Carta a la diputada Caballero sobre la custodia compartida
Estimada Mercedes:
Completamente de acuerdo, tras leer tu opinión, en que la custodia compartida no puede ser por imposición. Sería una auténtica barbaridad imponer a unos progenitores una custodia compartida que no desean y cuando han sido capaces de llegar a un acuerdo sensato en cuanto a guardia y custodia y régimen de visitas tras la ruptura.
Completamente de acuerdo igualmente en que lo deseable sería que ambos progenitores, si demuestran capacidad y manifiestan la voluntad de criar y educar a los hijos, acordasen una custodia compartida. Pero, ¿y qué propone hacer cuando no exista ese acuerdo? ¿Descartar directamente al padre y otorgar la custodia de los hijos a la mujer por el mero hecho de serlo?
Tiene que saber usted que, no por tratarse de una práctica todavía ampliamente extendida, el hecho de privar a unos hijos de su padre (y al padre de los niños) deja de ser atroz. Lo sabría bien si hubiera vivido algún caso de cerca (un hermano con sus sobrinos o un hijo con sus nietos, por ejemplo). No se me ocurre una desigualdad más grande ni más discriminatoria entre sexos. Ni más injusta para los niños.
A priori ambos progenitores tienen (o deberían tener) idénticos derechos y obligaciones en la crianza y educación de los hijos.
De eso va la ley de custodia compartida aludida en su artículo. Cualquiera que haga una lectura correcta y completa de la misma difícilmente interpretará que la custodia compartida se trata de una imposición. Léala otra vez y compruebe por favor lo que le digo.
La custodia compartida no puede ser una imposición pero tampoco puede dejar de ser un derecho para ambos progenitores si, como indicaba más arriba, ambos demuestran capacidad y manifiestan voluntad de criar y educar a los niños y de compartir equitativamente su tiempo, sus progresos, sus penas y alegrías, su cariño, sus estudios, sus problemas, su ocio, sus proyectos, sus logros. Su vida.
Cuando no es así no sólo es injusto si no que puede ser terrible tanto para el progenitor descartado como para sus hijos.
Por cierto: precisamente la custodia compartida parece coherente con los esfuerzos que se hacen en pro de la consecución de derechos de las mujeres. Al menos con los esfuerzos de verdad.
Así es que por favor no enfoquen el tema de esta manera sesgada e injusta y no malgasten esfuerzos ni recursos en intentar derogar ninguna ley. Mejor inviértanlos en mejorarla y en hacer que se aplique correctamente. Y a nivel nacional. Inviértanlos en luchar por el bienestar de los hijos de padres separados. Inviértanlos en fomentar una relación simétrica con ambos progenitores y sus familias extensas.
En que haya suficientes juzgados para que la justicia sea ágil y sea de verdad justa con lo más importante que hay en la vida: la familia. En eliminar a los psicólogos funcionarios que prevarican impunemente dictando a sabiendas informes psicosociales injustos y tendenciosos. Y en sustituirlos por profesionales debidamente cualificados para que se ejerza la mediación que sea necesaria y que debería ser obligatoria en la mayoría de los casos. Y en prevenir, en detectar y sobre todo en eliminar de raíz los casos en los que los niños, tal como usted indica en su escrito, son utilizados como objeto de presión, en ocasiones hasta límites increíbles, dejándoles importantes consecuencias inmediatas y posibles secuelas futuras. En que se modifique el código penal para que contemple estos casos como un tipo de maltrato infantil y se sancione dura y ejemplarmente a su autor cada vez que se produzcan.
En algunos países de nuestro entorno fiscales, peritos y jueces son capaces de actuar de manera efectiva y contundente en tan solo unos días. Como merece el tema. Como merecen los niños. Y los adultos.
Ya va siendo hora de que dejen de negar la realidad. Por eso les ruego que despoliticen este tema e imiten a otros países que nos llevan años de ventaja y les va mucho mejor que a nosotros en este sentido.
No frivolicen con este tema, por favor.
Háganlo por los niños.