El enfrentamiento entre Puig y Oltra puede dejar a Barberá en la alcaldía de Valencia
La enconada disputa por la presidencia de la Generalitat entre Ximo Puig (PSPV-PSOE) y Mónica Oltra (Compromís) puede tener efectos colaterales imprevisibles. Uno, la continuidad de Rita Barberá como alcaldesa de Valencia. El escenario es poco probable pero no imposible.
Puig y Oltra no se han reunido en privado y sin terceros casi dos semanas después de las elecciones que dibujan una clara mayoría de izquierdas. De momento, se envían mensajes críticos a través de los medios de comunicación. “Si nuestros votos son buenos para elegir a los alcaldes de otros también lo deben ser para ser elegidos presidentes de la Generalitat”, ha dicho Puig. “No se puede cambiar el cromo de Messi por el del Coyote”, replicó Oltra.
¿A que se referían ambos? Al Ayuntamiento de Valencia. Allí, el candidato de Compromís, Joan Ribó, necesita el apoyo del PSPV y de València en Comú (la unión de Guanyem y Podemos) para acabar con 24 años de gobierno de Barberá. ¿Lo tendrá? En principio, sí, pero no es descartable que el atranque en las negociaciones por la Generalitat arrastre a la capital.
Negociación a dos bandas
El PSPV (23 escaños en las elecciones) está decidido a pactar con Ciudadanos (13) en caso de que Compromís (19) y Podemos (13) no faciliten la presidencia de Puig. El partido de Albert Rivera, muy crítico con Compromís, ve con agrado, aún con condiciones, el pacto. Ahora bien, esa operación necesitaría de la abstención del PP (31 escaños) para prosperar.
Y el PP, que se ha mostrado partidario de apoyar al PSPV para cerrar el paso a Podemos y Compromís, estudia poner condiciones. Entre ellas, la alcadía de Valencia. Barberá podría seguir si contara con el apoyo de Ciudadanos y los socialistas no votaran por Ribó. Compromís y València en Comú (13 concejales) tienen menos votos que la suma del PP y el partido liderado por Fernando Giner (16).
El PSPV local ya ha dejado claro que quiere un pacto de izquierdas en Valencia pero supedita los acuerdos a la disputa por la Generalitat. “Estaremos atentos a lo que suceda [en el pacto por la Generalitat] a la hora de tomar la decisión final”, ha dicho Joan Calabuig, candidato socialista en Valencia, donde el partido ha obtenido pésimos resultados.
Aunque en principio –la dirección lo decidirá el sábado- el PSPV dará libertad para pactar a sus agrupaciones locales, también quiere cerrar la negociación por la Generalitat antes del 11 de junio, día que se constituye el nuevo parlamento. Considera nocivo alargar el “espectáculo que la izquierda está dando con estas esperpénticas negociaciones”, dice un alto cargo del partido.
Los diferentes ritmos de Puig y Oltra
Además, el día 13 se constituyen los ayuntamientos. Compromís y los socialistas se necesitan para hacerse con varias alcaldías, pero si el pacto por el gobierno valenciano se cierra más allá de esa fecha –Oltra ya ha dicho que no tiene prisa y se podría negociar durante todo junio - el PSOE puede perder una de sus mejores cartas negociadoras: el poder de investir a alcaldes de Compromís, especialmente a Ribó.
“A pesar de todo, creo que habrá acuerdo”, dice un miembro del Bloc, el partido mayoritario de Compromís. Es posible, pero Puig y Oltra continúan enrocados. El primero se cree con legitimidad para ser presidente. Su argumento es sencillo: es la fuerza más votada de la izquierda. Oltra también quiere dirigir la Generalitat. Alega que sus votos y los del partido de Pablo Iglesias –que la ha apoyado sin fisuras y con quién se reunió en secreto- son los de un mismo bloque ideológico y son muchos más (32 contra 23 diputados) que los del PSPV.