Felber, apoyándose en Aristóteles, explicó que existían dos formas de entender la economía, “una sana y natural y otra enferma y antinatural”. La primera, puramente económica, se caracterizaría por utilizar el dinero como un medio para obtener un fin, que es el bien común. La otra, crematística, por seguir la terminología aristotélica, aspira al beneficio monetario como objetivo supremo de la economía.
Para Christian Felber, el sistema monetario actual presenta una “disfunción”, que vulnera el más elemental principio democrático de estar al servicio del ciudadano (Felber utilizó el concepto más abstracto de pueblo). “El sistema no está al servicio de todos y mucho menos del bien común”, destacó.
Las ideas que Felber propone en su libro 'Dinero. De fin a medio' van desde el dinero como bien público, a la emisión de dinero por un banco central democrático (y no el actual que “compra activos tóxicos de los bancos”), la regulación ética del crédito o el resurgimiento de una antigua propuesta de John Maynard Keynes sobre una cooperación monetaria internacional.