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¿Se puede evitar la quiebra de la Generalitat sin reforma de la financiación?

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto al president Alberto Fabra

Moisés Pérez

VALENCIA —

No, no y no. Esta es la respuesta de Montoro ante la petición, muchas veces en voz baja, de Alberto Fabra de que mejore un sistema de financiación muy perjudicial para las arcas valencianas que se encuentran al borde de la quiebra. Una palabra que volvió a pronunciar el Ministro de Hacienda el jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

La petición de una reforma se ha asumido poco a poco por la mayoría de los actores sociales y políticos del País Valenciano al ver que sin un cambio de modelo, la viabilidad de la Generalitat corre grave peligro. Tanto es así, que el empresariado valenciano, poco dado a rebelarse, hace unas semanas escenificó un alzamiento frente a Madrid.

Las palabras de todos los representantes unidos de la patronal valenciana fueron muy duras. Tanto, que el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, en una entrevista a El Temps declaraba que “empezaba a estar cansado de España”.

Una situación de ninguneo de Madrid, oficializada con la publicación de las balanzas fiscales, que afecta directamente al bienestar de los valencianos. “Con el modelo actual de financiación autonómica, la Generalitat Valenciana no puede financiar la prestación de los servicios sociales que tiene encomendados”, explica Manuel Illueca, profesor de economía financiera y contabilidad de la Universitat Jaume I.

“Para el año 2014 con el mismo sistema de financiación la Generalitat recibe 1.800 millones de euros menos que la suma de sus gastos en sanidad, educación y protección social, después de los recortes practicados”, alerta el miembro del Comité de Expertos para la Reforma del Sistema de Financiación a propuesta de Compromís, Rafael Beneyto, poniendo los datos del problema encima de la mesa.

Un problema que viene de largo. “Lo verdaderamente alarmante es que está situación se ha producido sistemáticamente desde el principio del Estado de las Autonomías”, expone Ismael Fernández, miembro del Comité de Expertos de Las Corts para la Reforma del Sistema de Financiación a propuesta de Esquerra Unida.

Un modelo discriminatorio que combinado con una gestión de despilfarro del PP, ha derivado en una deuda –cifrada en 35.000 millones por el Banco de España- que hace imposible la viabilidad del órgano rector del autogobierno y el pago de la misma. Julián López, portavoz económico del PSPV-PSOE, considera que la deuda “en las condiciones actuales es completamente impagable. No hay con qué pagarla. La devolución de los préstamos es imposible”, sumándose así a la afirmación hecha por los grandes patronos del País Valenciano.

¿Alternativas?

Ante esta situación los expertos consultados para este reportaje coinciden en que una reforma del sistema de financiación es imprescindible para garantizar el pago de los servicios públicos esenciales y no tener un Estado del Bienestar de segunda. Sin embargo, el continuo desprecio mostrado por Montoro ante las reivindicaciones del Consell, invita a buscar alternativas.

Medidas como una condonación de los intereses del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y la creación de un fondo de nivelación que compense el déficit fiscal valenciano fueron planteadas el jueves por parte del Consell ante el CPFF como alternativa ante la negación de un cambio de modelo para el próximo año. La respuesta que obtuvo el gobierno valenciano fue la misma que lleva escuchando desde hace un año: no.

Aunque el ministro de hacienda, Cristóbal Montoro, parece obcecado en sacrificar a los valencianos, existen otras medidas diferentes -como las presentadas por el Consell en el CPFF-a un cambio de modelo que aliviarían las cuentas, aunque alguna de ellas podría tener más complicación política que la propia reforma del sistema.

Para Beneyto, aparte de apostar por una revisión del modelo similar a la planteada en el informe de la Comisión de Expertos que incrementaba en 3.000 millones anuales la financiación de la Generalitat, defiende la condonación de la deuda histórica. “Con la condonación de la deuda histórica, cifrada en 13.500 millones de euros, pasaríamos de ser los líderes en deuda a estar en la media”, expresa. Una medida difícil, pero que se le ha aplicado a Extremadura –una de las grandes beneficiaras del modelo actual- con la compensación de 430 millones de euros de deuda histórica.

Otra medida, en este caso más factible, sería no pagar los intereses “por la parte de los préstamos que se corresponde con la infrafinanciación. Si recibimos 1.000 o 1.500 millones de euros menos al año que al promedio de las comunidades, no deberíamos pagar intereses más que por los préstamos estatales que superasen esa cantidad”, defiende López.

En busca de la mejor estrategia

El gobierno central se niega a aceptar las peticiones de Alberto Fabra y solo propone parches que no resuelven el problema. El último, el perdón de los intereses del rescate de la Generalitat. Un total de casi 400 millones de euros que se ahorrará el erario valenciano, repartiéndose en 79 millones de euros para 2014 y 320 para 2015.

Pese a que la medida alivia la carga financiera de la Generalitat, Fabra debe continuar batallando para lograr soluciones y no parches. Una vez superada su esquizofrenia de predicar una cosa en Madrid y otra en Valencia, incrementó su hasta ahora tímida rebeldía y se abstuvo en el CPFF. Un gesto de enfrentamiento espoleado quizás por el motín empresarial.

No obstante, la situación de Fabra no es nada fácil y le es difícil adoptar una actitud más beligerante frente al gobierno central. “Fabra no puede ser beligerante contra Madrid porque lo puso Madrid y lo puede quitar, porque no tiene el PP valenciano detrás suyo y porque no hay sectores sociales afines al PP suficientemente movilizados en la financiación autonómica”, analiza Anselm Bodoque, politólogo y analista político.

Respecto a la estrategia que debe adoptar el Consell, existen discrepancias. Para Illueca, apostar por el enfrentamiento directo con el gobierno “solo introduciría ruido y limitaría posibilidades de éxito” y se decanta por una posición de lealtad y respeto institucional que, según él, “acabará dando frutos”.

López, opina, en cambio, que hace falta mostrar “mayor rebeldía” y Beneyto defiende “otra estrategia más contundente en la defensa de los intereses de todos los valencianos”. Bodoque, sin embargo, afirma que cualquier estrategia debe pasar por “un acuerdo general entre todas las fuerzas políticas y sociales valencianas, dejando a un lado el oportunismo político”.

Con moderación o con beligerancia, lo que está claro es que urge una solución para mantener la viabilidad de la Generalitat y la prestación de los servicios públicos esenciales. Sin una reforma del sistema de financiación que, según Rajoy, no se realizará hasta después las elecciones generales, se debe pelear por las alternativas.

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