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Casa Caridad alerta de situaciones de “pobreza crónica” en Valencia

Un momento de la presentación del Informe sobre la Pobreza en Valencia de Casa Caridad

elDiariocv

Valencia —

Un aumento de la precariedad y mayores dificultades para revertir situaciones de pobreza. Este es el panorama que dibuja el Informe sobre la Pobreza en Valencia elaborado por el Departamento de Trabajo Social de Casa Caridad que alerta, en su novena edición, de casos de “pobreza crónica” o lo que es lo mismo, “estados de exclusión que, debido principalmente al desempleo, se han alargado en el tiempo y cuya situación se complica con el paso de los meses”, tal y como ha explicado Antonio Casanova, presidente de Casa Caridad.

De hecho, casi el 90% de los casos con los que tratan a diario los trabajadores sociales de la Asociación son de personas que acuden habitualmente a la institución. Una señal de que la pobreza se está cronificando y afecta a una población cada vez más vulnerable.

Casanova ha señalado que las personas que acuden a sus comedores sociales necesitan de esa ayuda alimentaria durante mucho más tiempo que antes. En 2010, un 59% de quienes comían a diario en Casa Caridad lo hacía como máximo un mes.

Este porcentaje se redujo un 20% en 2014. Es decir, que ha aumentado el número de personas a quienes se atiende durante largos periodos. De hecho, el informe llama la atención sobre el incremento en un 50% en el número de usuarios que acuden a comer desde hace más de un año consecutivo respecto a 2010.

Otro dato que preocupa a los responsables de la Asociación es el tema de personas que durante 2014 tuvieron que volver a tocar la puerta de Casa Caridad. “Tenemos un 10% de reincorporaciones más que hace cinco años”, ha afirmado Antonio Casanova.

El desempleo y un mal estado de salud, tanto física como mental, están detrás de la mayoría de estos casos. “Un aspecto común a las personas necesitadas que llevan años arrastrando esta situación es el empeoramiento de su estado de salud por las condiciones de vida a las que se enfrentan”, ha explicado Luis Miralles, vicepresidente de Asuntos Sociales de Casa Caridad.

Viviendas precarias, vida en la calle, pérdida de hábitos de higiene, falta de autoestima, ausencia de horarios o costumbres son algunas de las situaciones sobre las que se trabaja desde Casa Caridad. De las personas con enfermedades asociadas un 36% tiene diagnosticada una patología mental, principalmente depresión, ansiedad o esquizofrenia, un 15% más que el año anterior.

Mujeres y menores de edad cada vez más vulnerables

La presencia de mujeres en los comedores sociales de Casa Caridad representaba únicamente el 24% del total de comensales hace cinco años y ahora ya suponen el 50% de las personas que acuden a comer a diario, como consecuencia de la apertura del nuevo recurso ubicado en Paterna. Y es que la feminización de la pobreza es otro de los aspectos más destacables del informe de Casa Caridad que llama la atención sobre el estado en el que se encuentran las mujeres en riesgo de exclusión, la mayoría de ellas con cargas familiares.

Desde Casa Caridad han alertado de ese “cambio de tendencia” en el perfil de la pobreza. “Hasta la fecha se describía, como radiografía de persona desfavorecida, a un hombre de entre 40 a 65 años, debido a que las mujeres se apoyaban en redes sociales y familiares en casos de necesidad. En el último lustro esto ha cambiado y nos encontramos con muchos casos de mujeres solas, o con hijos, que tienen que hacer uso de nuestros servicios”, ha apuntado Luis Miralles. Este hecho lleva aparejado un notable incremento del número de menores, que ya representan el 17% de quienes acuden demandando ayuda alimentaria.

Nuevas vías para recuperar la dignidad personal

El vicepresidente de Asuntos Sociales ha anunciado que para paliar estas situaciones de vulnerabilidad extrema, Casa Caridad ha puesto en marcha diversos programas como el taller de salud, higiene y deporte, las visitas domiciliarias y hospitalarias, el taller de orientación laboral y el taller de vivienda. Tal y como ha explicado Miralles, “el objetivo común a estos programas es que los usuarios consigan cada vez mayor autonomía personal, lo que repercute en un aumento de su autoestima y en la recuperación de su dignidad”.

Por lo que se refiere al taller de salud, higiene y deporte se pretende concienciar de la importancia de los hábitos saludables y de los beneficios que aporta llevar una vida sana y activa. En las visitas domiciliarias y hospitalarias un grupo de educadores, trabajadores sociales y voluntarios atienden a aquellos que han dejado el albergue de Casa Caridad o hacen uso de sus comedores sociales. Se lleva un seguimiento y evaluación del estado de su vivienda, estudiando y observando el contexto social y familiar en que está integrado.

“El taller de orientación laboral atiende mayoritariamente a parados de larga duración que dejaron de trabajar al inicio de la crisis y desde entonces no se han podido reenganchar al mercado laboral”, ha señalado Miralles. Provienen principalmente del sector de la construcción y han agotado todas o casi todas las prestaciones a las que podían acceder. En este taller se les ayuda en la creación de las herramientas básicas para la búsqueda laboral y se les orienta según perfiles, acompañándoles durante todo el proceso.

Por último, el taller de vivienda ayuda a los usuarios a buscar una vivienda en alquiler o una habitación en un piso compartido. Más allá de la búsqueda, una parte importante del trabajo que se realiza, especialmente con las personas albergadas, está centrado en la concienciación del cambio a una vivienda, que será en la gran mayoría de los casos compartida, por lo que se dará un proceso de adaptación de la persona a las normas de convivencia y a la vivienda en sí.

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